EXTRA

53 9 6
                                    

Tras haberme tranquilizado, Reinhart me dejó recostada en la cama, recogió sus instrumentos médicos y besó mi frente dulcemente como despedida.

La habitación se quedó en calma. La luz era tenue, no se escuchaba absolutamente nada, no quedaba ningún rastro del olor de Reinhart... no era capaz de sentir nada.

Cerré los ojos y comencé a recordar aquella dulce cancioncilla de mi infancia. La melodía se encontraba muy presente en mi memoria, sin embargo no era capaz de recordar cuál era la letra; de cualquier modo, comencé a tararearla. Apenas podía escuchar mi propia voz y sin embargo podía escuchar claramente aquel suave ronroneo que me acompañaba. Además la cama parecía hundirse en algunas zonas dándome la sensación de que había alguien más en la habitación.

El carraspeante sonido de mi garganta se fundía a la perfección con aquella grabe voz que comenzó a cantar la letra perdida de nuestra canción infantil. Solo conozco a una persona capaz de cantar esa canción en el tono perfecto para conmoverme, el tono exacto para desenterrar todos esos sentimientos, todas esas agradables sensaciones y para devolverme la vida.

Sentí una gran melancolía al escuchar tu voz, mi piel se erizó con tu tacto, mi corazón no dejaba de latir y mis ojos se pusieron llorosos... porque sabía que eras tú. A pesar de todo, no me atreví a abrir los ojos por miedo a que desaparecieras igual que un fantasma, pero tampoco me dejaste intentarlo ya que pusiste tu mano sobre mis ojos. Quise convencerme de que estabas allí, pues todos mis sentidos me decían que eras real y que estabas presente en la habitación; tu peculiar olor, el calor que tu cuerpo desprendía, la sensación de tu mano sobre mi rostro y tu aliento sobre mi boca.

Esta era la segunda vez que me besabas, y de nuevo, no creí que esto fuera simplemente producto de mi imaginación. Sin embargo sentía miedo por estar feliz, sentía miedo de que mis sentidos me estuvieran engañando y que desaparecieras, así que comencé a llorar.

Aun no escuchaba demasiado bien, aún menos con mi propio llanto, así que apenas pude escuchar lo que me susurraste al oído, pero gracias a eso tuve la certeza de que estabas encima de mí en aquella cama. Antes de retirar tu mano de mis ojos me advertiste que no los abriera hasta que hubiera transcurrido un minuto. Cuando comencé a contar mentalmente, me besaste hasta que me hiciste perder la cuenta y cuando te fuiste no quise esperar ni dos segundos más para verte; pero en cuanto me levanté para intentar coger tu mano ya había pasado más tiempo del que esperaba y en tu lugar encontré a Subaru recostado en una silla junto a mi cama. Cuando grité tu nombre el despertó y se quedó estupefacto al verme con una mano extendida intentado alcanzar algo a lo lejos y mis ojos de incredulidad porque habías desaparecido otra vez.

Primero te busqué con la mirada, luego te busqué por los rincones de la habitación mientras Subaru intentaba calmarme e incluso intenté salir por la ventana en tu busca aunque Subaru me lo impidió; entonces, cuando ya no sabía dónde más buscar, rompí en un llanto desconsolado.

¿Por qué no puedes quedarte junto a mí? ¿Por qué tienes que torturarme de esta manera? Yo solo quiero verte, y no sé cuánto tiempo más debo esperar por ti. Aunque ahora sé que estas cerca aunque yo no te vea y que velas por mí en la distancia. Ahora sé que me amas y me añoras, al igual que yo a ti... pero, ya no puedo aguantarlo más, así que ven rápido y llévame lejos de aquí.

Bite My Freedom (Fanfic Diabolik Lovers)Where stories live. Discover now