Capítulo 9

90 13 4
                                    

Había pasado una semana. La competición llegó y estaba muerta de nervios, habíamos entrenado muy duro para conseguir ganar.

Danna seguía ignorando a Devon. Había intentado convencerla pero no me creía, a veces era tan insoportable cuando nada le entraba en la cabeza... Devon estaba hecho polvo, en los entrenos se despistaba, y todos lo intentabamos animar.

- ¡Preparados!- Avisó el árbitro. Pitó, y me lancé desde el trampolín hacia el agua.

Mis músculos se tensaron al contacto con el agua fría, apreté los brazos junto a mi cabeza y empecé a dar patada de mariposa hasta llegar a la superficie. Despegue mis brazos y comencé a dar brazadas de crol junto con piernas a tope. Hice dos largos al maximo que me daba el cuerpo y por fín di mi última brazada para terminar con la respiración pesada, era complicado respirar, pero lo había dado todo.

Miré a los lados y los chicos gritaban eufóricos. Tuve una mínima esperanza de haberlo conseguido, pero el Coach no parecía del todo contento.

- ¡Muy bien Roma!- Exclamó Jackson y todos me aplaudieron al llegar junto a ellos.

Me abrazaron, me animaron y rieron conmigo. Me dirigí a el Coach para que me dijese lo que había hecho mal o bien, mi tiempo...

- ¡Muy bien Ro!- Chocamos los cinco.- ¿Qué tal?

- Supongo que bien.- Dije no muy convencida.

- Te has quedado a un segundo.- Al escuchar mi tiempo. Abrí mis ojos como platos, confirmado. No había conseguido la mínima.

- No lo consigo...- El negó con la cabeza.

- No Ro, estoy muy orgulloso de ti.- El Coach puso su mano en mi hombro, sonreí.- Nunca lo olvides.- El Coach era como un hermano mayor, siempre me había apoyado en todo, me había animado como si le fuese la vida en ello, y me había cuidado como una hermana pequeña.

- Lo sé Coach.- Asenti agradecida.

- Venga, haz un poco de suave.- Asenti poniendome de nuevo el gorro.

Miré a Danna, ella me sonreía, le devolví la sonrisa aunque me sentía algo decepcionada, me quede a un segundo de la mínima para el campeonato. Me fui a la piscina pequeña para descargar mis músculos de tanta tensión.

(...)

Estábamos cenando, todos hablaban sobre la competición y de cómo les había ido. Yo lo único que podía hacer era escuchar y sonreír.

- Hey Roma.- Me llamó Claire.- ¿Ésta noche fiesta no?- Sonrió divertida.

- Claro.- Accedí algo tímida. Hoy no era día de peleas ni nada. Miré a Danna y después a Devon advirtiendoles.

- Ánimo Roma.- Dijo James detrás de mí dejando la bandeja para lavar. Sonreí como tonta.

- Gracias.- Sonrió y se marcho.

- Ro, Ro.- Me llamó Danna. Parpadee un par de veces y la miré.- Ro, ¡estabas embobada!- Me sonroje.

- Qué va Dan, no inventes.- Miré mi plato vacío.

- A Ro le gusta James ¿cierto?- Preguntó Devon. Danna lo miró pero no dijo nada, siguió comiendo.

- No, Devon.- No me gustaba mentir, pero sólo lo sabía Danna y sólo lo sabría ella. Nadie más.

- No mientas, te gusta.- Afirmó Sean con el ceño fruncido. Resople y negué con la cabeza levantandome del sitio.

- Nos vemos luego.- Me despedí con la mano y fui lentamente hacia mi habitación.

Antes de subir al ascensor, escuché a alguien, me asome a la esquina y vi al Coach con un hombre más o menos de su edad.

- ¿Quiere decir que...- Dijo el Coach.

- Sería una gran oportunidad para ella.- ¿De quién hablaban?- ¿Qué dice? ¿Acepta?

- Deje que lo piense, por favor.- Parecía triste.

- Una semana.- Advirtió aquel señor. Frunci el ceño y me subí al ascensor. ¿Quién sería ese hombre? ¿Y qué quería?

(...)

Me puse la música y cerré los ojos, pensé en todo y sin darme cuenta una lágrima recorrió mi rostro. La limpié rápidamente. No podía derrumbarme ahora, no me había ido muy bien este tiempo en el C.A.R. pero no podía rendirme así. Me incorporé y apoyé la espalda en la pared.

Apareció Danna y me quedé mirando lo que hacía. Me fijé en sus gestos y por lo visto estaba emocionada. Me quité los cascos con el ceño fruncido.

- ¿Por qué tan feliz?- Pregunté, acababa de terminar con Devon, ¿y estaba así? Ella me cogió de la mano y me sacó de la habitación.

Torcimos una esquina y me quedé sorprendida. Miré a Danna, tenía una pequeña sonrisa dulce en sus labios. Volví a mirar a Claire y Jackson, se veían perfectos. La forma en que Jackson sostenía las manos de Claire, aunque parecía serio, seguro que le estaba confesando su amor, vamos era obvio que se gustaban.

- Ya se sabía.- Afirme las sospechas. Siempre habíamos pensado que éstos dos acabarían juntos.

- Es hermoso.- Sus ojos se cristalizaron. Sabía que estaba pensando en Devon. En mi caso era incapaz de pensar en otra cosa que en Claire y Jackson en ese momento.

Claire agachó la cabeza y Jackson la abrazo con fuerza susurrandole algo al oido y sólo estábamos Danna y yo para admirarlo. Decidí dejarles intimidad y agarré a Danna para que nos fuéramos de allí. Sabía que estaba emocionada por ver a su hermano enamorado, pero también que le recordaba a Devon. No sé qué le pasa, que no le deja perdonar algo que no ha pasado, porque yo creo a Devon y sé que el no pudo hacer eso. No con la zorra de Jane.

(...)

Vosotros sabéis, cuando te entra la depresión y no tienes ganas de nada. Pues eso me acababa de pasar a mí, volví a pillar a James y Jane a lo suyo. No dudaba de que ya lo habrían hecho, la sangre me hervia al pensarlo. Pero toda mi energía desaparecía y solo tenía ganas de morir.

Cogí mi abrigo y mi gorro, corrí hacia recepción y salí a fuera sin mirar atrás. Ya estaba cansada. No aguantaba más, había llegado un punto en el que mi corazón no sentía nada, de tanto daño que había sufrido, se había quedado dormido, sin fuerza para sentir emociones.

Caminé y caminé hasta subir a una montaña nevada. Me sente en la nieve y miré al cielo lleno de estrellas, la luna, sola en el firmamento, como me sentía yo en ese momento. Puse mis manos sobre la nieve y noté el frío de esta. Se me habían olvidado los guantes, pero no me importaba. Noté calor en mi mano, instantaneamente cerré los ojos y disfruté ese mínimo de calor. Al abrirlos dirigí mis ojos a ella, alce la vista y vi a Sean sentado junto a mí.

- Hola.- Me sonrió y el baho salio de su boca por el frío.

- ¿Qué haces aquí?- Pregunté volviendo la vista hacia el horizonte.

- Después de cenar vine aquí, me gusta este sitio.- Me entregó sus guantes. Me los puse agradecida y él se froto las manos.- ¿Qué haces tú aquí?- Mis ojos se cristalizaron.

- Necesitaba pensar.- Intenté que las lágrimas no salieran.

- ¿Pensar en qué?- Lo miré, tenía la nariz rojita, reí inconscientemente y el fruncio el ceño.

- Nada importante.- Le toqué la nariz colorada y reímos. Era alucinante como este chico podía sacarme de mis casillas pero hacerme reir sin esfuerzo. Pero al final no aguante más y comencé a llorar sin motivo.

- Eh...Roma.- Dijo sorprendido.- ¿He dicho algo malo?- Negué con la cabeza y sonreí. Le abrece y hundi mi cabeza en su pecho. Necesitaba apoyo y calor en estos momentos.

- Sean.- Lo llamé.

- Dime Ro.- Me apretó más hacia él.

- Somos amigos ¿verdad?- Tardó un poco en responder.

- Sí.- Susurró y me besó en la frente cuando lo miré con una sonrisa.

Volvimos a dentro del C.A.R. y el calor inundó mis mejillas rosadas. Noté paz y me tranquilice. Necesitaba dormir. Y gracias a Sean podría hacerlo desahogada.

C.A.R. SNOWYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora