Crazy Youth (Justin Bieber)[TERMINADA]©

Capítulo 12. Si la veo, te mato

- Crystal, ¿cómo me quedan? -dijo Marine poniéndose unas gafas con forma de corazón.

- Estupendas. -dije mirándola durante unos segundos y volviendo a buscar algo bonito de recuerdo.

Estábamos en un mercado comprando pequeños recuerdos del viaje.

Yo me pregunto, ¿no era mejor venir por la mañana y tener la tarde libre que tener la mañana libre y venir por la tarde?

Encima está anocheciendo y las luces no funcionan bien. De aquí poco esto quedará oscuro.

Yo preferiría ir al centro de Barcelona que estar en un pequeño mercado a fueras.

Estoy un poco preocupada por Justin. No lo he visto en todo el día.

- Marine, ¿me dejas 10€? Se me ha acabado el dinero. -dijo Aaron acercándose.

- Ahora para saber como ha gastado su dinero. ¿Qué has hecho? ¿Comprar condones? -dijo Marine dándole el billete.

- Como me conoces. -dijo guardándoselo.- Por cierto, ¿puedo hacer algo?

Aaron se acercó mucho a Marine. Oh, Dios. ¿La va a besar?

Marine piensa lo mismo que yo, porqué cerró los ojos esperando el  beso.

- Puedo... -susurró él.- ¿Quedarme con todo el dinero?

Marine abrió los ojos de golpe y se encontró a Aaron corriendo con su cartera.

- ¡Aaron! ¡Hijo de tu santa madre! ¡Dame eso! -gritó ella corriendo detrás de él y dejándome sola.

Negué con la cabeza y pagué los tres imanes que elegí.

Salí de la tienda buscándolos pero no los vi.

Saqué mi móvil y intenté llamar a Marine, pero nada.

- ¿Dónde vas, hermosa? -dijo un chico detrás mío de 27 o 28 años.

Venía con 4 chicos más. Tenían más o menos la misma del chico que me habló.

Pasé de ellos y me giré al otro lado para no verlos.

Me sorprendí al no ver a nadie en la calle.

¿Qué mierda pasa aquí?

- ¿Te preguntas dónde se han metido todos? -me giré para verlo.- Este es mi territorio y la gente me teme.

¿Su territorio?

- Y lo que hay en mi territorio es mío. Al igual que tú. -se acercó a mi, a lo que yo retrocedí.

Lo miré con asco y con un poco de miedo. ¿Dónde me he metido?

Me cogió del antebrazo y me tiró hacia él. Por impulso, empecé a gritar.

- Grita lo que quieras. Nadie te vendrá a salvar, guapa. -dijo bajando sus asquerosas manos por mi espalda, llegando a mi cintura.

- ¡Suéltame! -grité intentando alejarme de él, pero no podía.

Dos de los otros chicos me agarraron de lo brazos, impidiendo que pueda hacer algo.

Empecé a llorar, suplicando que me dejaran ir. Pero estos solo se reían.

- Te lo he dicho antes. Este es mi territorio. Si alguien intenta parar esto, acabará muerto. -dijo sonriendo con media sonrisa.

El chico empezó a besarme en el cuello, mientras yo intentaba soltar los brazos.