Bloody River {EunHae}{HaeHyuk}

Save me

-Hae- un susurro lastimero fue el detonante de mis lágrimas al verle allí plantado. Había venido a por mi, a sacarme de ese infierno. No me importaba que todo el mundo me viese llorar, no cuando ella me lo había hecho pasar tan mal, no cuando cada fibra de mi ser deseaba estar en brazos de Hae. Así que solo lo deje salir y llore a pleno pulmón, con hipidos y atragantándome. Destrozándome las cuerdas vocales por que no podía más, por que ya había tenido suficiente para esta vida y las siguientes.

Empezó a caminar hacia el altar, sin expresión en el rostro y se paró en seco, muy cerca de mi. Se quedó mirándola con una expresión aterradora.

-Hyukjae. -dijo con una voz que no parecía la suya.

Le mire entre lo poco que me dejaban ver las lágrimas y me asuste al ver aquellos ojos rojos. En mi cabeza resonaron las palabras del abuelo y mi miedo incremento. Me acerque a él agarrándole la cara antes de que hiciese algo de lo que se arrepintiera, puesto que era muy consciente de lo que podía hacer. Le agarré la cara aun a riesgo de lo que podía hacerme.

-Amor, escúchame, mírame- dije suavemente.

-Vete -dijo de nuevo con esa voz, apartándome de él.- Tú. -dijo avanzando de nuevo, hacia ella, viéndola retroceder.- Tienes 5 segundos de ventaja. -ladeó una sonrisa.- Yo de ti corría sin tacones.. Aunque al final de poco te va a valer.. -dijo riendo divertido al ver el miedo en sus ojos.- De hecho.. -se giro buscando algo.- primero iré a por ellos.. y luego.. luego iras tu.. Tienes hasta entonces para huir.. -dijo señalando a los del consejo para luego reír de nuevo. Ni medio segundo después estaba partiéndole la tráquea al presidente del consejo.

Me quedé horrorizado viendo como el cuello del presidente del consejo se deshacía entre los dedos de mi amante. El pánico cundió y tanto la gente como los miembros del consejo comenzaron a huir. Me quedé paralizado sin saber que hacer, si me metía en medio era capaz de matarme sin querer, y entonces sabía que no se lo perdonaría nunca. Pero si no hacía nada mataría a todos los del consejo y a Rachel metiéndose en graves problemas con el consejo Europeo. Él no era Dongsuk que los tenía a todos comprados y era intocable. A él lo separarían de mi lado y no podía permitirlo.

Avancé hasta él y aún a pesar de que estaba mi propia vida en juego lo arriesgué todo a una carta que rezaba por que funcionase. Me puse delante de él, le agarré del brazo y le besé. Lo hice lo más rápido que mis fuerzas me dejaron y recé porque el beso le distrajese lo suficiente como para que volviese en si.

Se separó de mí y miro a todos lados viendo a la gente desaparecer a lo lejos. Me miró y luego al cadáver del hombre del consejo en el suelo.

-Tenias que haberme dejado seguir.. Muertos dejarían de darnos problemas. -susurró sin dejar de mirar el cadáver. Le acaricié la cara mientras le miraba a los ojos.

-Bebé, no me sirve de nada que te lleven a la cárcel. Y aunque creas que no, eso es lo que hubiese pasado si les hubieses matado a todos- pegue mi frente a la suya y suspiré- No me puedo arriesgar a perderte, no de nuevo, por que no lo soportaría- me abracé a él- Sabemos donde encontrarlos a todos, ya lo solucionaremos. Ahora solo quiero salir de aquí y volver a nuestra casa, para no saber nada del mundo en una semana- dije en un susurro mientras me aferraba a él.

Se dejó abrazar, pero aún estaba tenso. Giré la cara para ver que era lo que estaba mirándo y de repente, la biblia que había en el atril en medio del altar empezó a arder en llamas turquesa. Pronto el fuego se propago hasta incendiar todo el altar. Me agarró y tiró de mi, alejándonos ambos del fuego. Salí del shock para poder preguntar como había hecho eso.

-¿Co-omo has hecho eso?- pregunté asustado mientras salíamos del jardín viendo como todo a nuestro paso ardía sin control en forma de llamas de color turquesa- Hae dime algo para saber que estas conmigo- no estaba muy seguro de que se hubiese calmado del todo y el hecho de que siguiese conservando las ganas de matar me ponía nervioso. No por que fuese a hacerme daño, si no por que me provocaba pánico que llegase a desaparecer para cobrar venganza y matarlos a todos, hasta que no quedase títere con cabeza.