Hecho.

885 34 1
                                    


-Honestamente no te entiendo... ¿Tanto te gusta terminar con gente utilizando razones incoherentes?

-¿Quién dijo que terminé con él por una razón incoherente? 

-¡¿Te gusta otro chico?! Oh vamos. Si tanto dices que es verdad, dime su nombre. 

Me quedé con la mente en blanco por un momento. Eduardo, aún a través de una pantalla, podía descubrir  mis mentiras. No habíamos amistado hace un rato o mejor dicho me disculpé por mi actitud tan infantil. Por eso, después de conversar sobre cómo le estaba yendo allá, ya se había enterado sobre mi rompimiento por Melissa.

-¿Me dirás algo o confesarás? -Estaba tomando una gaseosa helada, ya que el clima allá era demasiado caluroso. 

-Se llama... Raúl.

-¿Raul, enserio? Está bien entonces, ¿podrías mostrarme una foto de él? 

-¿Sabes qué? Diré la verdad... -Así fue. Le conté toda la verdad durante ocho minutos completos. Eduardo solo se limitó a abrir la boca en señal de sorpresa  un par de veces, pero no me interrumpió hasta que terminé con una lágrima en a mejilla por la mezcla de sentimientos- Esa fue la verdadera razón.

-No puedo creerlo, enserio. 

-A veces creo que mi vida es digna de una novela.

-¿Erótica?

-¡Por supuesto que no!- Ambos reímos como dos niños pequeños hasta que me tranquilicé.

-¿Se lo dirás?- Habló un poco más serio.

-Si se la hubiese dicho, no me hubiera creído. ¡Es su madre! En el restaurante la trataba como una reina, él jamás la acusaría de algo, ni siquiera por mí.

-Miley, ella es una criminal. No puede quedar impune lo que te han hecho, peor aun que sepas quién lo hizo y que no puedas acusarla. Si quieres yo puedo hacer la denuncia o...

-No- Lo interrumpí antes que siguiera esparciendo ideas. Obviamente le sorprendió mi negativa, pues se atragantó con las papitas.

-¿Qué?

-No pienso hacer ninguna denuncia. Me sentiría demasiado culpable si se pelea con su madre por mí, nunca me lo perdonaría. 

-No puedo creerlo. 

-Por favor, no te pongas así. Yo sé que suena muy estúpido y alocado, pero es mi decisión. No quiero pelearme contigo, hablemos de otra cosa. 

-La respetaré, pero no para siempre. Está bien, cambiemos de tema... -Comió una papa de mala gana. 

-¿Cómo te va con Melissa? Ella nunca me cuenta detalles, espero que tú puedas hacerlo. 

-Hmm... -Sonrió a la pantalla y se ruborizó. 

-¿A qué te refieres con hmm? 

-Supongo que ella aún no te lo ha dicho, pero ha pasado algo un poco extraño antes que me fuera. 

-¿Qué pasó? -Eduardo sonrió a la cámara- ¿Me vas a decir? -Agarró tres papas y se llenó la boca- ¡Eduardo! 

-OK, ok, te lo diré. El día que me fui, cuando huiste- Levantó una ceja y me sacó el dedo medio- llegamos al aeropuerto y mi vuelo se había retrasado por 6 horas. Entonces, reservamos una habitación en el hotel que estaba al lado, Melissa llamó a sus padres pensando que estaba en una divertida pijamada contigo y... No puedo creer que te estoy contando esto, lo hicimos. 

Justo cuando estaba tomando un vaso de yogurt y escuché la palabra "hicimos", me atraganté y escupí todo de vuelta al vaso- ¡¿Qué?!

-Lo que oíste, pero de una manera más romántica, supongo.

-Qué hermoso ya tuviste tu primera vez, ahora ya eres todo un hombrecito...

-Eres una babosa- Sus mejillas se sonrojaron tanto, que ahora veía a un tomate. 

-Tú eres un tomate... Espero que aprendas a tomarlo de una forma responsable, por favor. No quiero que cometan un error tan jóvenes.

-¡Vaya! ¿Por que estás tan inspirada, ah?- Tomó un largo trago de gaseosa- ¿Ustedes?

-No. La verdad, nunca tuvimos esa conversación o llegamos muy lejos. Ni siquiera cuando dormíamos junto...

-Lo que se pierde el imbécil. Fue tan... 

Levanté un dedo para que se no diga nada más- ¡Cállate! Cuando me refiero a detalles, no es eso. 

-Igual te enterarás por el lado de Melissa. Pero, por favor, no le digas que yo te dije...

-Oh vamos, igual ella sabe que ambos nos contamos todo desde hace años. 

-Es cierto. Pero ya me tengo que ir, hablamos después y no vayas a cometer una estupidez más...

-Soy propensa, así que no te prometo nada. 

*

*

*





Fue así como pasó...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora