El Secreto De Mis Ojos

Cap 12. No Estamos Solos

Sam gritó, pensando que iba a morir.
A centímetros del suelo de un callejón de repente se paró en seco, a duras penas logró estabilizarse comprobando que tenía los brazos llenos de cortes.
Al mirar a la entrada del callejón vio a un hombre de unos 30 años, de pelo castaño, sus ojos brillaban con un gris muy intenso, de repente se dio cuenta de que había usado sus poderes delante de otra persona y echó a correr, asustado.
«¿Pero qué...?» pensó Sam. Gritó un agradecimiento y salió de allí cojeando.
Cogió su teléfono móvil y marcó el número de Fetch. Comunicaba. «Mierda» pensó «Llamaré a Lewis». Este le respondió al tercer tono.
-¿Si?
-¿Lewis? Soy Sam. Digamos que he tenido un pequeño accidente, ¿puedes venir a por mi?
-¿Pequeño accidente? Sam, ¿dónde estás?
-Te lo explico todo cuando estés conmigo, ¿vale?
-De acuerdo, voy para allá.
-Pero... Lewis...- le colgó el teléfono.-¿Cómo vas a saber donde estoy si no te lo dije...?- susurró Sam.
Aun así decidió no moverse, e hizo bien porque unos 10 minutos después de la llamada Lewis corría hacia ella.
-¡Dios mío Sam! ¿Qué narices te ha pasado?- dijo al llegar a su altura.
-Oh, ¿te refieres a los cortes? Nada, tranquilo, me los hice al caer de allí.- señalo la ventana rota del piso 24 con la mano.
Lewis la miró con los ojos como platos.
-¿Te caíste desde ahí y sigues viva?
-Si, un hombre me salvó.
-¿Y como caíste desde ahí?
Sam le contó todo lo que les pasó a Noah y a ella.
-Así que Jolene sabe quienes sois y peor, donde encontraros.
-Exacto.
-¿Has llamado a Noah?
-No.
-Deberías.
-¿Por qué?
-Porque debe de pensar que estás muerta, Sam.
-Creo que tienes razón.
Sam marcó el número de Noah, no dio tiempo ni a que sonara el primer tono.
-¿Sam? ¿Eres tú?- se le notaba alterado, y su voz delataba que había estado llorando.
-Si, Noah, estoy bien.
-Pero, ¿cómo? ¿Donde estás?
-Un hombre me salvó. Tranquilo, estoy con Lewis.- al decir esto se acordó de una cosa.- Ah, si, por cierto, Lewis, ¿como me has encontrado?
-Fácil, rastreando tu teléfono.
-¿Rastreando mi teléfono?
-Si, tengo tu móvil y el de Noah localizados, por si las moscas.
-Ah...
De repente Sam se acordó de que tenía a Noah al teléfono.
-¿Noah?
-Si, sigo aquí.
-¿Dónde estás?
-Cerca del Starbucks de la otra vez, esperando a Fetch.
-Vamos para allá.
-De acuerdo.
Colgaron.
-¿Puedes caminar?- dijo Lewis.
Sam dio un par de pasos cojeando.
-Tenemos que curarte esas heridas, vamos.
Las heridas de las piernas de Sam no eran muy preocupantes, las que preocupaban un poco más eran las de los brazos, ya que al impactar directamente contra el cristal varios trocitos se habían quedado incrustados en sus antebrazos, causando un dolor agudo y un constante goteo de sangre, aunque Sam no se quejó en absoluto.
Cuando llegaron al Starbucks Noah y Fetch ya estaban juntos.
Nada más verla Noah corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.
-Me alegro de que estés viva...- dijo apretándola un poco más, lo que hizo que Sam soltara un leve quejido de dolor.- Lo siento.- dijo Noah mientras la soltaba.
-Vamos, hay que curarte esas heridas.- dijo Fetch.
Todos se dirigieron hacia un lugar que Sam y Noah desconocían.
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Bueno, parece que nuestra prota es más dura de lo que creemos, además de que tiene bastante suerte.
No sé si los capítulos están bien en cuanto a extensión, me refiero, en cuanto a lo largos que son.
Si queréis que sean más largos o más cortos o algo me lo podéis decir.
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