Capítulo 16

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SAM

Me quedo analizando sus palabras y asiento sin ningún motivo.

—Bien, voy al baño. —aviso antes de ponerme en pie.

Genial, esto es hermoso.
Ya veo que Gabriel solo me puso una camisa, la cual cubre solo mi abdomen e incluso no del todo. Por lo cual es evidente que mis piernas están desnudas y completamente expuestas, al igual que mis bragas.

— ¿No pudiste conseguir un short o algo? —lo miro.

—A mí me gusta. —me dedica una sonrisita pícara.

— ¿Qué miras? —murmuro antes de lanzarme sobre él y comenzar a hacerle cosquillas o al menos eso intentar hasta que este agarra mis brazos.

— ¿Qué crees que estás haciendo? —me mira con diversión.

—Jugando con muñecas, ¿no lo ves? —ruedo los ojos.

—Sí, claro. —sonríe burlón.

—Fue gracioso. —sonrío.

—Quizás esto comience a gustarme. —dice antes de colocar ambas manos sobre mi trasero.

— ¿En serio? —murmuro acercando mis labios a los suyos hasta que estos consiguen rozarse.

—Sí. —murmura.

—Debo ir al baño. —digo antes de besar su mejilla y correr hacia el lugar nombrado.

—Eres muy injusta. —le oigo gritar.

—La vida no es justa, cariño. —grito de vuelta.

Es la verdad, la vida apesta.

Hago mis necesidades y luego derramo agua sobre mi rostro. Necesito una ducha urgente, quizás luego de desayunar. Mis tripas rugen.

— ¿Quieres desayunar? —pregunto al salir del baño.

Observo toda la habitación y noto que no hay rastro de él.
¿Dónde diablos se metió?

Atravieso el pasillo y bajo las escaleras rumbo al living, lugar en el que no se encuentra. Por lo tanto decido ir a ver a la cocina, uno nunca sabe. Cuando llego me encuentro a Gabriel buscando algo en el refrigerador.

— ¿Qué haces? —pregunto recargándome sobre el marco de la puerta.

—Haciendo desayuno. —dice mientras saca jugo de naranja del refrigerador.

— ¿Sabes cocinar? —arqueo una ceja y sonrío.

—No, ¿tú sabes? —ríe un poco.

—Sí, te ayudo. —digo caminando hacia él y juntos comenzamos a hacer el desayuno.

Esto es un desastre, la cocina es un completo caos. A Gabriel se le olvidó sacar el pan de la tostadora y este se quemó. Lo dejé cuidando los waffles y fue mala idea. Definitivamente necesita lecciones de cocina.

— ¿Quieres cereal? —lo miro.

—Buena idea. —sonríe.

Luego de desayunar, subimos a darnos una ducha.

—Si quieres puedes quedarte en la habitación de anoche. Les diré a los chicos que nos acompañen a comprarte ropa. —murmuro.

—Bien. ¿Que me pondré luego de que salga de la ducha?

—Creo que tengo ropa de Leonardo en mi armario. Te la llevare luego de ducharme. —digo antes de caminar hacia mi habitación.

Creo que me quedare toda mi vida en la ducha. Deliciosa y refrescante agua, ¿qué más se le puede pedir a la vida?

Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)Where stories live. Discover now