Bloody River {EunHae}{HaeHyuk}

Invaded

POV Hyukjae

Amanecí a la mañana siguiente en mi cama, esta vez, con una resaca mortal. Notando un peso sobre mi.

-Donghae muévete- susurré bajito me dolía la garganta como si hubiese bebido ácido. Seguía sobre mi- Haaeee muévete- protesté de nuevo.

-Cállate Hyuk- esa no era la voz de Donghae. Me dí la vuelta suavemente para que no me estallase la cabeza y vi a Sungmin acostado a mi lado.

En ese momento me acordé de todo lo que había pasado. Todo lo del día anterior vino a mi de golpe y empecé a llorar sintiéndome más estúpido que en toda mi vida.

-Hyukie no llores anda- me abrazó, haciendo que mi cabeza quedase en su pecho y me aferré a su camiseta.

-Duele mucho Minie- él no debería ser quien me consolase era sumamente injusto para Sungmin.

-Lo sé pero con el tiempo deja de hacerlo. Solo no vuelvas a beber como ayer, ¿quieres?- asentí.- Que te parece si bajamos a desayunar y te preparo algo- levanté la cabeza de su pecho.

-¿Me harás tortitas?- le miré con los ojos llorosos y un puchero en los labios.

-Claro, te haré lo que quieras, he visto que hay batido de fresa en la nevera- fruncí el ceño, era el que había dejado él.

- No lo quiero, lo hizo Donghae- dije separándome de su pecho e incorporándome lentamente.

-No seas ridículo ayer lo probé y estaba muy bueno– se levantó y bajó a la cocina mientras yo me senté en la cama, mirando a un punto fijo en la pared de enfrente.

Apoyé la barbilla en las rodillas y más lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, las limpié con rabia, haciéndome daño en la cara. Yo no le importaba lo más mínimo, solo me utilizó. Ese pensamiento hizo que derramase más lágrimas. Yo....yo le quería por mucho que intentase negármelo, por mucho que no hubiese tenido corazón conmigo yo le quería, y lo quería conmigo. Miré hacia el lado de la cama donde él dormía e hice un puchero, no quería despertar si no estaba conmigo. Me acosté y me tapé con las mantas hasta la cabeza, escondiéndome del mundo que tan frío y vacío me parecía en este momento. Cerré los ojos y derramé más lágrimas, que no sabía de donde salían, las cuales fueron a parar a la almohada. Cerré los ojos y antes de quedarme dormido susurré algo que jamás pensé que volvería a salir de mis labios.

-Mamá....

No sé cuanto dormí, pero los gritos de Sungmin me despertaron, no quería comer, las tortitas ya no me parecían tan buena idea, tenía el estómago cerrado y sentía que si comía acabaría devolviéndolo todo. Seguí metido bajo las sábanas, en mi recién adquirido refugio anti todo. Si seguía aquí abajo nada podría hacerme daño. Oí como subía las escaleras, y cerré los ojos apretándolos.

-Hyukjae- no quería salir y si no contestaba quizás me dejase seguir aquí metido.

Se acercó e intento quitarme las mantas de la cabeza pero las apreté fuertemente entre mis dedos aferrándome a mi escudo, a la única salvación que me quedaba.

-Se que estás despierto- me daba igual, si Donghae se había ido no quería saber nada del mundo, nada de lo que quedase me preocupaba- Tienes que salir, no puedes quedarte ahí para siempre- sí podía y pensaba hacerlo.- Hyuk, no seas niño, solo te usó y no te quiere- me incorporé rápidamente y le miré con odio.

-Pero yo a él sí y el resto del mundo no me importa. Márchate- volví a acostarme y nuevas lágrimas salieron de mis ojos. Suspiró resignado pero no se movió. ¿Por que demonios no se iba?, ¿Por que no me dejaba solo?.

-No voy a ir a ninguna parte, eres mi amigo y te quiero. Estas echo un asco y me necesitas- pasó su mano por mi espalda en forma de una caricia conciliadora, que lo único que causó fue el efecto contrario.