Capitulo 34. Así que tu eres Justin...

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Abrí la puerta de casa de Justin con las llaves que me dio Aaron. Según él, ya no hay peligro. Richard está lejos de aquí y los enemigos de Justin ya no existen, porque él ha muerto.

Tenía planeado seguir con mi vida delante, tal como era antes de volver a ver a Justin. Iba a volver a la Universidad y a las clases de zumba del Señor Rodríguez.

Me fui a la habitación de Justin y dejé todo lo que traía conmigo en la cama. Me quité la ropa sucia y me metí en el baño a ducharme. Estuve durante media hora hasta que empecé a marearme.

Salí y me dirigí al armario de Justin. Saqué una camisa negra de él y me la puse. Cogí un pantalón holgado e hice lo mismo.

- Aaron. -dije al encontrármelo delante de mi puerta.

- ¿Estás bien?

Asentí y entré en la habitación para sentarme en la cama. Aaron me siguió y se sentó al lado. Estuvimos un buen rato callados hasta que decidí romper el silencio.

- Aaron, cuéntame todo lo que no sepa.

Él me miró y se pensó dos veces si debía hacerlo o no.

- No te puedo decir mucho. Pero tienes que saber algo importante. -lo miré con intriga.- Nadie conoce a Justin.

Fruncí el ceño. ¿Cómo que nadie lo conocía?

- Quiero decir que no lo conocían como Justin. Todo el mundo lo llamaba de otra manera.

- ¿Como?

- Kaali. Creo que Justin me dijo que era el nombre de una diosa hindú y que significa oscuro.

- Entonces nadie conoce a Justin por su nombre, ¿cierto?

- Si. Escúchame, nunca se te ocurra llamar a Justin por su nombre. -asentí mientras reía sin ganas. ¿Para que si está muerto?- Justin no quería que sufrieras más, Crystal.

- No sufría Aaron.

- Si lo hacías. Sufrías porque te preocupabas por Justin, y eras tan terca que no quisiste separarte de él. La verdad es que él tampoco quería. Él te quería mucho, demasiado, como para vivir lejos de ti. Fue egoísta porque te quería tener a su lado a pesar de saber que iba a poner la vida en peligro de los dos. Te quería proteger él mismo del mundo y te quería hacer sentir todo lo que nunca sentiste. Te lo repito. Él te quería mucho más de lo que te puedes llegar a imaginar.

Lágrimas empezaron a salir sin parar. Yo también lo quería mucho. Tanto que no sé ni porque sigo viva. Debería estar con Justin.

- Pero él querría que siguieras tu vida con felicidad, sin recordarlo.

- Lo haré. Pero juro nunca olvidarme de él. Justin fue el amor de mi vida y siempre lo será.

Aaron me abrazó unos instantes, intentando tranquilizarme. Cuando ya dejé de llorar, él se levantó y salió de la habitación. Justo cuando salió, rompí a llorar de nuevo.

- No puedes estar muerto, Justin. Sólo... no puedes.

(*)

Entré en la sala y me encontré con todos ya dentro. Me saludaron y volvieron a sus conversaciones.

Dejé mi mochila en un lado de la sala y empecé a acomodarme el pelo.

- Crystal, cariño. ¿Como estás?

Me giré y vi al señor Rodríguez. Le asentí y seguí intentando hacerme una cola alta. Él se quedó conmigo mirando unos papeles que nos llegaron. Marine estaba en casa ya que decía que se encontraba mal.

Aaron y Marine se han acercado más estos días y tengo una ligera sospecha de que Marine se va a la habitación de Aaron a dormir después de asegurarse de que yo estuviera durmiendo.

No entiendo el porqué me tienen que esconder eso. Quiero decir que, son mis amigos y yo sería la que más feliz estaría de que fueran novios.

De repente, empezaron a entrar hombres vestidos de negro y con pasamontañas en los rostros. Me extrañé al ver como empezaban a empujar a todos hacía el fondo de la clase, pero a nosotros ni nos miraban.

Se quedaron ahí vigilando que nadie se moviera del fondo. Instantes después, entró un hombre vestido con americana. Parecía un hombre de negocios con sus galas y su maleta. Me asusté al ver que llevaba dos pistolas.

No, no. Vienen a por mi.

Tragué saliva al ver como se acercaba hacia nosotros. Al llegar delante nuestro, llamó a unos hombres que me cogió y me llevó con el resto de la gente de la clase de zumba.

- Sr. Rodríguez...

Espera, ¿qué? Estos hombres están aquí por él. ¿Por que?

- Sí, soy yo. -dijo él.

- Soy James. ¿Sabe quién soy?

El señor Rodríguez me miró y se me quedó mirando unos instantes. Luego volvió a mirar al señor de la americana, que por lo que se ve se llama James.

- Sé quien es. -admitió él.

- Pues perfecto. Venía a jugar con usted a un juego, ¿si? -dijo inclinándose un poco hacía el Sr. Rondríguez.- Yo le doy pistas y me tiene que decir de que está hablando.

El Sr. Rodríguez lo miró sin entender, aunque no parecía que al hombre le importara en absoluto.

- Primera pista, es un policía infiltrado.

El salón estaba en un silencio inmenso, nadie decía nada. Todos estaban asustados y miraban a los hombres con miedo.

- ¿No sabes quien es? Bueno pues segunda pista, es un policía infiltrado.

El Sr. Rodríguez estaba dispuesto a quedarse callado. No sé a quien se refiere James pero no entiendo que tiene que ver un hombre que lleva una escuela de zumba con un policía infiltrado.

Quizás algún familiar o conocido sea ese policía infiltrado.

Tengo miedo. No sé porque. Tengo un muy mal presentimiento de que algo para nada bueno pasará. Ahora tengo más miedo porque no tengo a Justin conmigo. Si estuviera con él me sentiría más protegida.

- ¿No? Vaya jugador más malo hemos elegido... -chasqueó los dedos y hizo una señal a los hombres que estaban fuera para que entraran.- Tercera y última pista.

Nos giramos hacia la puerta y vimos como entraban los hombres con uno más cogido de los brazos y lo tiraron al suelo. El chico levantó su cabeza y pudimos ver su rostro. Me quedé en shock al ver quien era.

No puede ser... No lo pueden tener ellos, no así, de esta manera, con la cara mallugada y sangre seca por todo el cuerpo. Temblé al verlo así.

- Veo que ahora si sabes a quien me refería. -le dijo James al Sr. Rodríguez al ver su cara de miedo y sorpresa.

James se giró y se acercó a él. Lo levantó del suelo y sus hombres lo sostuvieron.

- Así que tu eres Justin...

Crazy Youth (Justin Bieber)[TERMINADA]©Where stories live. Discover now