Corazón Salvaje (Adaptada a Johnny Depp)

Capítulo 9

La cena había sido simplemente la más silenciosa de su vida. En sí los únicos que hablaban eran su padre y Johnny.

Algunas veces Matt opinaba algo, pero luego se quedaba quieto y le daba pequeños codazos debajo de la mesa para que lo mirara, y de una vez por todas dejara de mirar a Johnny. Sacudió un poco la cabeza. ¿Qué era lo que estaba pasando con ella? 

Miraba de vez en cuando a su alrededor... Había vivido tantas cosas en aquella habitación. Se la pasaba tardes encerrada jugando con sus muñecas y haciendo tomar el té a Johnny. Rio levemente al recordar aquello. Ahora no parecía ser alguien que tomara té. 

Luego recordó las noches que salía a andar a caballo con él. Volvió a sonreír al pensar en él de pequeño. De verdad estaba cambiado. Estaba mucho más... grande, lindo y sexy de lo que ella recordaba. Todo un hombre frente a sus ojos.

Terminada la cena, Matt y Olivia dieron las gracias y se retiraron.

Él se sentó lentamente en la cama y la miró fijo, esperando a que le dijera algo. Pero no, ella estaba muy concentrada terminando de guardar lo último de ropa que había dejado. 

No, él no era idiota. Sabía perfectamente que algo pasaba entre ella y aquel guapetón de ojos embriagadores.

— Olivia, ¿vas a decirme porque te perturbó tanto ese bombón campestre? —le preguntó al fin luego de unos cuantos segundos.

Olivia se giró a verlo y reprimió una sonrisa al escuchar como lo había llamado.

— ¿Cómo le dijiste? —le preguntó divertida.

— Bombón campestre —dijo él simplemente—. No evadas la pregunta real.

— Él y yo crecimos juntos aquí, y cuando éramos chicos él era mi único amigo en este lugar. Fue él quien me enseñó a andar a caballo. Me enseñó a subirme a los árboles y todas esas cosas que se hacen en el campo —le dijo y volvió la vista a su armario.

Matt resopló. Eso no le decía nada. Cualquiera pudo haberle enseñado esas cosas y ni loca ella iba a mirarlo de esa manera.

— ¿Y por eso no podías quitarle los ojos de encima, no? Vamos, linda, no soy idiota. No sólo te enseñó a subirte a un caballo.

— Matt...

— Habla ya, niña.

— Bueno —concedió ella—. Es sólo que... está muy cambiado.

— ¡Está hecho un Adonis! Como de telenovela, sweetie. Ojos grandes e intensos, cabello revuelto y piel tostada, Dios aplaca tu ira —le dijo abanicándose desesperadamente. 

Ella estalló en risas. A veces su mejor amigo tenía cada ocurrencia.

— Noo, no es eso. Sólo que me sorprendió lo cambiado que está. Nada más. Hacía diez años que no lo veía.

— ¡¿Diez años?! —exclamó exaltado—. Con razón te miraba como si fueras una especie de espejismo. Incluso diría que te miraba con  algo de desconfianza, Liv.

— No creo que sea así. Quizás él también esté sorprendido de verme. Date cuenta que pasaron muchos años, Mattie —sin darse cuenta sonrió mientras su mirada estaba fija en un punto vacío, recordando—. Además- bueno...

— ¿Qué? —dijo el rubio interesado, poniéndose más derecho sobre la cama.

— Ya sabes, fue una especie de... bueno-

— Escúpelo ya Olivia.

— Él fue mi primer beso.

Se maldijo internamente luego de soltar aquellas palabras. Cerró los ojos con fuerza. Ya se imaginaba las palabras que seguían... 'Ajá, ¡te caché, linda!'