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Querido diario:

Me tomó un tiempo darme cuenta de que la culpa no era de ella, es decir, quizás Dylan la obligó sutilmente a que lo besara e inclusive a dejarlo tocar su cuerpo. Puedo jurar que cuando mi mente se abrió ante esa verdad, mi rabia hacia Dylan se ha multiplicado por mil. Mi teoría de que él obliga a Samanta a hacer esas cosas, se basa en que ese bastardo tiene fama de ser un casanova, un perverso encantador de mujeres, a las cuales enamora, para luego acostarse con ellas y dejarlas por su siguiente objetivo, pero ese maldito está muy mal si cree que dejaré que profane a mi ángel; sobre mi cadáver.

Yo seré quién libere a Samanta de ese depravado.

Entonces mi querido amigo, tengo un plan que evitará que eso suceda. Dylan no será capaz de poner ninguno de sus asquerosos dedos sobre ella y Samanta podrá estar a salvo de ese degenerado, pero para llevar a cabo mi ingenioso y divertido plan, es necesario que consiga el número de teléfono del idiota. He estado pensando en varias formas de conseguirlo sin recurrir a la idea original del plan, no porque sea un plan de mala calidad que me explotará en el rostro apenas comience, sino porque me gusta tener múltiples opciones, pero desgraciadamente todas las demás ideas tienen una alta posibilidad de fracaso. Así que, a pesar de no tener otras opciones, solo tengo una forma de conseguir el número de manera rápida y sin levantar sospechas.

Pasada la medianoche, ingresaré a la habitación de mi precioso ángel y robaré el número de su teléfono y gracias a que Jodie está muerta, las posibilidades de conseguir lo que quiero son muy altas.

Llegada la hora de llevar a cabo mi plan, trepé por el árbol y he irrumpido la habitación de Samanta con el único objetivo de robar el número de Dylan, pero no pensé en que el riesgo más grande que me llevaría a cometer un error, era mi profundo amor por ella.

Oh, querido amigo tan solo al verla dormir tan plácidamente envuelta entre sus sabanas, despertaron mis ardientes deseos y no he podido evitar acercarme demasiado a ella y oler su cabello.

Tiene un aroma exquisito a coco.

Desgraciadamente mis deseos quemaban cada parte de mi cuerpo y antes de intentar poder robarle un beso, oí unos pasos acercándose hacia la habitación, luego la perilla de la puerta giró y su madre entró a la habitación. Maldita sea su madre que me ha robado la oportunidad de poder sentir sus suaves labios sobre los míos.

De todas formas, he tenido suerte y no se percató de mí, ya que apresuradamente me oculte debajo de la cama de mi bella durmiente. No voy a mentirte amigo, pero estar oculto bajo la cama y respirar el mismo aire que ella e inundar mis pulmones con el aroma de su habitación... fue sublime.

Y como si la suerte estuviera de mi lado, he consigo el número de Dylan.

Creo que me he enamorado. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora