Capítulo 13

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Ian.


Jungkook.

La sala de espera del hospital estaba inundada de un silencio opresivo, roto solo por el ocasional paso apresurado de enfermeras y el sonido distante de un monitor cardíaco. Jungkook, sentado en una de las sillas de plástico, no podía dejar de tamborilear nerviosamente con los dedos sobre su rodilla. Su mirada estaba fija en el suelo, pero su mente estaba a kilómetros de distancia.

A su lado, Yeonjun sostenía la cabeza entre las manos, sumido en una angustia palpable. Hoseok, su guardaespaldas y amigo, estaba de pie cerca de la puerta, vigilando con una mezcla de preocupación y alerta. Jungkook detestaba los hospitales. Las paredes blancas y el olor a desinfectante le recordaban demasiadas malas experiencias, y estar allí solo aumentaba su ansiedad.

Intentaba concentrarse en Ian, el pequeño que ahora estaba siendo atendido tras un accidente del que todavía no conocía los detalles completos. Pero su mente seguía regresando a la casa de Taehyung. La noche había sido un torbellino de emociones y revelaciones. El tarareo suave que había entonado para calmar a Dasom aún resonaba en su cabeza, pero también lo hacía la confrontación con Taehyung y Jimin.

"¿Acaso Jungkook tenía otro hijo?" La pregunta de Taehyung, aunque no pronunciada en voz alta, parecía flotar en el aire. Jungkook los había visto allí, a unos pocos metros del cuarto de Dasom, justo después de colgar la llamada. Por el gesto de sorpresa en el rostro del padre de su hijo, estaba seguro de que Taehyung lo había escuchado. Cerró los ojos, intentando ahogar ese pensamiento. No podía permitirse el lujo de distraerse ahora. Ian lo necesitaba.

—¿Alguna novedad? —preguntó Hoseok, rompiendo el silencio. Su tono era suave pero firme, diseñado para mantener la calma.

—Todavía nada —respondió el azabache, sin levantar la mirada.

Yeonjun soltó un suspiro tembloroso y se inclinó hacia atrás en su silla, dejando caer las manos a los costados. Jungkook lo envolvió en un abrazo en un intento de consolarlo.

—Va a estar bien —dijo, más para sí mismo que para Yeonjun. No podía soportar la idea de que algo le sucediera a Ian.

El tiempo en la sala de espera se sentía interminable. Cada segundo se alargaba, amplificando la tensión en el aire. Jungkook se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro, su incomodidad aumentando con cada paso. El ambiente del hospital le hacía desear estar en cualquier otro lugar. Pensó en Dasom, durmiendo plácidamente en su cuna. La imagen le proporcionó un breve consuelo, pero también trajo consigo una ola de emociones que prefirió empujar al fondo de su mente.

Finalmente, un médico apareció en la puerta. Todos se volvieron hacia él, sus corazones latiendo al unísono con una mezcla de alivio y temor.

—¿Familiares de Jeon Ian? —preguntó el médico, y Jungkook, Yeonjun y Hoseok se acercaron de inmediato.

—¿Cómo está él? ¿Todo está bien? ¿No fue nada grave? —Yeonjun se adelantó casi lanzándose sobre el pobre chico que sostenía una planilla y los miraba con cansancio, claramente sin haber dormido.

—Yeonjunie, creo que si lo sueltas primero, él podrá explicarnos...

—Ah, sí, sí, lo siento mucho —retiró sus manos de la bata del doctor y, tras alisar torpemente las arrugas que había causado, dio unos pocos pasos hacia atrás hasta chocar con el pecho de Jungkook. Al sentir uno de sus brazos rodearle la cintura y apretarlo sutilmente, se permitió respirar un poco más tranquilo.

—Bien —comenzó el doctor—. Le hemos practicado las pruebas pertinentes al menor y los resultados han sido buenos. Sin embargo, vamos a dejarlo en observación el resto de la noche para monitorearlo. Si todo sale bien, podrán irse en la mañana.

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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