.7.

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Al llegar a la clínica nos sentamos con María, estaba nerviosa, quería saber el sexo de mi hijo, y esto me ponía entusiasta, mucho. Miré la radiografía del bebé, apenas y se veía, bueno, hace un mes atrás. Sonreí, María se acercó y también lo miró.
— ¿Es su hijo? —me preguntó, la miré, confundida, luego entendí, miré hacía otro lado.
— Desearía que no —dije, lo había pensado muy bien, aunque no me arrepiento de nada, aun así, desearía que el bebé que espero no sea de Shawn, así y no podría perjudicar su carrera.
— ¿Por qué? —preguntó con... ¿horror?, no lo sé.
— Uf, hay una lista —le dije, la miré —pero lo principal, es porque —suspire— no quiero perjudicar su carrera —le dije, ella me miró y me sonrió tristemente. Sentí como las lágrimas pinchaban mis ojos. No, no iba a llorar.
Miré hacía un lado, pero entonces todo pasó hacer en una cámara lenta, las enfermeras se detenían por la sorpresa, o por la sensualidad a su lado, mi respiración se entrecortó, empecé a temblar, mis manos a sudar, es increíble, mi corazón latía con una rapidez apenas contable, no, ni siquiera eso.
— Mierda —dije. Susurrando mientras bajaba la cabeza.
— ¿_____ Grey? —Llamaron, me levanté rápidamente, vamos, condúzcame rápido hacía el lugar, antes de que él esté aquí.
— Yo — mi voz tembló.
— Sígame por favor — dijo, la empecé a seguir.
— ¡Espere! —sonó detrás de nosotros. ¡JODER!, NO, NO, NO, me repetía, es un sueño, vamos Grey despierta, despierta joder, él no está aquí, no, no, y no. —Espere — cerré los ojos fuertemente.
— ¿Usted viene con ella? —preguntó sorprendida la doctora.
— No
— Si
Mierda, y mil mierdas.
— ¿Sí o no? — dijo impaciente ella.
— Si, yo soy su amigo, sólo está con poco molesta ¿verdad ______? —se puso a mi lado y me miró.
Ardientes ojos miel, ardientes ojos miel, no caigas, no los mires, son ardientes... Vamos Grey, tú puedes.
Y como dije, ardientes ojos miel.
— Si —mi voz sonó apagada.
— Bien, síganme —nos dijo. Entonces comenzamos a caminar, sólo que yo iba más rápido, no, él a mi lado me ponía nerviosa, mucho.
Entramos a una gran sala de aparatos, era su oficina, tomé asiento, y él estaba al lado también.
— Bien, _____, trajiste los papeles anteriores —me dijo ella, asentí, busqué en el bolso y se los pasé —Vamos a ver, bien, cuatro meses y una semana, aun no sabes el sexo ¿verdad? —asentí— okay, ¿quieres saberlo?
— Si
— Okay, ¿aun no te ha pateado? —preguntó divertida la doctora, reí, miré de reojo a Shawn, él estaba mirándome, volví hacía la doctora.
— No
— Es normal, seguro en el quinto mes o en el sexto —dijo ella. —Ven, tendrás que quitarte la ropa interior de abajo y ponerte en esa camilla —dijo. Abrí los ojos como platos.
Vi a Shawn, tenía una pequeña sonrisa divertida de lado.
— Oh, ah — mis voz tartamudeaba—
— Puedes entrar al baño, ahí a cambiarte, sales con esto —me pasó una toalla para poder cubrirme la cintura, asentí y entre, joder. Eso fue vergonzoso.
Me saqué los pantalones, luego mis bragas, me puse la toalla en la cintura y dudosa salí, la doctora estaba arreglando la camilla, y luego se dirigió hacía la máquina donde uno podía ver al bebé, ella me indicó que me pusiera en ella, lo hice, sentí a Shawn atrás, me estremecí, ni siquiera me ha tocado, pero con saber que está cerca, provoca algo en mí. Sostuve fuertemente la toalla en mi cintura cuando me acosté en la camilla.
La doctora se acercó y me levantó la remera, dejó al descubierto mi estomago, le empezó a hacer un pequeño masaje con una crema.
Después con un aparato en mi vientre, la pantalla de la máquina salió una imagen, era mi bebé, pequeño, pero se podría apreciar, la doctora, Elizabeth, nos dijo donde estaba.
— Aún es pequeño, pero pronto crecerá, lo haz estado alimentando muy bien _______ —Me halagó, le sonreí contenta. — ¿Quieres saber ya el sexo?, está listo —ella sonrió cariñosamente.
— Sip —le dije, ella río.
— Pues _______, tendrás una bella hija —me dijo, mis ojos cobraron un increíble brillo, sentí como se me humedecían, no llorar ahora, no.
— Oh —sólo pude decir eso. Miré a Shawn, quien miraba la pantalla anonado, sorprendido, y tenía brillo en sus ojos.
Entonces supe que él podría creerme, si tan sólo...
— Aun te queda tiempo, aliméntala bien, cuídala, cuidado con todo tipo de peligro, no fumes, no bebas, los antojos, siempre hay que conseguirlos a de lugar, las mujeres se ponen insoportables si no los encuentran.
Asentí, contenta, tenía que pensar en un nombre, pero no sabía cual, me gustaban muchos.
— Una niña —susurre, mientras no podía quitar el tono de sorpresa, amaba los niños, pero también había soñado con tener una hija.
— Bien, ______, anda a cambiarte, ¿quieres una foto? —me preguntó.
— Si —dije.
Salí de allí y entre al baño, luego me vestí como había venido y salí, vi a Shawn conversando con la doctora, ella me miró, luego volvió a mirar a Shawn.
— No es posible hacer una prueba de ADN aun, hasta que el bebé nazca —abrí los ojos como platos. Miré a Shawn, él la miraba afligido.
— Podemos confiar en usted ¿verdad? —la doctora asintió.
— Shawn —advertí, por primera vez, en mucho tiempo, llamándolo por su nombre.
— No —dijo él negando.
— ¿Qué pasa?
— No lo hagas —le advertí.
— Necesito saber si ese bebé es mi hija —dijo, la doctora abrió los ojos como platos. Joder, lo había dicho, miré hacía otro lado avergonzada.
— No puede decirle a nadie —rogué, ella asintió y sonrió.


Era solo un Capricho (Shawn Mendes y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora