capitulo 12

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(Punto de vista de Agata)

Su boca abandono mi intimidad luego de mi orgasmo y aún estaba procesando lo bien que su boca, sus dedos me habían hecho sentir, el se paro en frente con una erección en los pantalones y la respiracion incontrolable que hacia que su pecho subiera y bajara, con la poca iluminacion de la luna en la habitación era tan notorio como con la mirada parecía que me iba a devorar y por instinto cerré las piernas.

Lentamente empezó a bajar la cremallera de sus pantalones dejando afuera la dura erección que tenía, podía sentir como la sangre se me subía a la cabeza y mis mejillas se sentían calientes, cuando vi lo enorme y grueso que la tenia, eso no va a entrar. Me tomo por tobillos y me jaló hacia el cuando me tuvo lo suficientemente cerca me abrió las piernas.

—¡¡Espera, espera, eso.. no va a entrar!! —reproche.

—Apartir de ahora si te follo todos los días, siempre va a entrar.

Un escalofrío me invadió de pies a cabeza cuando pude sentir el roce de su punta con mi entrada, mire hacia abajo por instinto pero el rapidamente y sin aviso atrapó mis labios con los suyos en un beso apasionado e intenso, me quedé embobada por como su boca envolvía a la mía, exploraba mi boca a su antojo lamiendo, chupando y mordiendo, cada que lo hacia jadeos se escapaban de mis labios en su boca.

En el medio del beso empieza a deslizar sus enormes y varoniles manos hacia mi remera y me la sube, dejando al descubierto mis senos, el los masajea por unos minutos, y los mira deseoso, me hace excitar más y más, haciendo que mi intimidad se humedezca, luego se introduce uno de ellos a la boca, chupando y mordiendo, luego le da atención al otro y estos se endurecen por los toques que da, como el los toca y manosea me encanta.

En ese momento su boca deja de darles atención y se separa un poquito para poner firmemente sus manos en mi cintura, me levanta mientras que el se sienta sobre la cama y yo quedo encima de el, y con sus firmes manos me empuja hacia abajo para hundir su dura erección en mi interior, un grito de placer sale de mi, haciendo que recaiga sobre el, creo que se lo que se va venir, el no me hara el amor sino que me dara un sexo duro y rudo.

Con mis brazos me aferró a su cuello y cuando me levanta un poco para luego bajarme nuevamente con fuerza me confirma lo que me esperaba, su pene se abrió paso en mi intimidad y me invadió, me llena por completo y llega hasta lo mas profundo de mi vagina, se quedó quieto y de golpe empezo a embestir como un salvaje, y lo peor es que me gusta.

Cada golpe de sus embestidas me hace gemir, y retorcerme de placer, en mi oído puedo escuchar como toma bocanadas de aires y la expulsa fuertemente, y como su pecho con el mío rozan, me agarra el trasero y lo aprieta con firmeza, me marca el ritmo para nuestro gozo, nuestras respiraciones se sincronizan por unos minutos hasta que yo no aguanto y dejo que mis gritos de excitación llenen la habitación.

me aferre a su espalda clavando mis uñas en ella, este placer me encanta y me enloquece, una y otra, y otra vez entra y sale de mi interior, pronto los dos llegamos al climax, mi cuerpo tiembla y mi espalda se arquea haciendo que recaiga sobre su cuerpo y el termina en mi interior  haciéndome sentir tan pero tan llena, nuestros fluidos juntos, los puedo sentir como se deslizan por mi interior aún con su pene adentro.

Creo que termine tan cansada que de repente, una luz cálida me pega al rostro a lo cual tuve que abrí lentamente mis ojos y ví que estaba acostada, con ropa y... ¿limpia?. con unos brazos envolviendo mi cintura, trate de moverme y salir de su agarre pero el cada vez se aferraba más y más a mi.

—Nena, quédate conmigo —hablo con voz ronca.

—Pero ya es muy tarde, además necesito saber si manche algo.

—La verdad no puedo creer que de ese pequeñito coño salgan tantos fluidos.

—¡¿Que?! —reproche mientras me daba la vuelta para mirarlo, joder que me quedo sin palabras cuando lo ví tan jodidamente hermoso.

—Te ves bella —informo mientras dejaba un pequeño beso en mi mejilla —te voy a preparar el desayuno.

Y sin más se levantó, dejándome atontada, nosotros... ¿Lo hicimos?, me levanté pero un leve dolor me invadió el cuerpo, es algo entendible por lo que hicimos en la noche, fui al baño y me lave con agua fria el rostro, me seque suavemente con una toalla y luego me baje los pantalones y me sente en el inodoro para hacer mis necesidades, mire hacia abajo y note que mis bragas tenian toallitas femeninas.

Mierda. Lo había olvidado.

¿El mimo me las coloco?, como mierda lo hizo, mis mejillas se calientan de la vergüenza, no quería hacer algo así y menos en mi estado. Pero supongo que es lindo. Además parece como si me hubiera bañado porque mis rizos estan deformados,  parecen cualquier cosa menos rizos, no es para nada creible que el hubiera hecho todo eso conmigo dormida o más bien inconsciente porque efectivamente no sentia absolutamente nada.

Me cambié la toalla femenina, me volví a subir las bragas junto con los pantalones y decidí salir del baño para ir directamente hacia mi habitacion nuevamente, me acerque lo suficientemente cerca hacia la cama y luego me deje caer sobre ella, es raro que me sienta tan rehabilitada, me siento tan pero tan bien.

Y eso que el no fue nada delicado y eso es más raro todavía, las sábanas tienen un aroma tan agradable y tan suaves, mis ojos se abrieron de par en par, espera, espera, estás sábanas definitivamente no son las mismas de ayer, estas son otras y tampoco son las sabanas que habia agarrado para cambiar las anteriores, ¿también se encargó de esto?.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora