El espadachín ciego

Salamandra, confusión y verdad

Ken entró en la oficina de Hanzo y se sentó en la silla de Kage mientras esperaba con las piernas cruzadas.

Con un movimiento de su dedo, todos los Anbu que habían estado presentes en la habitación cayeron inconscientes, todos enredados en cuerdas casi como si hubieran sido capturados por una araña para ser consumidos en una fecha posterior.

La aldea de Amegakure estaba inusualmente tranquila mientras los sentidos del Monstruo Ciego la invadían, era como si se estuvieran preparando para la guerra, lo cual era bastante confuso.

"¿Por qué la atmósfera está tan tensa después de media década de paz? ¿Por qué el gremio de comerciantes o la red de espías no me han informado de esto? A menos que sea una novedad..."

La posición de Amegakure siempre había sido mala. La Tierra de la Lluvia se había convertido en un campo de batalla para todas las naciones circundantes, obligadas a involucrarse en guerras una y otra vez, guerras en las que no tenían ningún interés.

Llegó la era de la Salamandra, uno de los shinobi más fuertes de su generación, juró proteger la Tierra de la Lluvia y la protegió y lo hizo.

Luchó con ahínco y repelió a innumerables shinobi poderosos por sí solo, ganándose una reputación e infamia casi a la par con el actual Dios Shinobi, Hiruzen Sarutobi. Pero era solo un hombre, su tierra seguía destrozada por la guerra y poco podía hacer al respecto.

El período de paz también debe haber sido bueno para él, lo que en realidad solo confundió aún más a Ken. '¿Por qué iría y se desharía de Akatsuki?'

Hanzo siempre se preocupó por ellos, claro. Representaban la presencia de una fuerza extranjera en su tierra. La Salamandra los había visto, en cierta forma, como una extensión de la Hermandad Oscura, a pesar de que no formaban parte de ella.

Pero ¿por qué decidió atacarlos ahora? ¿Qué sentido tenía?

Hanzo no era idiota, debería haber sabido que por mucho que borrara sus huellas, Ken relacionaría el asunto con él o al menos lo interrogaría al respecto.

No había mentiras delante del Asesino Ciego, incluso el más mínimo cambio en la presión sanguínea era algo que Ken podía sentir, se había convertido en una especie de detector de mentiras a lo largo de los años.

Hizo maravillas durante los interrogatorios y las conversaciones políticas, pero fue un efecto secundario menor de su monstruosa constitución general.

Hanzo ya conocía los 'ojos' de Ken y lo lejos que veían. Entonces, ¿por qué intentaría algo contra Akatsuki?

'¿Pensó que me volví más suave con los años o algo así?'

Era cierto que, con la llegada de la era pacífica, Ken había estado cada vez menos activo en el campo. Algunos empezarían a pensar que se había oxidado, pero no era como si el Asesino Ciego hubiera pasado su mejor momento.

En realidad, según los estándares humanos, era más bien lo contrario. Había perdido la cuenta con el paso de los años, pero tenía alrededor de 21 o 22 años, lo que significaba que sus mejores años estaban lejos de terminar.

Por supuesto, los estándares humanos no eran exactamente lo mejor a tener en cuenta al considerar a Ken.

Pero eran algo que había que tener en cuenta al pensar en Hanzo. ¿Quizás Ken no había tenido en cuenta cómo afectaría la vejez a la mente humana? Esa también podría ser la respuesta...

Después de todo, los humanos mayores a veces estaban predispuestos a volverse seniles o desarrollar demencia.

De todas formas, la Salamandra tendría que explicarse.