XVII.

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Loreley:

Después de dos semanas y tres días, se me ha pasado el enojo. A partir de ahora, ya no te reclamaré nada. Ni me meteré en tus asuntos. No te pediré nada. Ya no le daré importancia a lo que hagas o dejes de hacer, y esta vez, cumpliré con mi palabra. Si eso es lo que quieres, te complaceré. No tengo ningún derecho a meterme en tus asuntos y en tu vida personal, te dejaré ir... si eso es lo que quieres. Tú sólo pídelo y lo haré. ¿Crees realmente que me duele hacerlo? Pues estás muy equivocado; no me duele. Todo lo contrario. Porque no todo tiene que afectarme, ¿sabes? No soy tan sensible como tú piensas.

No tengo nada más que decir.

Texteame cuando quieras, cuídate.

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