Capítulo VIII

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Yixing despertó muy temprano, vio a su pequeña Mei durmiendo y le dio un beso en su frente mientras la arropaba, aún le quedaba una hora de sueño más, antes de levantarse y ducharse para ir a la escuela. Salió del dormitorio todavía con la pijama y se dirigió a la cocina para preparar galletas para la lonchera de Mei.

Decir que estaba asustado era poco, estaba aterrado, aterrado de que la madre de Joonmyeon apareciera y le sacara a rastras de su casa a esas horas. Pero valía la pena correr el riesgo.

Mientras esperaba el sonido que indicara que las galletas de chocolate estaban listas, se puso a pensar un poco ansioso. Todo estaba ocurriendo muy rápido con Joonmyeon, de hecho demasiado rápido, pero no le molestaba, estaba muy ilusionado con su jefe y solo sonreía al recordar esa hermosa sonrisa que el hombre tenía.

Su novio.

No podía creer que Joonmyeon le haya presentado a alguien como su novio. Aunque ese alguien haya sido una tipa odiosa y mentirosa, sí, mentirosa, porque obviamente ella no se casaría con su novio.

El timbre del horno sonó y saco la fuente donde estaban las galletas, las dejó para que enfriaran un poco mientras preparaba un poco de jugo de naranja.

Una vez lista la lonchera de Mei, se fue a despertar a la princesa. Estaba de camino cuando su mayor temor apareció bajando por las escaleras con esa actitud prepotente y superior.

-Yixing, a mi despacho ahora.

-Señora Kim. Buenos días -hizo una reverencia- enseguida voy, debo cambiarme de ropa.

Ella lo miró de pies a cabeza con una mueca burlona, solo asiente y se va hasta su lugar de trabajo en casa.

Yixing llega con el corazón bombeando a mil por hora, despierta a Mei y le dice que se meta a bañar, se cambia de ropa y luego de ir a pedirle de favor a Baekhyun que cambie a su hija, sale en dirección a la cueva de la loba.

Toca tres veces la puerta con sus nudillos y al escuchar un adelante, abre la puerta y entra al despacho con el corazón en la mano.

-Toma asiento -ordena-

Él obedece.

-Señora, yo...

-No te echaré, después de todo eres el empleado -hizo énfasis- de mis hijos. Ellos según el contrato son los únicos que pueden correrte.

-Muchas gracias, señora.

-No me agradezcas -cruza sus brazos y se pone de pie rodeando su gran escritorio- Voy a creer que lo que pasó ayer, nunca ocurrió ¿Está bien? -se acercó a Yixing y puso su mano en el hombro del chino- Y tú también. Obviamente mi hijo está confundido y no está enamorado de ti ¿Bien? Olvida esa estupidez.

A Yixing se le secó la garganta, necesitaba agua.

-Pero señora, su hijo y yo somos-...

-Nada, no son nada -interrumpió con voz dura- Supongo que ya conociste a Lena -sonrió malvada- la futura esposa de Joonmyeon.

Yixing sintió su sangre hervir al escuchar ese nombre y la palabra 'esposa' en una misma oración. Obviamente no sería así, él era el novio de Joonmyeon.

-Es una exitosa arquitecta -continúo- hermosa, fina, con clase y bueno -miró con burla a Yixing- y es una mujer. Perfecta para ser mi hija política.

Yixing se enfureció, no porque dijera esas cosas positivas sobre esa mujer, sino que había enfatizado en que él no era una. Claro que no lo era ¡Por un demonio! él es un hombre correcto y con mucho orgullo.

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