IV

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La luz de la luna brillaba sobre mi cuarto, iluminando lo suficiente para leer el libro que Gina me dió hace dos semanas. Llevo días repasándolo, por más que lo lea no entiendo aún al lobo negro, si se supone que él es mi mate como es que no me ha dicho su nombre, de dóne es, porqué me persiguió ese día en el bosque. Dice aquí:

"El destino de un lobo esta escrito y no puede ser cambiado por nada ni por nadie, el lazo que une a dos mates es imposible de romper, sin importar lo que suceda, cualquier sentimiento que tenga uno, el otro lo podrá sentir, aunque no sea de la misma manera, estarán conectados. Cualquier sensación física será únicamente de la persona que lo sienta, sin embargo, el otro lo sabrá. 

La Luna es quien discta nuestro pasado, presente y futuro, en caso de que uno muera, no le será posible vivir una vida convencional al otro, ya que no es posible resistir la pérdida de una mitad."

Entonces si el lobo es mi otra mitad, ¿Por qué no lo ha dicho? Debe saber lo que yo no sé.

Un golpe fuera de mi cuarto me despertó. Me levanté nerviosa y abrí mi puerta, afuera estaba mi madre recogiendo papeles y libros que se le habían caído.

-¿Mamá? Es muy temprano para estar despierta, aún ni sale el sol, ¿Todo bien?- la ayude a recoger los papeles pero ella los quitaba de mi mano de prisa, como si no quisiera que los vea. Al haber agarrado todo, se puso de pie y me sonrió.

-Todo perfecto, solo no tenía mucho sueño pero anda, duerme otro rato- con las cosas en sus manos, bajó de prisa las escaleras e hizo su camino a la cocina. No había notado que dejó una fotografía en el suelo doblada, al agarrarla vi a una pareja no mayor de treinta años sosteniendo a un bebé, la mujer tenía un cabello largo y pelirrojo con ojos azules, el hombre mientras tanto era de cabello castaño y ojos negros. Se veían tan felices abrazando al bebé. 

-¿Mamá?- la llamé bajando las escaleras, mi padre bajó detrás de mi. Estando los tres en la cocina vi a mi mamá metiendo los papeles en una caja de madera de prisa, lo que me pareció muy confuso, nunca la había visto actuar así -Me estás asustando- dije sentándome en la silla del comedor. Ella suspiró y cerró los ojos, papá la abrazó por los hombros.
-Es hora de que sepas la verdad- dijo él acercándose a mí. Se sentó en la silla de en frente y mamá hizo lo mismo.
-¿Decidieron contarme acerca de la guerra en la madrugada?- aún no entiendo qué es lo pasa.

-Lo lamento, lo estuvimos discutiendo toda la noche y ya que haz despertado te diremos todo- mamá vio la foto en mis manos y sonrió con tristeza, -Hace veintiún años, mi hermana Eliana y su esposo Tanlon, eran los betas de el Alfa Markos de la manada Viribus, una de las más fuertes y honestas que haya existido en la vida- se puso de pie caminando a la chimenea.

-Debes ser paciente, esto no es nada fácil de explicar- dijo papá suspirando.
-Existen tres piedras creadas con distintos propósitos, una controla a los seres sobrenaturales ya sean lobos o vampiros- me señaló indicando lo obvio, eso me podría controlar a mi, -Otra que sana cualquier herida incluso si la víctima está a solo segundos de morir y la última...

-¿Pero qué tienen que ver esas piedras con lo que sucedió?- pregunté poniéndome de pie junto a ella.
-La manada tenía una de ellas, pero como sabrás había gente buscándolas, tener las tres piedras conllevaba a un enorme poder, capaz de controlarlo todo y había una persona en específico que las quería, su nombre era Cordelia, líder del clan de cazadores, almas despiadadas que mataban aunque sea un pequeño bebé que no fuera totalmente humano, ya que consideraban que no era algo natural- mamá observó la fotografía otra vez.

-Eliana y Tanlon, tus padres, protegían una de las piedras en su hogar, al descubrirlo, la cazadora comenzó una guerra imparable en busca de ello, asesinó a innumerables personas en su búsqueda; Eliana, mi hermana, me confió tu vida con la esperanza de que pudieras sobrevivir, sabía que la cazadora te mataría si sabía de tu existencia, por el simple hecho de tener sangre de lobo- mordió su labio y contuvo las lágrimas.
-Entonces, ¿Mis padres murieron por defender una de las piedras de la cazadora? - sentí como si estrujaran mi corazón y me quedara sin aire.

Mi Mate AlfaWhere stories live. Discover now