❥ We never change.

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-Joder, joder, ¡JODER!

Gritaba por toda la casa. Estaba solo pero eso no era lo jodido. Siempre me sentía así.

Por dentro odiaba a mi papá, a mamá, a mi hermana, a mis vecinos, a mis amigos, a Luke...

Lo que debía ser una linda cena de cumpleaños había terminado como una noche de mierda. Últimamente todas las noches han estado terminando así.

De un minuto a otro pasaba de odiar al mundo y sentirme victima a odiarme a mí mismo y culpar al mundo de todo. ¿Por qué estoy haciendo las cosas mal? Joder, ni siquiera lo intento y todo sale mal.

Mi respiración comenzó a hacerse más rápida y violenta en mi pecho. Mordía mis labios fuerte para no llorar. Me daba vuelta de un lado a otro tratando de calmarme pero no podía dejar de pensar en toda esta mierda.

Cuando recién pude descubrir lo que más me daba rabia subí a mi habitación y me encerré en el baño. Me miré al espejo y entonces estaba allí, ordinario, simple, igual a todos.

¿Por qué las personas que siempre sueñan alto, ambiciosos, son los que tienen una vida que es básicamente como un subterráneo?

Yo no quería ser yo, yo no quería vivir mi maldita vida. Lo más jodido era pensar que aún me quedaba mucho por aguantar.

Nuevamente me encontraba frente al espejo, presionando mis labios con furia y pena. De repente mis ojos se inyectaron de sangre y las lagrimas no dejaban de bajar por mis mejillas.

Es inexplicable el dolor que sienten los soñadores con vidas de mierda.

Yo sólo quería morir en aquel momento.

Me odiaba, quería poder golpear a alguien. Mi mano fue a dar a la pared con tal fuerza que sentí mi mano entumecida del dolor. Mis nudillos ahora eran de color rojo cálido con tonos azules y verdes. No me bastó. Dí otro golpe y ahora mis nudillos se bañaban en sangre. Parte de mí lloraba por el dolor pero otra parte aún quería destruirme.

Me miré al espejo y me dí con el puño directo en la mandíbula. Dolió pero supongo que algo en mi cuerpo hizo que no me golpeara tan fuerte.

Yo sólo quería llorar... llorar para toda la vida.

Cuando me calmé un poco salí de casa. No quería ver a mi padre jamás.

Las personas siempre están pidiendo más de uno cuando ellos ni siquiera logran ver lo mal que uno lo puede pasar.

Como estaba odiando a Luke en ese minuto no quise ir a su casa. Tampoco fui a la de Marilyn porque por alguna extraña razón también la estaba odiando a ella y mucho.

Entonces, mientras buscaba personas con quien poder pasar la noche me entró en duda, ¿seré yo la persona que demande una cantidad inmensa de cariño, amor, protección y comprensión o la gente que me rodea es muy hija de puta?

Saqué mi celular del bolsillo y no lo pensé ni dos segundo para llamar a Michael.

Yo definitivamente no era una persona que le gustaba pasar el tiempo hablando por teléfono. Es más, odiaba hablar por teléfono pero bueno.

Menos mal que Michael era una persona rápida al captar las cosas y me ofreció su casa. Quedamos en que yo lo esperaría en el parque junto a una pequeña florería amarilla y él iría por mí.

-Joder, ¿qué te pasado?- Michael se presentó en el lugar mirando fijamente mis golpes.

-Me mentí en un lío. -Obviamente le mentí.

-¿Cómo ha pasado? -Se acercó a mí mirando muy de cerca mis hematomas lo que me ponía jodidamente nervioso.

Corrí la cara para que dejara de verme.

Al otro lado del cielo; cake hoodingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora