Friendzone

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-¿A dónde dijiste que voy? -Dije estirándome como gato. Las mañanas en Madrid eran muy agradables.

-A la escuela- Mi mamá entró a la habitación con los rizadores aún en el cabello.

-¿A esta hora?- Puse la almohada sobre mi cara, ya que, gentilmente, ella estaba abriendo las cortinas.

-¿Ya olvidaste que estamos en Barcelona? Ya es de día- Tiro de mi almohada y la botó sobre mi ropa acumulada al otro lado de la habitación.

-¡Noooo! Tengo sueño. ¿Puedo no ir hoy? ¿Siiii?- Puse la cara más triste y trágica, pero mi mamá soló alzó una ceja.

-¡SI EN CINCO MINUTOS NO ESTAS ABAJO, LLAMARÉ A TU PADRE!- Salió de la habitación y mi conciencia ya estaba moviendo mis pies. Oh sí, llamaré a tu padre. Típico. Él seguro debe estar grabándose en SnapChat. 

-Buenos días a todos. ¡Hola bigotitos! -Lo único que recibí de él fue un ronroneo.

-Hola hija, ¿lista para un nuevo y hermoso día?- Mi papá estaba bien vestido con un elegante traje color gris y zapatos negros.

-Sí, siempre es genial ser la nueva. -Dije algo molesta.

-Oh vamos, yo sé que te encantará -Me dio un beso en la cabeza -Regreso a las cinco, adiós cariño.

-¡Addio! -El italiano de mi mamá aún estaba muy marcado después de casi mil años.

-¿Sabes a qué hora llega el autobús?- Empecé a devorar todo lo que estaba en la mesa. Si la servilleta fuera comestible, ya estaría en mi boca. 

-Hablando de eso... -Su voz sonaba rara, volteé a mirarla algo preocupada- Hija, con todos los gastos que hemos tenido, no pudimos pagar el autobús, entonces... -Fue directo al ropero -¡¡Te compramos una bici!!

Solté el tenedor sobre la mesa -¿Qué dijiste?

-¿No te gusta? Pero si está bien bonita. Tiene color negro y rosado, además un canastita. Oh, oh también traía un casco con una flor, pero supongo que ya es demasiado.

-Di un largo respiro y terminé mi jugo- No diré nada. Solo dame mi almuerzo y algo de dinero para sobrevivir si me meten en algún casillero.

-Ay, corazoncito no te ponga... –Puso ambas manos sobre mi hombro, pero me moví.

Levante un dedo -No digas nada, dame la bici.

-¿Quieres el casco?- La mira con desagrado- Olvídalo...- Soltó una risita nerviosa- ¡Has muchos amigos!

¿Amigos? Enemigos conseguiré yendo así el primer día. En mi otra escuela, la vida no era tan complicada. De hecho, estábamos obligados a portar uniforme, el cabello recogido, portafolios y buenos modales con todo el mundo. Parecía el mundo de las sonrisas fingidas, es decir la hipocresía reinaba en ese lugar. 

Esta escuela era todo lo contrario, literalmente. No hay muchas reglas, la elección de la ropa es libre y no tienes que ser amable con todo el mundo, creo. Este era mi último año y a mis papás no les ocurrió mejor idea que cambiarme de escuela, amigos, ciudad y país. Claro, si íbamos a ser un cambio, debía ser con todo el pack incluido. 

Otro aspecto importante de mi vida era que el chico más lindo, para mí, no vino en mi maleta: Eduardo Levi. Eramos mejores amigos, aunque tengo que admitir que a veces las cosas se confunfían un poco. Me entendía como nadie más lo había hecho, siempre estuvo ahí para mí. Todo el mundo pensaba que estábamos juntos y, ciertamente, ese siempre había sido mi sueño. 

Tal vez las cosas no se confundían, tal vez era yo quien las confundía. Acabo de definir la friendzone. 

Rayos. 

Aún recuerdo cuando le dije que me iría del país...

*

*

*

-¿Qué rayos dices Miley? ¿Te vas? -Sus hermosos ojos pardos me miraban con tristeza y sosiego. Eran como las seis de la tarde y estaba parado en la puerta de mi casa, después de pasar una increíble tarde en el mall.

-Tú más que nadie sabe lo mucho que me costó hacer amigos aquí, dime qué demonios voy a hacer allá sin ti- Lo golpeé en el hombro amablemente.

-¿Quién va a espantar a las chicas malas de mi vida? –Sonrió y una parte de mi cerebro ya estaba nadando en morfina.

Me reí como una tonta, ya que solo estaban trabajando algunas neuronas-Tendrás que hacerlo tú solo. Pero, por favor, no te quiero ver con una cualquiera en la fiesta de promoción a la que no iré.

-¿No irás?- Juntó sus cejas y me miró muy molesto.

-¿Cómo iré si ya no estudio ahí? 

Tomó mis manos en un rápido movimiento -¿Y quién dijo que no podías ser pareja? -Me paralicé y los pequeños soldaditos que, según yo, trabajan en mi mente estaban en huelga temporal. 

-¿De qué hablas?- Besó mi manos y se arrodilló sobre el tapete que decía "Bienvenidos" o supongo que eso era porque no lo habíamos limpiado desde hace años. Probablemente, nunca.

-Miley White, la dulce y pequeña niña de coletas que conocí en la escuela... Me harías el honor de ser mi pareja de promoción, y no lo hago porque te vas, sino por tu personalidad, tu belleza, gran sentido del humor y sobre todo por ser tú. Miley, personas como tú, ya no se encuentran. Sé que siempre te andas quejado del amor, que serás solterona y vivirás con 20 gatos...  Preciosa, cuando llegue el indicado, ni tú podrás decirle que no. Tú corazón no es de hierro, solo falta que alguien halle la forma de tallarlo. Cupido tiene un plan para ti, no lo desanimes con tus penurias... Entonces, ¿es un sí o tengo que sacar un cuchillo y amenazarte?

Instantáneamente mis ojos se llenaron de lágrimas y mis mejillas se pusieron rojas con un tomate. Con tremendo discurso, hubiese preferido que me pida matrimonio, pero la fiesta de promoción ya era un gran paso. Gigantesco para las desastrosas hazañas amorosas que había pasado. Bueno, la única que pasé hace 11 años-¿Por qué tienes que ser tan... tú?

-Así soy de naturaleza... ¿Sabías que sudo aroma lavanda?

Lo golpeé en el hombre -Tonto.

Eduardo se puso de pie, y como de costumbre, yo tuve que levantar la mirada para verlo a los ojos -¿Te digo mi respuesta?

-La estoy esperando, mujer. Tengo frío y más te vale decir que sí, porque no me da miedo usar la opción del cuchillo si es necesario.

-Acepto -Él me abrazo, y justo cuando sentí la felicidad embriagando mi corazón, mis pies ya no tocaban el suelo. Él sostenía mi cuerpo con sus fuertes brazos. Yo solo no paraba de reírme.

-¿Puedo decir algo más?- Me dejó en el piso y me miró a los ojos.

Mi corazón salto de emoción -Claro, claro. Dime -Oh rayos. 

DIOS MIO Y TODOS LOS SANTOS. Aquí viene la pedida, aquí viene. Me caso mañana, señores. TRANQUILA MILEY. Seguro la fiesta solo fue una práctica. Tengo dos vestidos en mente. ¿El corpiño es lindo? Claro que lo es. La luna de miel será en una playa o mejor en la nieve. Oh  no, con ese cuerpo... la playa estaría perfecta.

¿DÓNDE ESTA MI ANILLO? 

-Eres la mejor amiga que cualquiera quisiera tener.

Mi corazón, de un salto, salió de mi cuerpo, tomó un avión y se fue a Japón -Tú igual, Eduardo, tú igual...

Después de eso maravilloso-terrible momento, nos despedimos y me prometió que hablaríamos por Skipe todas las noches que se puedan, para no perder el contacto.

***

Ya ven que mis historias amorosas no tienen un buen final. 

-Señorita White, bienvenida a Barden School.

Y aquí vamos, esperen... ¿Quién es él?

Fue así como pasó...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora