¿Quedamos?

1.8K 91 3
                                    

- ¡De vergüenza vamos! ¡un pijama de unicornios! Normal.... normal que se vaya el muchacho....
- Vale ya Jorge... ya me lo dijiste anoche un millón de veces por whatssap. ¡¿Yo que sabía?! Además le tengo mucho cariño a ese pijama, me lo regaló mi madre y es de Oysho -dije en mi defensa.

Era sábado, así que tocaba clasificación. Fernando y Kimi  se encontraban reunidos con sus ingenieros. Jorge y yo  estábamos en el box esperando a que volvieran. Jorge  sentado en el sillón de Kimi, cosa que tenemos totalmente prohibido, pero él hace lo que quiere. Yo estaba sentada a su lado y aguantando la riña por lo de la noche anterior.
- Es que ese pijama es... es... ¡un método anticonceptivo en toda regla! - cuando dijo eso a uno de los mecánicos se le cayó una herramienta...-  ¡¡porque no te tocaría ni con un palo!!...
- ¡Jorge por favor! Que nos van a oir todos... 
- Seguro que iba con otras intenciones, pero al verte así.... ¡pobre! El pajarito se le pondría triste.
Menos mal que esos comentarios de Jorge ya no me afectan.
- La única intención que traía era la de pedirme perdón. Ya te dije que Fabio le había dicho que me encontró llorando y eso le supo mal. Nada más.
- ¿Nada más? Se presenta en tu habitación a las once y media de la noche para pedirte perdón, cosa que podría haber hecho al día siguiente, osea hoy. ¿Y no quiere nada más? Diana deja de ser tan buena y empieza a pensar mal que acertarás. Por cierto, ¿como sabía cual era tu habitación?
- Pues en eso no había caído, supongo que preguntaría en recepción... pero bueno, eso no importa. Quizás quiso solucionarlo anoche porque es de los que le gustan dormir con la conciencia  tranquila.
Cuando miro a Jorge, esperando una respuesta de las suyas,  me lo encuentro imitandome, riéndose de mí.
- ¡Jorge! Que hablo en serio... además, listo, dime, ¿qué hubieras hecho tu en mi lugar?
- Pues fácil... me hubiera puesto un conjunto sexy y mientras él  me pidiera perdón, lo miraría sensualmente enroscandome mechones de mi pelo entre los dedos...
- ¡ Vale ya Jorge! -dije riendome...
- Hubiera acabado en mi cama seguro.
- Eso no lo dudo.... - y empezamos a reírnos.
- ¿Qué  es lo que hace tanta gracia chicos? - Llegó Blanca al box para ver como estábamos.
- Cosas de Jorge...- dije sonriendo aún.
- Me lo imagino... bueno chicos, venía a felicitaros personalmente. El equipo está muy contento con vosotros. Estáis respondiendo muy bien. - Las palabras de Blanca sonaban con orgullo.
- ¡Gracias! - Jorge daba pequeñas y rápidas palmitas.
- Diana, ya me he enterado de lo tuyo con Fernando.... bueno quiero decir de la bronca que te echó ayer.
- Sí, supongo que Fabio te habrá puesto al día -no pude evitar ponerme colorada- pero bueno, ya está todo solucionado. Anoche me pidió perdón, el pobre no tuvo un buen día.
- Sabía yo que Fer lo haría. Tiene un gran corazón. Ya lo iréis conociendo... Pues lo dicho chicos, seguid así... Y lo que ahora mismo es una beca, el año que viene podría ser un contrato.

¡Dios! Sería un sueño para mí.  Las palabras de Blanca me dieron más ánimo aún y más energía. Me sentía feliz y entusiasmada.

Nos deseó  suerte para el día de hoy, pero cuando ya parecía que marchaba, se giró y nos dijo:
- Por cierto... esta tarde, después de la clasificación, el equipo ha quedado en la disco del hotel para celebrar el inicio de la temporada. Solemos hacerlo todos los años, es una forma de ponernos al día de todos estos meses que no nos hemos visto. Cuento con vosotros, ¿vale? Además, es una forma  de conocer a la gente fuera del entorno de trabajo. Creo que se unirán otras escuderías, así que la cosa pinta bien. - Nos guiñó un ojo y se fue.

- ¡Fiesta! ¡Fiesta! - Jorge dio un salto levantándose del sillón y empezó a bailar... o más bien a perrear como él dice. Todos los mecánicos le miraban, pero al él  parecía importarle poco. Ojalá yo fuera así. - ya tengo pensado lo que me voy a poner: pitillo negro, camisa blanca y mi pajarita de la suerte. Siempre ligo cuando me la pongo... ¡y mi sombrero!
- ¡Oooh! - ahogué un grito tapándome la boca- mierda, mierda...
- ¿Qué pasa?
- No me he traído ropa para salir... sólo el uniforme y algo cómodo para el viaje de vuelta. Bueno... Y mi famoso pijama -dije con vergüenza.
- ¡Diana! Mira que te lo dije... no aprendes de mí - Pues la verdad es que no...
- ¿Y ahora que hago?
- No te preocupes, vi un centro comercial de camino al circuito. En cuanto termine esto, ¡nos vamos de shopping! Voy a decírselo a Blanca para que nos deje salir antes...
-¡Ay Jorge! ¿Qué haría yo sin ti? - le di un besazo en la mejilla y se fue corriendo a buscar a Blanca.

Volví a mi lado del box y mientras organizaba todo un poco,  llegó Fernando de la reunión.
- Hola... -Me dijo sonriendo.
- Hola...- de nuevo sentí la calor por mis mejillas. Era algo inevitable cada vez que él  me hablaba.- ¿Qué  tal ha ido todo?
- Bien la verdad. Con ganas ya de coger el coche. -Se sentó en su sillón.
- ¿Necesitas algo? ¿Agua? Pídeme lo que quieras... - Ay Dios... ¿como he podido decir eso? ¿Qué va a pensar de mí ?
- ¿Lo que quiera? ¿Estás segura? - dijo con risa pillina a la vez que se bajaba las gafas y me miraba por encima de ellas. Si me pudiera ver en un espejo seguro que estaría tan roja como mi uniforme.
Menos mal que llegó Jorge porque no sabía que decir...
- ¡Me ha dicho Blanca que sin problemas! Que podemos irnos un poco antes incluso, siempre y cuando dejemos todo listo para mañana. ¡Uy! Si ya está aquí éste -dijo señalando a Fernando- ya tiene que estar Kimi también. Adiós,me voy... ¡luego nos vemos! -y salió corriendo hasta su lado del box. ¡Estaba revuelto!
-¿Dónde vais? -Me dijo desde su sillón.
- Blanca nos ha dicho que el equipo ha quedado en la disco del hotel para celebrar el inicio de la temporada. Y se me ha olvidado traerme algo de ropa apropiada... así que nos vamos de shopping.
- ¡Ah! Sí, es verdad, no me acordaba. ¿Tu vas entonces?
- Sí claro... creo que es una buena ocasión para ir conociendo a los compis.
- La verdad que no pensaba ir, pero si vas tú , voy yo. - El corazón me dio un vuelco al oir sus palabras. - ¿Quedamos?.
- Eh... vale... nos vemos allí entonces. - podía sentir mis palpitaciones aceleradas en el pecho.
- ¡Fer! ¡Al coche! - Andrea, su ingeniero lo llamó- vamos a empezar a calentar neumáticos.
Se levantó de su sillón y se dirigió al coche. Recorrí su cuerpo con la mirada y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Jorge tiene trabajo está tarde, necesito que me busque algo genial para luego. Quiero deslumbrarle, quiero que me vea sexy, que me desee... necesito compensar lo de la otra noche, que borre su visión de mí con el pijama de unicornios. ¡La nueva Diana está aquí!

El corazón en Boxes (En edición)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt