Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)

Capítulo 35

De pronto siento algo rozar mi cintura, pero no es una sensación agradable. Más bien diría que se siente escalofriante.

Abro los ojos rápidamente, encontrándome con la oscuridad. Me doy la vuelta y noto que Gabriel no está. El pánico me invade inmediatamente. De repente unos ruidos en la planta baja hacen que me levante de la cama. Abro la puerta y salgo al pasillo.

Los chicos probablemente estén durmiendo o hablando en el living.

Camino con paso lento y bajo las escaleras muy despacio, aún no me encuentro muy bien de salud y mis fuerzas son casi nulas. Al llegar al living no veo nada extraño, de hecho, no veo nada.

De la nada escucho un gran estruendo proveniente de la cocina, lo que hace que me sobresalte. Rápidamente camino hasta esta y busco el motivo de tal ruido. Noto que en el suelo se encuentra un plato roto en mil pedazos, por lo que me acerco para poder recoger los pedazos más grandes. Cuando recojo la mayoría otro estruendo se escucha, haciendo que suelte los pedazos de vidrio, los cuales cortan mis manos. Esta vez el ruido proviene del living.
Me lavo las manos y camino hacia el living. Cuando llego noto que no hay nada, lo cual es bastante extraño y lo es aún más el hecho de que ninguno de los chicos bajó y, que no encuentro a Gabriel.

Pienso que el hecho de levantarme tan rápido me aturdió un poco y por eso estoy imaginando cosas. Pero también por mi mente pasa la simple idea de que esto puede ser un sueño y tiene mucho sentido. Siempre estoy sola en mis sueños y de un pronto a otro aparece la criatura que quiere asesinarme. Rio un poco ante el hecho de que esto es una estupidez y que el damnatorum no es tan listo como creía.

— ¿Crees que soy tan estúpida? —pregunto a la nada.

Luego un ruido suena detrás de mí, me giro rápidamente y miro al damnatorum al pie de las escaleras. Su "rostro" no refleja nada, pero es obvio. Es solo un demonio sin corazón o sentimientos, ¿qué se puede esperar?

—No, eres muy astuta. Muchos ángeles han muerto gracias a mí. —dice con tono fuerte y espeluznante.

— ¿Y qué quieres? ¿Que te aplauda?

—Como te dije anteriormente. Eres más difícil de asesinar que otros ángeles.

Con forme habla se va acercando más a mí. Cada paso que el damnatorum da hacia mí, yo lo doy hacia atrás.

—Que mal para ti.

—Eres la única en todo el cielo que puede auto curarse, de hecho la única que tiene tantos poderes.

— ¿Hablaremos de mis poderes?

—Hablaremos de ti y de cómo te sentiste al casi morir gracias a mí durante dos ocasiones.

— ¿Qué tal si hablamos de cómo huiste?

—Pensé que nunca averiguarías qué clase de demonio soy.

—Mejor tarde que nunca. —murmuro.

—Tu poder es muy parecido al mío, Samantha. Solo que no lo quieres ver. Eres una de nosotros, un demonio.

—Soy un ángel negro. Además, en todo caso sería mitad demonio.

—Entonces te corregiré yo a ti. Mitad ángel negro. Por tus venas corre sangre maldita, sangre del enemigo y no puedes negar tu descendencia.