Capítulo 8

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POV Lauren

Después del desayuno decidí ir hasta el cuarto y tratar de hablar con Camila pero cuando llegué ella ni siquiera estaba ahí, miré su cama y seguía de la misma manera a como la vi cuando desperté. Deje escapar un suspiro, busqué un libro y cuando me di vuelta una gendarme me estaba mirando.

—¿Lauren Jauregui verdad? — la tipa me miró de pies a cabeza.

—Si — respondí preciso.

—Tiene visitas.

La tipa me pego contra la pared, tiró mi libro al suelo y me esposó — lo siento pero a las asesinas se les trata así acá dentro — noté una estúpida sonrisa en su rostro y las ganas de matarla a golpe eran incontrolables. Cuando me volteo hacía la salida me di cuenta de que Camila estaba en el cuarto, me miró de pies a cabeza y puedo jurar que mato con la mirada a la gendarme — Camila sal de la salida — escuché en mi oído.

—¿A dónde la llevan? — cuando escuché su voz la quede mirando pero ella ni siquiera se molestó en prestarme el más mínimo de atención ¿Qué le pasaba?

—Eso no es de tu incumbencia, camina Jauregui.

—Claro que lo es — se colocó delante de la puerta — tengo que saber porque si se la llevan o cambian de habitación quiero solicitar una compañera de mi agrado — sus palabras me hicieron enojarme aún mas.

—No te preocupes Camilita — dije en un tono irónico — es solo una visita así que supongo que tendrás que seguir aguantándome — dije guiñándole un ojo — ahora córrete que puede ser mi prometido y no quiero perder el tiempo con idiotas como tu — creo que esas palabras hicieron que ahora tuviera toda su atención. Sus ojos se clavaron en los míos entonces me di cuenta de que nunca antes los había tenido tan cerca. Eran de un color marrón que te dejaba sin aliento, eran penetrantes. Camila se salió lentamente de la puerta.

—Suerte nueva — me dio la espalada y se lanzó a su cama. La gendarme me hizo caminar esposada por un pasillo enorme, todas las personas que estaban ahí me miraban de pies a cabeza, escuché de todo. Desde "que chica mas guapa" a "quieres ser mi perra esta noche". Cuando llegamos a la sala de visitas me di cuenta que estaba repleta de mesas y de sillas, no sé porque creí que me harían hablar con alguien a través de un teléfono.

—No te preocupes, lo de asesina era solo para hacerte rabiar, aun no sabemos nada de tu caso así que anda. Es ella la que te busca — la gendarme apuntó hacía una mesa que estaba pegada a la pared y de todas las personas que creí que podrían venir, nunca creí que ella lo haría. Caminé hasta la mesa y ella me sonrió.

—Lauren... — sonreí y me senté.

—¿Qué haces acá? — pregunté mirándola.

—¡Oh Dios! Llevas un día así y mira como tienes el cabello, tu cutis... Mira esas manos Michelle.

—¿Vienes a hablarme de estética? — fruncí el ceño — porque si es eso, enserio puedes irte por donde entraste.

—No seas idiota — sacó un cigarrillo, lo prendió y me quedo mirando — yo y tu padres estamos preocupados eso es todo.

—¿preocupados? — dije en tono irónico.

—Claro Lauren, no siempre meten presa a tu única hija por asesinato — creo por hoy había tenido suficiente de esa palabra.

—No lo mate — dije mirándola.

—No vengo a dialogar sobre eso — votó el humo de sus pulmones.

—¿Entonces?

—Vine en representación de tu padre, se ofreció a pagar lo que sea por sacarte de esta.... — mi madre miró hacía todos los lados con desprecio y de ahí pego su vista en mí — cárcel.

Bienvenida A Mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora