Text me

XXVI.

Loreley:

Me costó mucho volver a escribirte. Aún te sigo odiando, ¿sabes? Fuiste muy, muy cruel conmigo y me hiciste pasar vergüenza delante de todos mis familiares. ¿Cómo te atreves a fingir que no existo? Y lo peor de todo; ¿cómo te atreves a llevarla a la fiesta del cumpleaños de mi madre? A mí se me caería la cara de vergüenza si yo te hiciera algo similar. Me das pena, Justin. Tú y tus estúpidas ganas de «vengarte» de mí. Yo no te he hecho absolutamente nada malo. Jamás te he herido, ¿o acaso te hice llorar? ¿Te dejé solo en tu peor momento? Siempre estuve ahí para ti y tú, como el malagradecido que eres, te olvidas de mí y me dejas sola.

Que gran amigo eres.

Nótese mi sarcasmo.

Es tan triste que estés echando esta amistad por la borda, pero está bien, yo lo superaré y tú te arrepentirás toda tu vida. Lo admito, me hiciste sentir una mierda, sin embargo, estoy aquí de pie con una sonrisa. No me derrumbaste. No me rompiste el corazón. La diferencia entre tú y yo es que yo nunca me iría por el mal camino. Si sabes a lo que me refiero, ¿no? Si no es así, lo especificaré.

Esta chica que ves aquí, no empezaría a consumir drogas sólo para intentar olvidarse de sus problemas y de su patética vida.

No olvides lo bajo que caíste, Bieber. Y mucho menos olvides quién te ayudó a levantarte. Fui de las pocas personas que te adoraba aún cuando te comportabas como un idiota, como un niño malcriado. No olvides quién se desvelaba por ti todas las madrugadas. Ella nunca estuvo ahí y tus amigos falsos tampoco estuvieron cuando querías dejar de existir. Que no se te olvide quiénes son tus verdaderos amigos y todas aquellas personas que realmente te aman por lo que eres no por ser el gran Justin Bieber.

Aunque te comportes como un verdadero imbécil conmigo, te quiero y si me necesitas, aquí estaré.

Texteame cuando se me pase el enojo. Adiós.