VIII

68.4K 3.6K 190
                                    

Nos sentamos todos en la mesa. Ethan estaba en la cabeza de la mesa. Frech frente a mi, Amett a mi lado derecho y Luther frente a Amett. Casi caigo al suelo del exquisito olor a ensalada, lasaña, pasta con crema, pollo rostizado, fruta,  y sopa de verduras. Si por mi fuera me lo comería todo de un bocado.

-Ethan, los honores- dice Amett sin apartar la mirada del pollo rostizado, casi se veía en sus ojos como una caricatura . Todos bajan la cabeza y dan gracias antes de comenzar. Yo no estaba acostumbrada a ello. Pero hice lo que ellos. Ethan murmuró algo y todos levantaron la cabeza.

-No sabía que creían en Dios- dije y la mirada de Frech cayó sobre mi.
-¿Creías que por ser lobos no creeríamos en nuestro creador?- preguntó.
-Hasta hace unas horas no creía que hubieran más como yo, entonces es válido cuestionarme este tipo de cosas.
-Somos animales cuando queremos Sirena- guiñó un ojo mordiendo su labio. Mi pecho ardió de nuevo.

Unos minutos después Frech y Amett se enfocaron en la comida, Ethan sirvió en mi plato un poco de todo, mi estómago rogaba por un bocado ya. Así que empecé por morder el pollo rostizado, tuve que controlar a mi loba interior que aullaba de gloria. Hace años no comía tan bien.
-¿A quién debo felicitar por tan gloriosa cocina?- pregunté viendo a los chicos. Luther sonríe, ¿Quién diría que si puede sonreír?
-Luther es nuestro chef aquí- respondió Frech orgulloso de su amigo.
-Espero te haya gustado- dijo Luther sin verme a los ojos, para después seguir comiendo. Mientras que Ethan y Luther usaban los cubiertos, Amett y Frech comían con las manos emocionados.
-Vamos, contrólense, estamos con una chica después de años- exigió Ethan.

-Y dinos Brooke- interrumpió Amett a Luther -¿Algún pretendiente por ahí?- preguntó depositando su mirada sobre Ethan, quien en respuesta volteó sus ojos a mi apretando la mandíbula. Con su mano apretó el tenedor tanto que vi sus nudillos blancos. ¿Es normal lo jodidamente atractivo que se ve? Sentí un calor en mi estómago. Todos esperaban mi respuesta, incluso Luther dejó de masticar su comida.

Alce mi cabeza y puse ambas manos en mi barbilla. Con una ceja arqueada sonreí.
-Quizá haya un chico que tiene mi interés- esto provocó la risa de Frech, Amett no apartó su mirada de Ethan, divertido.  Bestia no parecía disfrutar ni tener ganas de reír como los demás. Aún no me quedaba claro qué era lo divertido para ellos, ¿Quizá no me creen?

-No lo amas- dice Bestia tomando un trago de su copa y viendo hacia Frech, quien aún no paraba de reír. Él en respuesta se acomodó en su silla y mordió nuevamente el pollo.

-¿Crees saberlo todo, cierto?- lo fulmine con la mirada, a pesar de ser muy atractivo, me frustraba  la sencillez con la que lograba sacarme de mis casillas. Más aún, que yo lo permitiera.
-Acabas de confirmar que no lo quieres, de lo contrario, lo habrías dicho- respondió con una sonrisa, ¿Ahora sí era momento de reír?
-Lo conozco desde niña, me quiere y es agradable, quizá si él me pidiera que fuéramos algo más, yo...
-¿Le dirás que si?- preguntó acomodándose en la mesa con ambos codos apoyados.

-¿Te molestaría?
-Quizá, mientras no tengamos que verlos pasear por mi territorio- contesta con tanta seriedad que incluso el aire dejo de pasar a mis pulmones, mi corazón se aceleró, debía controlarlo porque todos lo podrían escuchar. 
-¿Tu territorio?- no me agradaba jugar con los sentimientos de Nathan, no me atrevería a hacerlo. Pero molestar a Ethan me provocaba mucha satisfacción. Además, ¿Cuál sería su territorio si estamos en un lugar abandonado por todos?

Todos la atención iba de Ethan hacia mi y viceversa.
-¿Te gusta?- preguntó Amett decepcionado.
-Es atractivo.
-¿Tiene riquezas?- ahora preguntó Frech.
-El mejor terreno.

Recargué ambos codos sobre la mesa y lo observé. Tenía su brazo izquierdo relajado en la mesa. Y con el otro tomaba su copa.
-¿Te ama?- nuevamente Amett.
-Desde niños- recordé los momentos en que Nathan y yo nos escapábamos para pasearnos por los bosques, entre la gente, él nunca me dejó ir sola a ningún lado. 

-¿Te sabe escuchar?- preguntó Ethan -No solo tus palabras, sino todo lo que hay que escuchar- entrecerró los ojos esperando mi respuesta.
-Claro- mentí. Nathan nunca se imaginaría que su mejor amiga era mitad loba, si me atreviera a decírselo probablemente no me escucharía.
-¿Sabe de Amelie?- la pregunta de Ethan me mantuvo callada y es que en realidad, no sabía esa respuesta. Aún. 

-¿C...Cómo sabes tu de...?

-La escucho a kilómetros de aquí- dijo y tomó otro bocado de su platillo. Mis manos comenzaron a sudar, él escucha a Amelie. 

Estamos jodidas.

-Entonces, ¿Haz escuchado cuando ella...- no pude ni decir en voz alta las cosas que Amelie ha dicho sobre Ethan. Mundo trágame por favor de una vez, juro no luchar contra eso. 

-Sip.

Si te traga la tierra, que me lleve a mi también.

El resto de la cena no dije ninguna palabra, Ethan tampoco, pero él parecía disfrutar de su cena como nunca, no parecía incómodo por lo que había pasado ni nada, mientras que yo quería que me partiera un rayo de una vez por todas. French contaba como fue su primera transformación, como sucedió en una ceremonia junto con otros jóvenes, entre ellos, Amett. Ethan no había apartado la mirada de mi en toda la cena, me controlé por maldecirlo, porque sabía que eso era lo que él buscaba.

-Ven acá- Ethan tomó mi mano y me guió afuera de la cabaña -No te casarás con ese sujeto- sus pupilas se tornaron a un miel más amarilloso, ceño fruncido y labios apretados.
-Te conozco hace solo unas horas, no puedes impedirme nada.
-No lo harás- dijo nuevamente con tono seco y soltando mi mano.
-Yo tomo mis propias decisiones, Ethan- sonrió. Supongo se acostumbró a que le dijera Bestia.

-Me encanta como dices mi nombre-  murmuró y sus pupilas regresaron a su tono normal, tomó mi mano de nuevo, acercándome a él. Sus ardientes labios carnosos llegaron a acariciar suavemente mi cuello. No se en qué momento cerré mis ojos pero me provocaba una tormenta en el pecho. Electricidad corriendo por mis venas, mi loba suplicaba dejarse llevar y solo comerlo a besos.
-Debo irme- dije en un tono delicado, mi voz apenas salía de mi garganta, los labios de Ethan no se apartaron de mi cuello, no me besaba, no hacía nada. Solo le gustaba sentir lo que provocaba en mi.

-Sabes que escucho como tus latidos aumentan, ¿Cierto? - murmuaba en mi oído -Como tu cuerpo conecta con el mío, suplicando que cedas a tus deseos, que te unas a mí- y es verdad, mi cuerpo ardía con su tacto, jamás había sentido algo como esto, mis manos deseaban quitarle la camisa y todo lo que tenía, que con las suyas destruyera mi ropa y uniera nuestros cuerpos. Pero no pasaría, me aparté de golpe. Ethan sonreía complacido con lo que provocó en mi.

-Me espera mi futuro prometido- dije divertida. Pero él me apretó de nuevo a su cuerpo caliente.
-Eres mi mate, no te unirás a nadie que no sea conmigo- Mate. La palabra dio vueltas por mi cabeza, lo había dicho por fin. Despertó algo en mi que no sabía que tenía, las ansias de saber más, preguntar para él qué significaba eso, que lo dijera de nuevo porque se escuchaba jodidamente ardiente.
-Adios Bestia- me aparté de él -Debo volver, mis padres estarán preocupados.
-De acuerdo,te llevaré- no me dió opción a negarme, -alcabo yo sé en dónde vives.

Hizo su camino sin ver atrás. Lo seguí y no hablamos por el resto del camino, hasta que llegamos a mi hogar. Lo vi una vez más a sus hermosos ojos verdes esmeralda, sonrió y vi líneas formándose a cada lado de sus labios. Esa era su despedida, seguí caminando hasta salir de los árboles sin decir nada más.

¿El amor de tu vida sabe que le perteneces a alguien?

Dijo en mi cabeza, lo ignoré y seguí con mi camino. 






Mi Mate AlfaWhere stories live. Discover now