Capítulo tres.

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Emily.


Eran las ocho con veinticinco de la mañana, mi despertador había sonado y tuve que apagarla antes de que me diera un dolor de cabeza y lo aventara contra la pared. Me quedé cinco minutos acostada, pensando en lo que Skyler me había metido... Sería niñera, si es que la persona con quien me "quedé" de ver le agradaba, porque ni si quiera yo quedé, fue mi amiga.

Me levanté de la cama con lentitud, físicamente mis movimientos al levantarme fueron como si una tortuga quedara boca arriba, mi forma de caminar era de un perezoso y al verme en el espejo mi peinado era como una escoba vieja y mi cara como un mapache. Si, Dios bendiga a mi futuro esposo y quiera despertar con esta horrenda cosa todos los días. Mi más sentido pésame.

Abrí mi closet y no sabia que ponerme, suspire y cerré los ojos tomando algo al azar, tome una playera tres cuarto blanca con las mangas negras, con un logotipo de All Time Low, tomé unos jeans ajustados, ropa interior y fui a darme una ducha rápida. Al salir cambiada, me alisté un poco, no es que yo me alistara siempre, de hecho, casi nunca, de lo que algo he aprendido es por Skyler, y bueno, como siempre dicen "la primera vista impresiona". Mi cabello es quebradizo color rubio, amaba tanto mi cabello así que podía acomodarlo como yo quiera, me caminé al espejo para verme completamente y ver como me miraba. Era una chica de 23 años que aparentaba una edad de más o menos de 19 años, tengo ojos marrones y uso gafas, no estoy tan ciega, pero me gustaba usar de ellas de vez en cuando cuando no usaba mis lentes de contacto. Suspire al verme, no era alguien que estaba completamente feliz con su cuerpo y bueno, mi cuerpo lo considero bien, tengo caderas definidas y pechos normales, ni tan chicos y ni tan pequeños. No Estaba completamente segura si mi atuendo iría bien con la "entrevista" de trabajo, aun que bueno, tampoco es que fuera a una oficina o lo que sea. Opté por ponerme mis botas militares negras y tomé mi bolso pequeño, pasándola por un lado de mi cuerpo, metí mi cartera con identificaciones, mis audífonos, cosa que nunca me hacían falta y mi teléfono celular.

Al caminar por las calles de Montreal, me hacia recordar a mis padres, sobre todo a mi madre, ella cada mañana decidía ir a caminar un rato por la ciudad, papá era un vil flojo, y creo que de eso tuve de herencia, porque ninguno de los dos la acompañaba. Cuando era adolescente, acompañe varias veces a mamá a caminar, cuando lo hacia me sentía completamente bien, aun que eso de despertar temprano cada día no era lo mio... Salvo cuando era pequeña y madrugaba para ver Las pistas de Blue, era una de mis caricaturas favoritas.

Me puse mis audífonos y seguí caminando hasta llegar al parque central de la ciudad. Caminaba con tranquilidad, viniendo aun más recuerdos en mi, mirando escenas imaginarias de cuando en este preciso parque aprendí a andar en bicicleta y a patinar sobre hielo, creo que mi sueño frustrado fue a ir a clases de patinaje y concursar con compañeros y demostrar mi talento; pero todo eso se borró cuando un día resbalé y caí sobre el hielo, lastimandome mi brazo izquierdo, llevando yeso por casi un mes. No se porque había llorado más, por que me dolía bastante o porque no fue el brazo derecho, si hubiese sido el derecho no hubiese trabajado en la escuela.

Me senté en una de las bancas que se encontraba el señor de los helados y de los algodones, cuando Skyler dijo que lleva tiempo aquí, era cierto, creo que este señor lleva más de lo que yo tengo de vida, pero bueno, no es que yo sea vieja, pero este señor lo recuerdo desde que yo era una pequeña y papá compraba helados para los tres, mamá, él y yo.

—Hola, buen día... ¿Emily?.—Escuché una voz gruesa y reconocida, voltee y lo vi, era él. Oh por Dios. Viviendo en la misma ciudad nunca pude conocer en persona uno de los hombres que más me han inspirado y a uno de los que más admiro. Pero ahí estaba, mostrándome una sonrisa algo tímida, moría por ver esa sonrisa perfecta, esos ojos calor marrón por las cual siempre suspiraba cuando miraba sus fotos en internet.— Disculpa, ¿Eres Emily? Si, no siento mucho la confusión.

La niñera de los Bouvier's.Where stories live. Discover now