Bite My Freedom (Fanfic Diabolik Lovers)

7. Oscuros recuerdos

16 de Junio

No debí haber preguntado sobre su pasado. Aunque tampoco me imaginaba que él se interesaría por el mío.

Mi cuerpo temblaba, sobretodo mis manos, las cuales era incapaz de controlar. La cesta junto a todos los tomates cherry que había recogido se desperdigaron por el suelo.

Comencé a hiperventilar. A cada segundo, me alteraba más con esos recuerdos grabados a fuego en mi mente, sobre todo, al recordar aquel día, aquel accidente. Ese estúpido accidente que hizo de mi vida un infierno.

Sangre. Había mucha sangre en el suelo, en la mesa, y en la pared. No fue intencionado o premeditado, fue un accidente. Él... él se golpeó la cabeza y... la sangre no dejaba de brotar de su cabeza.... Y yo... yo....

Por culpa de ese director de orfanato, mi vida se llenó de odio, desprecio, miedo, desesperación... y rojo carmesí.

***

No recuerdo gran cosa después de revivir mi pasado.

Recuerdo esa sensación de vacío y oscuridad formándose a mi alrededor. Y para cuando recuperé los sentidos, estaba en la esquina de alguna de las miles salas de la casa. Había un sofá, un par de sillones y un ventanal que sustituía parte de la pared.

Dejé de apretar mi cabeza, cosa que hacía en un vano intento de cesar los recuerdos de mi infancia. Me dolían partes de la cara, los brazos y las piernas. Al observar esas zonas adoloridas, vi arañazos ensangrentados y algunos moratones. No recordaba que había ocurrido, pero lo más probable es que hubiera tenido un ataque de pánico.

Yuma, se encontraba al otro lado de la sala, sentado en el sillón, observándome detenidamente. Bajo su mirada me sentía incómoda, a la vez que protegida.

Parecía cuidarme en la distancia.

- ¿Qué... ha ocurrido? – le pregunté mientras miraba mis heridas.

Yuma se levantó del sillón y comenzó a acercarse. Una vez estuvo frente a mí, sentado en cuclillas, pude observar que él también tenía un par de arañazos que, casi, habían terminado de curarse.

Parecía enfadado.

- Te has agredido a ti misma, arañándote la cara. Cuando he querido detenerte, la has tomado conmigo – su rostro se transformaba, cada vez más, en una emoción de ira y venganza.

No sabía qué decir, pero sabía que tomaría venganza por herirle.

- No era mi intención. Yo... no sé qué me ha ocurrido – no podía evitar poner una expresión de terror en mi rostro. Al parecer, el efecto de esos recuerdos, no acababa de irse aun.

Esbozó una enorme sonrisa, cosa que me asustó más. Sabía qué pretendía, y le di la excusa perfecta para hacerlo.

- No importa que fuera o no intencionado, porque de todos modos, te daré lo que mereces.

Se acercó más a mí. Me apartó la sudadera bruscamente y clavó sus colmillos en uno de mis hombros. Al principio estaba muy asustada, el efecto de las pesadillas permanecía en mí; pero luego, omití cualquier tipo de dolor físico o emocional.

Pensé que iba a dejarme moribunda, igual que hacía el resto, pero al dejar de forcejear y temblar, él dejó de mostrar interés en beber mi sangre.

Yo miraba a la ventana, ausente de la realidad. Yuma agarró mi rostro, e hizo que le mirara a los ojos. Esta vez, aunque pareciera estar viendo un punto inexistente, contemplaba la profundidad de los ojos de Yuma, desnudando su alma, o lo que quedara de ella.

- Deja de mirar a la nada. ¡Mírame a mí! – oprimía mis mejillas furioso.

Nos mantuvimos la mirada, esperando que el otro dijera o hiciera algo. Yuma me liberó, y apoyado en la pared, acercó su rostro al mío. La distancia era alarmante. Sabía que iba a volver a morderme, así que incliné la cabeza hacia un lado, sin dejar de mirarle a los ojos, dejando mi cuello descubierto.

Se acercó lentamente sin pensarlo demasiado. Su respiración chocaba contra mi piel. Al sentir su boca en mi cuello, como acto reflejo, cerré mis ojos fuertemente, pero ninguno de sus dientes llegó a rozarme. Solo sentía que mi piel era succionada.

Estaba confusa. Supuestamente iba a morderme, pero dejó un chupetón en lugar de un mordisco. De alguna forma me sentí aliviada, pero me sentí más molesta aún por dejar ese tipo de marca en mi piel, pues ese tipo de marcas....

- ¿Me has marcado? – pregunte irritada, aunque calmada, llevando la mano a mi cuello.

- Je... - sonreía triunfante al haberme hecho enfadar.

Sí, así es, dejó marca, y una muy visible. No sabía cómo me las apañaría para ocultar esa marca al resto de hermanos. Aunque... qué me importa si tampoco les importa....

El saber que a ellos les daría igual, hizo que a mí, tampoco me importara.

Voltee hacia el ventanal, de nuevo, y mi rostro se volvió inexpresivo e indiferente.

Odio esos momentos en lo que debo parecer una muñeca de porcelana, fácil de manejar. Impasiva, con la mirada perdida. Y, no soy la única a la que le molesta.

- Maldita "Puerca". Deja de ignorarme y mírame.

Me cogió el rostro bruscamente de nuevo y me hizo mirarle. Le cabreaba que hiciera eso, pero hiciera lo que él hiciera, yo no mostraba ningún tipo de emoción, así que desistió. Estaba frustrado, muy frustrado, y realmente enfadado.

Sonreí.

Es divertido hacerle enojar, o destrozar sus planes de tortura. Resultan más fáciles de manejar.

***

Esa noche no pude dormir.

Los malos recuerdos del pasado no dejaban de acecharme. Cada vez que cerraba los ojos veía su cadáver rodeado de un charco de sangre; y mis diminutas manos, cubiertas del mismo líquido espeso y rojo.

Sangre, sangre, sangre, sangre.

Era necesario evitar tumbarme en la cama, pues acababa cerrando los ojos. También me era imposible estar en la habitación, me sentía encarcelada. Necesitaba dar un paseo, beber algo de agua, o darme cabezazos contra la pared si eso evitaba que cayera dormida y me evitaba volver a recordar.

***

(Ya no hay marcha atrás. Cuando recuerdo algo de mi pasado, los recuerdos no dejan de aparecer, uno tras otro, tras otro y otro. Si tú estuvieras aquí, podría relajarme y no pensar en el pasado. Sé que harías todo lo posible para tranquilizarme. Pero estando sola, sin nadie en quien confiar... esos recuerdos pueden no llegar a desaparecer.)

(No sé si recibes alguna de estas cartas o sólo escribo para algún extraño que piensa que me invento toda esta locura. Espero que estés bien, y que puedas escribirme algo pronto.)