Bienvenida A Mi vida

**Capitulo 9**

POV LAUREN

Caminamos un par de minutos hasta que Camila se detuvo en la parte trasera del edificio principal, donde estaba una torre de seguridad.

—¿Qué crees que haces? —Dije cuando la vi mover un par de viejas maderas.

—¿Qué crees que hago? —Respondió arrogante.

—Genial, harás que me castiguen quien sabe como en menos de mi primera semana en este lugar.

—Vamos Jauregui, al parecer nadie entra aquí hace bastante. No es la primera vez que vengo.

—Pero conmigo aquí seguro nos descubren. No se si es muy obvio, pero mi suerte últimamente esta por el piso.

—Ok, puede ser. Pero estarás conmigo. Y mi suerte, por alguna razón, no esta TAN mal desde que llegue a este lugar. —Termino de mover algunas cosas y me ofreció su mano. —Ven. —Solo mire su mano, aun indecisa sobre si debía ir con ella o no. Ya no estaba segura. Eran mas las probabilidades de que o alguien nos descubriera o de que ella misma me hiciera algo. —Jauregui, el tiempo no espera ¿Vienes o vuelves? —Me quede callada, tratando de razonar. —Esta bien, como quieras. Pero te regresas sola. Tu te pierdes lo único bueno de este lugar.

"Lo único bueno" la idea de este lugar ya era bastante mala como para imaginar que hubiera algo bueno. Se dio la vuelta y de un pequeño pero fuerte jalón, abrió la puerta de metal de la torre. Ella entro y justo antes de que cerrara un impulso salió de mi boca. —¡Cabello! —Tardo un poco, creí que no volvería pero asomo su rostro por detrás de la puerta y me hizo un gesto como diciendo "¿Qué?" acompañado de una mirada penetrante. —Yo... —Ella me miraba con una clara expresión de burla, ahí, justo ahí por sobre sus labios. Estaba aguantando la risa y yo lo sabía. Me ponía incluso mas nerviosa que antes. —Yo...

—No tengo todo el día Jauregui... ¿tu que?

—Bueno... ya es bastante malo estar aquí. Quiero... ver lo único bueno de este lugar. —Ella se echó a reír y salió la darme la mano de nuevo.

—Lo sabía. Siempre gano.

—Ya te estas pasando.

—Deja de llorar y ven. —Me dio paso frente a ella y ambas entramos a aquella torre. Era cierto lo que decía, se ve que nadie había entrado hace mucho, las escaleras estaban cubiertas de tierra.

—Cuidado con las arañas.

—¿Hay arañas en este lugar?

—Y las ratas.

—¿Ratas?

—Ah... y ayer creo, vi un par de alacranes.

—¡CAMILA!

—¡Mira! Ahí hay unos.

—¡¿QUE?! ¿DONDE? ¿UNOS QUE?

—¡CORRE, CORRE! —Sentí algo rozar contra mis pies y la obedecí. Subí corriendo las escaleras hasta el pequeño mirador. Cuando estaba segura ahí arriba voltee a mirarla y ella estaba riendo.

—¿Qué había allá abajo?

—Ahhh en serio eres como una niña.

—¿Qué?

—No es posible que seas tan inocente. No había nada Jauregui. Ahora apura. —Le di un golpe en el hombro.

—Ahh ¿auch?

—Te lo mereces por graciosita. Odio esa clase de animales.

—Yo no sabia que eras una miedosa.