19.

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Querido diario.

Las mariposas que estaban revoloteando en mi estómago han sido vilmente asesinadas. Lo que creí que sería una larga y hermosa relación de amor también ha sido destruida. No creerás lo que ha pasado cuando fui a buscar a Samanta al final de su clase. Es tan insólito lo que me ha hecho, que no encuentro palabras suficientes para describir mi estado de ánimo ahora mismo. Supongo que estoy entre la ira y la desilusión, aunque no lo sé realmente.

Honestamente creí que estaría feliz al verme llegar con su oso de peluche y las entradas para el cine, pero no fue así. Mierda hasta me la imaginé caminando apresuradamente hacia mí y regalarme un gran abrazo, pero no.

Al terminar la clase Samanta se colocó una sudadera roja, guardó sus cosas en su mochila y comenzó a caminar con sus amigas hacia la otra salida. ¿Entiendes, amigo? Ella me ignoró completamente. ¿Qué clase de novia hace eso a un novio tan dedicado como yo? ¿Acaso no me ha visto? No, no, no creo que eso sea verdad. Estoy completamente seguro que ella me vio, incluso una de sus amigas cruzó su mirada con la mía, ¿entonces por qué Samanta ha decidido ignorarme?

En fin, no tengo muchas ganas de escribir porque si le sigo dando vueltas al asunto, terminaré envuelto en una iracunda rabia. Obviamente debo conversar con ella y pedirle explicaciones por sus acciones. Quizás estaba demasiado nerviosa para presentarme a sus amigas o, quizás tenia asuntos importantes que atender.

Como sea, he conseguido su número de teléfono y la llamaré esta noche. Debo conocer la razón de su apresurado escape y si las cosas resultan bien, me gustaría invitarla a almorzar; Don Felipe es su cafetería favorita.

De todas formas, espero que conteste mi llamada, no me gustaría que me cortara la llamada.

Eso me hará enojar.

Por otro lado, no iba a desperdiciar mis entradas de cine. Antes de entrar al cine, compré palomitas y una bebida de naranja, pero mientras esperaba que me dieran mi orden, no pude evitar ver a una pareja discutir sobre qué película era la indicada para ambos. Él como todo un idiota ignoró cada palabra que salía de la boca de su novia, mientras ella sonreía como imbécil intentando convencer de que "La ira de los hambrientos" era una opción que ambos disfrutarían. Él le dijo algo que a ella la afecto y de un momento a otro, él salió del cine.

¿Y sabes qué? Esa escena tan humillante, me ha hecho pensar en mi relación con Samanta y me niego rotundamente a terminar de esa manera. Espero nunca tener que discutir sobre películas, por que sea lo que ella quiera ver en el cine, yo aceptaré su decisión. Excepto si es una maldita y nauseabunda historia de amor, en ese caso creo que sería mejor ir a por un helado.

El único romance que tolero, es el de mis padres y es solo porque tengo que vivir con ellos.

Creo que me he enamorado. [Completa]Where stories live. Discover now