5. ¿Sabes si es cierto lo que digo?

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15 de Junio

La camiseta tenía más que algunas gotas de sangre; más tarde tendría que lavarla. Cambié mi ropa habitual por el uniforme de la academia. En el armario guardaba un segundo uniforme por si, de alguna forma, el primero acababa destrozado.

Fuimos en una limusina hasta el colegio nocturno. El ambiente, como siempre, era tenso. Siempre me coloco apartada de ellos, leyendo algún libro o simplemente mirando el paisaje con la intención de evadirme. No necesito ser su amiga, ni ellos necesitan una amiga como yo, no confió en ellos, ni ellos en mí. Y, por suerte para mí, no voy a la misma clase que ninguno de los Sakamaki o los Mukami. Estoy feliz por ello.

No suelo relacionarme con nadie de clase, a pesar de los intentos de algunas chicas, al armarse de valor para hablarme, y de algunos chicos, al ligar conmigo.

Durante el escaso descanso de media hora, que tenemos para comer, suelo buscar una sala vacía, pero cuando no la encuentro, me quedo en los pasillos o las escaleras por donde menos gente pase; todo para evitar encontrarme con cualquier vampiro. Por supuesto, no siempre soy capaz de evadirlos, pero cuando me los encuentro, aparte de tensarse mi cuerpo y estar algo inquieta, no ocurre nada más. Sólo me miran desafiantes y en ocasiones irritados por mi presencia... excepto Azusa y Kou.

Azusa es algo masoquista... le gusta auto-dañarse físicamente, por eso tiene tantas vendas cubriendo su cuerpo, y Kou, aunque parezca ser un chico muy alegre e inofensivo, puede llegar a ser perturbador. A pesar de tener a algunas chicas tras él, desventaja de su trabajo como "idol", intenta buscar un poco de tiempo para pasarlo conmigo, para hablar, para conocernos. Tal vez. Es lo que yo quiero creer.

Hoy me encontraba en una sala, parecía ser el aula de ciencias. Estaba apoyada en la repisa de la ventana, mirando la luna. Kou apareció de pronto entre las sombras del aula.

- Estos días apenas te he visto. Has tenido que estar muy ocupada "estudiando"

En ese momento, ni le dirigí la mirada. Siempre hablando de la maldita "Manzana de Adán".

- En realidad lo extraño es que hoy no estés en la biblioteca. ¿Será que has encontrado algo? – maldije su perspicacia.

- Tengo derecho a descansar cuando lo vea conveniente. Solo pierdo el tiempo buscando y leyendo esos libros tan gruesos y densos. Es agotador...– le miré indiferente.

- Eso no responde mi pregunta – me dijo más serio esta vez.

Al cruzar nuestras miradas, percibí un ligero brillo rojizo en uno de sus ojos, lo cual me confundió un poco. Su flequillo no me dejaba ver claramente ese lado de su rostro, pero parecía muy concentrado observándome. Entonces recordé su peculiar habilidad. Una habilidad concedida por "Esa persona".

Kou tiene la especial habilidad de mirar en el corazón de las personas, y descubrir sus verdaderos sentimientos, de destapar la verdad que intentamos ocultar.

- Dímelo tú, ¿he encontrado algo que os pueda ser de utilidad, o no? – le desafié.

Su ojo derecho brillaba cada vez con mayor intensidad. No me importaba que mirara en mi corazón para saber la verdad, pero tenía claro que aún no les contaría nada, no hasta que pueda confiar en ellos.

Kou sabe que sé más de lo que afirmo saber, pero él no sabe que es lo que sé (sí, es como un trabalenguas). Eso le enfurece, porque, tanto él como el resto de sus hermanos quieren convertirse en Adán lo antes posible. Y aunque yo sepa la respuesta, o más bien la sepa a medias, no podrán hacer nada si no hablo.

De un momento a otro, Kou, había apresado mi rostro con una de sus manos, estrujando mis mofletes. Dolía.

- Ya sabes que estás obligada a contarnos todo lo que sepas sobre "Manzana de Adán", o acabarás sirviendo de abono para los cultivos de Yuma.

- Sería una pena acabar así y que, después de tanto esfuerzo, no ganéis nada a cambio – hice una mueca de sonrisa, pues Kou aun apretaba mi rostro.

Kou sorprendido por mi valentía, además de mi estupidez, me soltó para después hacer saltar los botones de mi camisa y morder mi cuello con rabia.

Se tomo su tiempo para despegarse de mí.

- No eres igual que la "Gatita Masoquista" – otro que le pone motes desagradables a Yui – Tienes agallas – me miró de una forma... cómo decirlo... ¿provocativa? – Pero eso no te salvará de un castigo, pequeña "Loba Traviesa" – se relamió los restos de sangre de sus labios.

De nuevo, sus colmillos penetraron en mi piel buscando la forma de hacerme escarmentar. Como si no fuera suficiente castigo compararme con Yui, y ponerme ese asqueroso mote.

El timbré sonó. Por un momento pensé que Kou me liberaría y se iría a su clase, sin embargo no dejaba de absorber mi sangre y lamer mi cuello cuando alguna gota se escabullía.

Acabé perdiendo el conocimiento, cosa que hacía mucho que no pasaba.

Bite My Freedom (Fanfic Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora