Capítulo 8

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—Ryuzaki... —sonreí, o al menos lo intenté— ven... —me levanté y caminé hacia él— Vamos —mi voz se escuchó más ronca de lo usual— por aquí... —le tiré de una oreja y lo arrastré a mi habitación.

—¡Hey! —Ryuzaki soltó un quejido— ¿qué rayos estás haciendo? —reclamó haciendo muecas de dolor— ¡Ay!

—¡Shh! —lo lancé a mi cama y rápidamente regresé con Mikami—. ¿Me disculpas un minutico? —sonreí—, en seguida regreso.

—Adelante... —Mikami parece confundido— no hay problema.

—¡Gracias! —di zancadas ruidosas hasta mi habitación—. ¡Grandísimo tonto! —le grité una vez ahí—. A las personas no se les trata de esa manera —me crucé de brazos enfrentándolo.

—Dile que se vaya —se mantuvo acostado sobre la cama con el entrecejo fruncido.

Ya me estaba desesperando su horrible actitud. Verlo ahí, en mi casa, tumbado y además dándome ordenes... ¿éste qué se cree? ¿me paga los gastos del departamento como para venir a hacer lo que se le dé la gana?

A mí me va a respetar.

—Primero —me impuse ante él con el entrecejo fruncido—, esta es MI casa, lo que significa que es MI espacio —señalé— por lo tanto, son MIS reglas —chasqueó la lengua irritado. Como si le estuviese diciendo algo extraño—. Segundo —se sentó con pesadez sobre la cama blanqueando los ojos—, segundo... —empecé a temblar al sentir que tenía la intención de acercarse— ...yo elijo quien se va y quien se queda —en un brusco movimiento se levantó de la cama colocándose frente a mí—. Ter...tercero... —tartamudeé.

—Tercero —habló demandante mientras me acorralaba contra la muralla colocando un brazo al costado de mi cabeza—, eres mío. Yo decido lo que es mejor.

—¿Qué? —plegué el entrecejo.

—Lo que has oído —acercó su rostro al mío enfrentando nuestras miradas.

¿Cómo que él decide? Es demasiado su aprovechamiento. ¡Omitiendo que también es descarado!

—¡¿Quién te crees que...?! —tenía límites para soportar el ego de las personas, y en este caso ya me estaba superando, sin embargo, antes de continuar con mis quejas escuché pasos en el pasillo.

Me había olvidado por completo de que tenía visitas por el enojo.

—Light... —Mikami tocó suavemente la puerta haciendo a Ryuzaki poner mala cara—, ¿te... te puedo molestar un poco? —maldición, soy muy mal anfitrión. Lo dejé solo mucho tiempo.

Es que... no lo entiendo. ¡De todos los días en los que estoy solo, me vino a ver hoy!

—S... —antes de poder contestar, Ryuzaki se encargó de fulminarme con la mirada, al mismo tiempo que colocaba su gran mano sobre mi boca de manera tosca.

—NO —respondió por mí—. No puedes —¡por qué me hace esto!

—Si me disculpa, no estoy hablando con usted —Mikami es demasiado educado, pero dentro de poco Ryuzaki terminará por acabar con su paciencia. Después de todo, lo que Ryuzaki necesita, es un buen puñetazo en la cara que le haga desprenderse de esas manías caprichosas que puede llegar a tener—. ¿Light? —me volvió a llamar Mikami, no obstante, Ryuzaki presionó con más fuerza sus dedos en mis labios.

¡¿Cómo rayos me saco a esta bestia de encima?!

—¡Hmmmm —intenté aullar sin resultado favorable—, mmm! ¡HUMM! —Ryuzaki hizo una mueca extraña, se le notaba la astucia en ella. Me aterré por completo al percatarme de lo que estaba pensando hacer— ¡HM! ¡RYU... HM! —pataleé, pero parecía manejar mi fuerza con mucha facilidad.

Serás Mío (Death Note yaoi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora