Capítulo 3

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Ser adulta no le molestaba para nada. Le molestaba no saber cómo resolver algunas situaciones propias de una adulta. Cuando era una niña no tenía problemas, no tenía responsabilidades, no tenía miedos. Ahora sí, ahora todo eso recaía y pesaba sobre ella.

Respiró profundamente y miró por la ventana del coche. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte y un escalofrío le bajó por la espalda. No podía creer que después de tanto tiempo estaba volviendo a aquel campo. Por poco y se había olvidado de que ese lugar existía. Siendo una niña había sido muy feliz allí.

— Sweetie, ¿se puede saber por qué me trajiste a este lugar? —alguien preguntó sacándola de sus pensamientos. Ella se giró a verlo y sonrió.

— Vamos Matt, me dijiste que no te quejarías.

— Sabes que te adoro, eres mi mejor amiga en todo el world. Tú fuiste la única que siempre me ayudó a enfrentar mis miedos y bla bla bla bla. Pero esto... esto es demasiado, cariño. Yo no podré soportar vacas, caballos, cerdos, gallinas. ¡Oh Dios santísimo, mosquitos! Tenemos que dar la vuelta, hay que volver —dijo nervioso. 

Ella rio divertida.

— Ya lo verás, el campo te encantará. No sólo porque es tranquilo, sino que además de mosquitos, hay muchos trabajadores musculosos —le dijo y le guiñó un ojo.

El muchacho a su lado sólo entrecerró los ojos.

— Eres una manipuladora horrible —dijo y se cruzó de brazos como si estuviera un poco ofendido.

Matt Donovan era su mejor amigo desde que ella se había ido del lugar en el que se había criado. Y desde entonces siempre habían estado juntos. Enfrentando cambios, peleas, decisiones. Más bien... él era como una hermana. 

Se acercó un poco a su amigo y lo abrazó de costado. Sabía que él iba a quejarse, pero que al final iba a terminar amando el lugar.

—Te prometo que la vamos a pasar bien... serán solo un par de semanas.

— No lo sé —dijo con tono indiferente—. Estoy pensando seriamente en pedirle a Charlie que me lleve de nuevo al aeropuerto.

Ella se soltó inmediatamente de su brazo. 

— ¿Serías capaz de abandonar a tu mejor amiga?— preguntó haciendo un leve puchero.

Matt la miró fijo y luego maldijo por lo bajo.

— Odio cuando me haces esas caras —exclamó—. En serio te odio, siempre terminas ganando.

Ella sonrió satisfecha y luego besó su mejilla. Se alejó de él y giró para mirar a su padre. Leonard estaba concentrado leyendo. Se fijó en las expresiones de su rostro y sonrió tiernamente al ver la concentración que él estaba manejando.

— Papá —lo llamó.

— ¿Si, cariño? —le preguntó sin dejar de leer el diario.

— ¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí? —quiso saber.

Al final Leonard levantó la vista hacia ella. Su única hija lo era todo para él. Olivia era la luz de sus ojos, un bello recuerdo de su madre.

— Tres meses —contestó Leonard.

— ¡¿Tres meses?! —gritó Matt—. ¿Acaso has perdido el juicio, Leoni?

Olivia estaba igual de sorprendida, pero Matt había sido más rápido, siempre era más rápido.

— No, por lo menos yo me quedaré todo ese tiempo. Es más... estoy pensando seriamente en quedarme a vivir aquí.

La boca de Olivia se abrió de completa sorpresa. Seguramente su padre estaba bromeando. Él no podía quedarse allí. No podía dejar su empresa en la cuidad, no podía dejarla a ella sola en la cuidad.

Corazón Salvaje (Adaptada a Johnny Depp)Where stories live. Discover now