Epílogo

82 10 2
                                    

El camino al aeropuerto se me hizo eterno. Lo único a lo que me dediqué fue en recordar cada momento que había pasado con cada una de esas personas a lo largo de mi vida. Cada una de ellas, había provocado una pequeña lágrima tras otra, a lo largo del camino.

Recordé que Claire siempre me insinuaba cosas de Devon y yo, bromeaba sobre nuestra supuesta "relación" pero yo siempre lo negaba y nos reíamos.

Cuando todo iba bien con Jane, siempre nos susurrabamos tonterías sobre los chicos y nos dábamos palos en el culo. Tenía que reconocer que aparte de dolor, me provocaban unos ataques de risa descomunales. Y aunque nos hubiésemos peleado de esa forma, todo se había arreglado y eso me hacía tremendamente feliz.

Jackson, Edward Jackson...se que hacer tiempo dije que muchas cosas malas sobre el y a pesar de que me cabreo constantemente con su carácter y mil cosas mas, siempre y aunque lo niegue una y otra vez... Reconozco que es como un hermano mayor para mi. Le aprecio y se que el también a mi. Pero no sé lo digáis porque lo negará.

Luego James, el perfecto chico del cual me enamoré y quizás me obsesione en exceso. Pase buenos momentos con él, pero sólo eso. Buenos momentos.

Por supuesto, como me olvidaría del Coach. El mejor entrenador que he podido tener. No por su forma de entrenar, que también, pero su forma de ser y la capacidad de adaptarse a unos adolescentes hormonados como nosotros. Un tío genial en toda regla.

¡Mi queridisimo amigo Devon! ¡Ay mi tigre! Menudas risas nos entrenan sin ningún motivo, las miradas que nos echábamos y ya sabíamos lo que quería decir el otro. Algún que otro pique nos habíamos echado bueno, los ánimos y las minicharlas que antes de nadar una prueba. Mi mejor amigo.

Como no, mi chica rara, mi norte y mi soporte. Danna. Única e insuperable. La cosa más rara que te puedes encontrar, pero no puedes dejar de quererla porque... Sencillamente no puedes. Ya podéis imaginaros el llanto que me pegue en ese momento.

Y Sean.... Sean...

- Ya hemos llegado señorita Blake.- Dijo el cochero sacándole de mis pensamientos.

El resto del viaje paso muy rápido, más de lo que me hubiese gustado. En el avión me senté sola en una de las filas del fondo ya que no había mucha gente y pude elegir asiento a mi gusto. Una vez acomodada, me dediqué a escuchar repetidas veces mi lista de música hasta que me quede durmiendo.

Abrí los ojos y acaricie mi cuello dolorido. Me habría quedado dormida en una mala posición, pero había dormido como un tronco. Justo en ese momento, el avión aterrizó y mi estómago se revolvió.

¡Ya estaba en California! Mis nervios estaban a flor de piel. No podía creer lo que me estaba pasando aún. Ahora debía centrarme en trabajar duro y no decepcionar al señor Phelps, y mucho menos al Coach.

Baje del avión y me dirigí a la zona donde supuestamente el señor Phelps estaría esperándome para llevarme al nuevo CAR donde entrenaria el resto del tiempo.

Eché un vistazo mientras bajaba por la cinta Corredera y lo localice a pocos metros de allí. Caminé hacia el con una tímida sonrisa y me la devolvió cuando advirtió de mi presencia.

- ¿Ha ido bien el viaje Roma?- Puso su mano en mi espalda y comenzamos a caminar fuera del aeropuerto.

- Algo aburrido a decir verdad.- Reí por lo bajo.- Pero bien.- Me encogi de hombros y él soltó una grave carcajada.

Realmente este señor me intimidaba.

- Pronto conocerás a tus nuevos compañeros. Están deseando conocerte.- Sonaba animado. Mis mejillas se colorearon.

No sabía que iba a tener nuevos compañeros, se me haría difícil congeniar con ellos, nadie suele caerme bien a la primera. Pero todo por una buena causa pues.

Seguimos caminando un largo tramo en silencio, hasta que a lo lejos, pude ver un brillante coche negro que supuse sería el del señor Phelps. Apoyado en el capo, diferencie a un chico con los brazos cruzados y unas gafas de sol puestas. Realmente hacia bastante calor aquí, nada que ver con el C. A. R. Snowy...

Llegamos al coche y pude ver con más nitidez al chico que nos miraba con una amplia sonrisa. Se retiró las gafas y pude ver sus bonitos ojos azules brillantes gracias al sol. Paso sus dedos por su cabello castaño claro y me sonrió esta vez de lado.

- Fue el único que quiso acompañarme a recogerte.- Asenti con una sonrisa y le di dos besos.

Escuché como reía por lo bajo y frunci el ceño algo quiza molesta. Ahora que lo observaba con detenimiento, me sonaba de algo.

- Encantado, soy Aiden.- Me guiño el ojo y tragué saliva. ¡Aiden! Fue el chico con el que me choque aquel día...

Esto sí que era una gran coincidencia.

Fin.







Pues ya está. ¡Se terminó la primera historia de Roma Blake!
Pero esto no es todo people porque haré una segunda temporada. Ya avisaré de cuando la subiré más o menos.
Gracias por haber estado ahí leyendo.
¡¡¡Besos de love y hasta pronto!!!

C.A.R. SNOWYजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें