Capítulo 5: Lo prometo.

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|Narra Luke|

—Diablos, esta mujer me va a volver loco—grité—dónde te habrás metido Kels.

Después de encontrarla nos encaminamos a la salida en donde por fin pudimos salir de ese hospital.

—¿Oye podrías prometerme algo?—preguntó con un tono de voz muy suave.

—Lo que sea.

—Prométeme que nunca me dejaras sola y siempre estarás conmigo.

—Lo prometo.

Luego de encontrar un taxi y pagarlo con las pocas monedas que tenía en mi bolsillo llegamos a mi departamento.

|Narra Kels|

—Wow, qué lindo departamento,no sabía que vivías solo, bueno aún no sé nada de ti, solo sé que te llamas Luke y....apropósito cuántos años tienes? solo pregunto porque nos...—me interrumpió.

—Tengo 18 años y como sabes vivo solo, es genial y no dependo de nadie—dijo seguro de sí mismo.

—A...yo vivo con mi mamá y mi papá pero me gusta así.

—¿Si? Pues bueno un poco de compañía nunca está de más, pero ahora te tengo a ti y tu me prometiste algo y yo te prometí algo—dijo levantando una ceja—y espero que se cumpla.

—Mmm, si, ¿donde dormiré yo? ya que no puedo ir a mi casa y bueno pue..-no me deja terminar de hablar ya que me interrumpe nuevamente.

—Sí, sobre eso, hay dos habitaciones duerme en la que quieras—dijo tirándose a su sofá.

—Okay, gracias.

Ya era tarde, el cielo estaba oscuro y yo tenía demasiada hambre, algo muy común en mí.

Me dirigía a la cocina en busca de comida, pero al llegar a la despensa me di cuenta de que estaba vacía, rápidamente fui al refrigerador y también estaba vació, así que probablemente este departamento no había sido habitado por mucho tiempo o también podría ser que come mucho y nunca deja comida.

Corrí hasta la habitación de Luke pensando en que estaba recostado en su cama, pero la muy maleducada abre la puerta sin tocar antes y me encontré con una toalla caída y un Luke desnudo.

—Ahaaaa—grite tan fuerte que casi se me sale el corazón por la boca.

—¿Ajá?...maldición cierra la puerta—tomó una almohada y se tapó parte de su cuerpo—diablos, ¿nunca te enseñaron a tocar?—gritaba desde adentro de su habitación.

Mi cara estaba que explotaba de lo roja que estaba de la vergüenza.

Cuando el salió de su habitación, yo rápidamente me acerqué a él y le dije.

—Perdón yo no quer...mdhhmds—no me dejó terminar y me tapó la boca.

—Shhhh...tu no viste nada—dijo con la cara roja y llena de vergüenza, pero nada comparada con la mía.

—Está bien, no vi nada—dije rápidamente, en eso mi estómago comenzó a crujir.

—Vamos a comprar comida, se nota que tienes hambre.

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Nota de autora:

Holii!!!...

Voten y comenten!!Pasense por mi otra novela.....bye bye.





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