4.

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Querido diario:

Ha llorado todo el día por su gata y la ha buscado por los alrededores.

Espero que no piense en ir a revisar en el viejo árbol.

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Cuando ella salió de su habitación y estuvo cómodamente sentada en el sofá con su madre, supe que era momento de llevar a cabo mi plan. Observé como la estúpida gata se estiraba en la cama, ignorando completamente mi presencia. En completo silencio abrí la ventana de la habitación y regresé a mi lugar, dónde para mi fortuna en el hueco del árbol había un pequeño nido de pájaros. Supongo que eran recién nacidos o que aún no podían a volar, ya que en cuanto mi mano se acercó al nido no hicieron más que estar inmóviles.

Entonces, cuando tuve a los pequeños pájaros entre mis dedos, observé por un largo rato al felino que dormía plácidamente sobre una almohada, pero no estaba dispuesto a esperar mucho más. Con cuidado me acerqué un poco más a la ventana y mi plan se puso en marcha.

Ven gatita, ven... –susurré, mientras agitaba el pájaro en un intento de que Jodie se acercara.

Su curiosidad se encendió muy rápido en cuando notó lo que sujetaba en mis manos, fue entonces que luego de varios susurros, ella saltó al marco de la ventana y luego a la rama. Como si hubiera perdido el interés, comenzó a lamer sus patas sin quitar sus ojos de su próxima cena y así se mantuvo durante unos minutos. Cuando se decidió a ir por el bocadillo, comenzó a dar pequeños pasos hacia mi mano, la cual olfateo para luego lamer con su áspera lengua y de un segundo a otro, me arrebató el ave de la mano y entró a la habitación.

Toda una cazadora.

Luego de jugar un poco con el pequeño e inerte pájaro, lamió cada parte de su cuerpo y regresó hacia mí; supongo que con ansias de que le entregue al hermano del ave.

Fue entonces en dónde rápidamente la sujeté del cuello y la guardé en mi mochila. Se resistió durante varios minutos, pero era imposible que pudiera escaparse de mi mochila. Bajé del árbol a toda velocidad y comencé a trotar hacia mi casa, apretando la mochila contra mi pecho. Si bien, el animal ya no tenía escapatoria, no quería que nadie se fijara en mí, o la mochila. Como todo un atleta, llegué a casa en cuestión de minutos, saludé a mis padres y me dirigí al sótano.

En cuanto apoyé la mochila sobre el suelo, comencé a abrirla con mucho cuidado, pero el felino saltó fuera de mi mochila en un intento desesperado por huir. Rápidamente abrí la caja de herramientas y agarré la maza, para luego lanzarlo contra el animal.

Se escuchó un crujido cuando el mazo golpeó al gato en la cabeza y su pequeño cuerpo se desplomó en el suelo. Me arrimé lentamente y noté como un gran charco de sangre comenzaba a rodearla, mientras ella comenzaba a retorcerse.

¿Epilepsia quizás?

–Tu sangre es tan bella pequeña Jodie –murmuré, dedicándole una sonrisa tierna.

Sujetándola por el cuello, me dirigí hacia el viejo barril azul que se hallaba atrás de la vieja lavadora, mientras intentaba evitar que la sangre manche mi sudadera. A pesar de que Jodie había formado un hermoso camino con gotas de su sangre, ella continuaba con vida, así que era mi deber ayudarla a terminar con su agonía. La agarré por las patas traseras y la sumergí en el agua, fue entonces en dónde ella comenzó a luchar.

Jodie intentaba desesperadamente escaparse de mis manos, pero sus intentos fallaron. El agua había estado demasiado tiempo dentro del barril y supongo que podría decirse que tanto el agua como el barril estaban algo... viscosos. Luego de unos minutos ella dejó de moverse, así que elevé su cuerpo hasta la altura de mi rostro y logré divisar un poco de espuma blanca en su hocico. Entre pequeñas carcajadas coloqué a Jodie dentro de una bolsa de plástico y la guardé nuevamente en mi mochila.

Esa misma noche la enterré bajo el árbol que se encontraba en el jardín trasero que hace poco fue su hogar. Era un árbol muy alto y pareciera que tuviese cien años, ya que sus ramas estaban rotas, el tronco ennegrecido en varias zonas y si te acercabas lo suficiente podías ver grandes telarañas, pero claramente ese detalle lo pude apreciar gracias al amanecer.

Elamanecer me recuerda a su hermoso cabello.



Creo que me he enamorado. [Completa]Where stories live. Discover now