Capítulo 21

63 10 1
                                    

- Firma aquí.- Miré al Coach junto a mí, él me asintió con una pequeña sonrisa. Cogí el bolígrafo que había en la mesa y firmé algo nerviosa el contrato.

- Ya está.- El señor Phelps analizó el papel.

- Necesito también la firma del tutor, ya que es menor de edad.- Su vista se posó en el Coach, éste tragó saliva y asintió con rigidez.

- ¿Segura?- Me miró suplicante, sabía que muy en el fondo el quería que me quedase, pero no podía, ya no.

- Firma.- Mi voz sonó más autoritaria de lo normal.

El Coach firmó y dejó el bolígrafo de nuevo en la mesa. El señor Phelps cogió el contrato y lo guardó en su carpeta. Me miró y puso su mano en mi hombro, me estremeció.

- Mañana vendrá un coche al aeropuerto, yo debo irme hoy.- Asenti y sin más, salí de la oficina.

(...)

Estaba guardando algunas cosas que ya no usaría mañana para ahorrar tiempo en hacer la maleta. Danna se negaba a ayudarme, estaba demasiado "depresiva" por mi marcha a California. Guardé una última cosa y me lancé sobre ella.

- Al final sí te vas.- No se movió, ni se quejó por mi peso.- No creas que soy egoísta, pero pensé que había alguna posibilidad de que te quedases.- Su voz sonaba apagada.

- Dan, escucha.- Negó con la cabeza, su mirada estaba en la nieve de fuera.

- No Ro, estoy muy orgullosa de ti.- Me miró, sus ojos estaban brillantes y a punto de soltar una lágrima.

- Nos volveremos a ver.- Le asegure cogiendole las manos.

- No te desharas de mí tan fácilmente.- Rió, pero sabía que se estaba esforzando por no verse débil. Sin embargo yo estaba destrozada, no la quería dejar, ni ella ni a otros, pero era lo mejor.

- Eso espero.- Le advertí con el dedo y reí sutilmente.

Unos golpes en la puerta hicieron que olvidasemos nuestra conversación por un momento. Danna fue a abrir la puerta y yo esperé sentada en la cama. Devon apareció y sonreí cuando vino a darme un abrazo.

- Capulla.- Susurró en mi oído.- Echaré de menos nuestros piques.- Reí y recordé las miles de veces que competimos en los entrenamientos por llegar primero.

- Yo sí que os echaré de menos...- Les miré a los dos. Mi voz se fue apagando y mi ceño se fruncio. Negué con la cabeza y sonreí.

La puerta volvió a sonar, y esta vez era la persona a la que menos quería ver en toda mi vida.

- Jane.- Entrecerre los ojos. Jane se sentó enfrente de mí, con la mirada penetrante de los dos en su espalda.

- Roma, no quiero malos rollos.- Fue lo primero que dijo antes de que me pusiese de pie para enfrentarla.

- Me voy Jane, ¿no tienes suficiente?- Alce mis brazos indignada, ella me cogió los hombros y negó con la cabeza.

- No, no he venido a reprocharte nada.

- Entonces puedes irte- Quité su agarre con brusquedad.

- Lo siento Roma.- Miró hacia abajo.- Antes éramos amigas y ahora...por culpa de James...- Negué con la cabeza repetidas veces.

- ¿Lo sientes?- Dije con una sonrisa irónica. ¿Qué se creía? ¿Que podía disculparse así por que sí? Pues estaba muy equivocada.

- Lo siento mucho. James fue un capullo, y Jackson también lo es.- Al menos estábamos de acuerdo en algo.- Se que James te gusta y me comporte como una puta.

- Pues sí.- Me crucé de brazos.

- Perdóname Roma, por favor.- Suspire y mire a Danna, ella sólo apretaba los labios y medio sonreía.

- Está bien, olvidemoslo todo.- Jane sonrió ampliamente y me abrazó con fuerza.

- Me alegro de que tengas esta oportunidad de ser mejor.- Dijo refiriéndose a mi viaje.

- Seguiremos todos en contacto ¿no?- Pregunté con los ojos cristalinos.

- Por supuesto que sí Ro.- Danna se lanzó a mis brazos y seguidos los demás.

Cuando Devon y Jane se marcharon, la habitación quedó en un silencio sepulcral, Danna fue al aseo y yo me puse a leer uno de mis libros favoritos. Pasaron las horas y se hizo la hora de cenar, no porque hubiese mirado la hora, sino porque mi estómago rugia como un león. Cuando bajamos nos pusimos a la cola y cogimos todo lo que nos apetecía aunque sinceramente yo no tenía mucho apetito. Sería mi última cena allí y con mis compañeros.

- Buenas.- Saludé al sentarme en mi sitio al igual que Danna.

- Hola Roma.- Correspondió Jane. Intente sonreír y no estallar ya que éramos compañeras y nos habíamos arreglado bien.

Empecé a comer mi caldo caliente cuando noté que algo ardiendo cayó en toda mi cara. Apreté la mandíbula y agarré de mis cubiertos para no explotar y tirar todo lo que había en la mesa. Abrí mis ojos inspirando y expirando lentamente para relajar mi pulso.

- ¡Está arrdiendo!- Exclamó Sean con la lengua fuera y echándose todo el agua que había. Me toque la cara y descubrí lo que efectivamente había pasado. ¡Sean me había escupido todo el caldo a la cara! Esto ya es pasar de, no aguanto más.

- ¡Gilipollas!- Le grité estresada pasandome una servilleta.- Mira, no te mato porque me llevan a un manicomio que sino...- Me eché para alante a punto de estampar mi mano en su mejilla pero algo me frenó.

- Para Ro, déjalo.- Dijo Danna con total tranquilidad.

- Está bien, está bien...- Intenté tranquilizarme y terminé de limpiarme la cara y seguir comiendo como si no hubiese pasado nada.

- Lo siento Romita.- Escuché a Sean y al mirarle estaba muy cerca de mí.- ¿Me perdonas?- Me aleje empujando la mesa y casi caigo al suelo.

- Déjame.- Evite mirarle, me daban ganas de reventarlo contra la pared si lo hacía.

- En serio Roma, lo siento.- Dijo esta vez con un tono más firme y con el rostro serio.

- No importa.- Asenti pesarosa y me apoyé en la mesa, empecé a juguetear con la comida ya que se me había pasado toda el hambre que tenía. Miré a Danna que compartía miradas entre Sean y Devon, cosa que me incomodaba ya que me excluían y siempre me gustaba participar en sus retos con la mirada.

Al final, cansada de estar observando caretos y jugar con la sopa decidí ir a mi cuarto y acostarme para estar descansada al día siguiente. Sería un viaje muy largo y no quería perderme el camino, de seguro sería espectacular y hermoso.



Esta. Llegando. El finaaaaal!!!!! Que emoción 😳

C.A.R. SNOWYWhere stories live. Discover now