Capítulo 18

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Debo confesar que Gabriel es bastante lindo, por más cursi y extremadamente ridículo que suene. El chico tiene lo suyo y ante sus encantos soy muy débil. Aunque hay algo que me sigue preocupando y es la reacción de todos, especialmente la de mis padres. Sin duda alguna ellos van a asesinarme. Además, tienen que entender que Gabriel me gusta y no voy a alejarlo. El chico siempre ha estado conmigo en las buenas y en las malas, incluso más que mis padres. Gabriel me enseñó a volar y eso es algo que le estaré eternamente agradecida.

Mis padres realmente nunca tuvieron mucho tiempo para nosotros, mi padre no podía ir al cielo cada vez que quería por lo tanto el tenía que sacar algo así como un permiso con un mes de anticipación y nosotros no podíamos ir al infierno. No es un lugar muy bueno para unos chicos mitad Ángeles blancos.

Todo eso es motivo suficiente para desafiarlos y de la mejor manera que puedo encontrar, teniendo un romance con mi tío. Vaya, eso suena asqueroso y cero increíble.

Luego de lavarme los dientes y colocarme el pijama, me voy a la cama, en la cual tardo al menos una hora dando vueltas y buscando una posición correcta para dormir. Después de encontrar un lugar caliente en mi cama, ya que aquí hace un frío horrible, me quedo dormida.

Aléjate...
Aléjate...
Aléjate...
Aléjate...
Aléjate...o mueres.

Tras el horrible sueño o pesadilla, invocación al demonio o lo que sea, me levanto de sobresaltada y jadeando.

—Por un infierno, ¿qué fue eso? —murmuro.

Miro a mi alrededor y noto que mi habitación está a oscuras, como se supone que debe estar. Paso las manos por mi rostro y doy un suspiro frustrado, mi vida no puede ser tan asquerosa, ¿cierto?

Me estiro un poco y busco el reloj que está sobre la mesita al lado de mi cama, tan solo son las dos de la mañana, me voy a suicidar. Solo esa maldita pesadilla, suponiendo que fuese eso, basta para atormentarme el resto de la noche.

(***)

Tengo unas ojeras increíblemente grandes y es de esperarse. Luego del suceso tan raro que viví anoche, ya que nunca he tenido pesadillas, no pude pegar ojo en toda la noche. Algo me decía que si dormía se pondría fea la cosa, claro, gran error seguir mi instinto. Ahora gracias a él me veo como un zombie.
Gracias al señor que Perrie me enseñó a maquillarme y eso ayudará a esconder mis horribles ojeras. Ahora que pienso en Perrie, creo que debo ir a visitarla. A pesar de que mi muy idiota amigo ya no sale con ella, sigo siendo su amiga. Debo decirle a Eleanor que nos acompañe, un día de chicas no le cae mal a nadie. Dado que son las seis y algo de la mañana no puedo llamar a las chicas, ya que estas deben estar durmiendo, suponiendo que se encuentran en Londres.

Sin tener nada más entretenido que hacer, bajo al living y me tumbo sobre el sofá a ver algo de televisión hasta que pueda llamar a las chicas. Gabriel probablemente está durmiendo y los chicos es más que obvio que deben estar babeando en este momento.

Ya que no suelo ver televisión no tengo ni idea de cuales canales son mejores. Quizás algunas caricaturas me hagan olvidar la porquería de anoche, la cual fue bastante real.

De pronto unos golpes en mi hombro me sobresaltan y eso me hace querer matar a todo el mundo. Desconcertada y con mi corazón latiendo a mil, miro a mi alrededor y noto que aún sigo en el sofá, lo que quiere decir que me había quedado dormida y no me di cuenta.

Observo a mi alrededor y rápidamente encuentro a Gabriel mirándome fijamente y con una tonta sonrisa en su rostro.

—Lo siento, no quise asustarte. —dice sin borrar su sonrisa.

Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora