Bloody River {EunHae}{HaeHyuk}

Limitless

POV Hyukjae

- ¿Todo listo? -podía escuchar la exaltada respiración de uno de los chinos a través del auricular.

- ¿Estas seguro de lo que estas haciendo? -oía murmullos al otro lado de la línea.

- Llevo planeando esto desde hace mucho tiempo. Pienso derrocar al clan Kim en su propio territorio -la exasperación estaba presente en mi tono de voz.

- No creo que sea la idea más inteligente que hayas tenido -mi paciencia se agotaba rápidamente.

- ¡DEJA DE CUESTIONARME! -tome una profunda bocanada de aire calmándome -¿Estáis en el sitio acordado? -escuche suspirar a Hangeng.

- Si Hyuk, estamos cerca de la orilla del río. Solo falta que llegues.

- Salgo ahora mismo -colgué antes de escuchar su respuesta.

Me puse la chaqueta de cuero negra sobre la camiseta blanca, con cuello de pico. Para que negarlo era un tio guapo con un cuerpo de escándalo, las chicas hacían cola para acostarse conmigo, y yo les daba la oportunidad de catar este cuerpo de pecado. Antes de salir agarré el bate de baseball, me haría falta, sonreí de medio lado ante mis actos venideros.

Salí de casa, cerrando la puerta tras de mi. Las botas militares resonaban en el pavimento de las calles desiertas. Era tarde, pero era la hora perfecta para efectuar mi venganza.

Desde que soy pequeño mi abuelo, me ha contado la misma historia, como el Clan Kim le arrebato a mis padres el territorio del Río Han. En su momento más de 200 años atrás, una sangrienta batalla se había llevado a cabo por la disputa del territorio. Mi clan salió perdiendo por las sucias artimañas de los Kim. Tras esa batalla y con nuestro clan en desventaja nos retiramos a la parte norte del río. Los muy cabrones de los Kim, nos hicieron firmar un pacto. No podíamos pasar los limites del río a menos que fuese por cuestiones laborales y todos los que entrasen, serían vigilados, a parte de pagar un alto precio por cruzar. ¡NOS AMENAZARON!, o cumplíamos el pacto o nos aniquilaban como a ratas. No nos quedó más remedio que firmar el estúpido pacto. Mi abuelo contaba la historia con tanto dolor en la mirada y tanta rabia acumulada, que consiguió traspasarme sus más oscuros sentimientos. Ahora las cosas estaban calmadas, pero mi odio era tan arraigado que no podía desaprovechar la oportunidad que se me presentaba.

Una noche al año, todo el mundo sin excepción se reunía en el parque Dosang, para rememorar el momento en que ganaron la batalla contra los Lee. Ja! Necios, era el momento perfecto para atacar.

Recorría las calles desiertas con destino a las orillas del río Han, allí me esperaban mis chicos. Eran mis amigos de toda la vida, los únicos capaces de aguantar todas y cada una de mis locuras. Saqué un pitillo, lo puse entre mis labios y lo encendí, mientras contemplaba el paisaje. Los cerezos estaban en flor y los pétalos caían impulsados por la suave brisa de primavera. Era un escenario poético, los pétalos caían como señal del inicio del fin de una era de dictadura. Con el bate al hombro y mi andar chulesco divise a los chicos, eran como mis hermanos. El más pequeño de ellos, Henry, corrió a abrazarme en cuanto me vio.

- Hyuk, has tardado -hizo un puchero y frunció el ceño. Le revolví el pelo y sonreí.

- Yo nunca llego tarde, llego cuando tengo que llegar -me soltó y fuimos con el resto.

- Al fin llegas -Siwon, maníaco de la puntualidad. Alcé una ceja.

- He llegado justo a tiempo -no dije nada más, no tenía por que justificarme. Zhoumi me miraba con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido -Deja de mirarme así, chino, sabes que no quiero nada con tu novio. Es como mi hermano pequeño -estúpido chino celoso.