Capítulo 26.

773 44 1
                                    


Mauro.

Todo estaba yendo de mal en peor. Cristianno estaba herido y Kathia estaba desolada, sin fuerzas. Solo lloraba y gritaba lo mucho que le amaba y lo mucho que lo necesitaba en si vida.

En ese momento todas las dudas que tenia sobre si Kathia era una infiltrada o no se me esfumaron al verla de esa manera. No podía creer nada de lo que estaba pasando. Esto era demasiado. No podía más con esta vida de mierda. Si a mi primo le pasa algo yo... No sé lo que podré hacer.


-Kathia tranquilízate sino esto será peor, joder.

-¿Como quieres que me tranquilice Mauro? Tu primo se está muriendo, joder. 


Eso me mató. Lentamente me mató. Sé que no lo hizo a malas pero me dolió como si me estuvieran clavando veinte dagas de plata en el corazón. 

Llegamos al edificio y allí estaba el doctor amigo de mi tío esperando a que llegáramos nosotros con Cristianno. 


-Vamos corran a su piso. Allí le reconoceré e intentaré estabilizarle. 

El doctor se le quedó mirando a Kathiaextrañado. Él sabía que Kathia era una Materazzi por eso le extrañó tanto verle allí con nosotros y llorando tan desesperada.

-Doctor, ¿Se pondrá bien? -dijo Kathia entre sollozos.-

-No lo sé querida. Aún no le e reconocido.


Lleguemos a su piso y lo tumbemos en su cama. En ese momento mi primo se veía tan indefenso... Daba pena verle en ese estado. Me cambiaría por él en este instante. 


-¿Os importa iros un momento? Quiero reconocerle a solas por si la cosa se pone difícil. No quiero escuchar nada, necesito completo silencio.

Todos asentimos. Todos menos Kathia.

-No, yo me quedaré aquí. A su lado. Se lo prometí.. 

Esas palabras nos heló a todos. Pero no podía quedarse allí entonces la cogí de la mano y a saqué de allí mientras lloraba y pataleaba. No podía verle de ese modo. 


*40 MINUTOS MÁS TARDE*

 Kathia.


Cuarenta minutos habían pasado ya desde que me habían sacado a la fuerza de su habitación. Cada segundo que pasaba sin estar a su lado se me hacía eterno. 

Él tiene que salir de esta. Él es fuerte, joder. Me niego a que él muera de esta forma sin ni siquiera despedirse..-

En ese momento salí el doctor.

-¿Kathia? 

-Si, dime, ¿Como está él?

-Se ha despertado, quiere que entres...


Sin pensarlo entré en su habitación y allí estaba el amor de mi vida. Tumbado en su cama mirándome fijamente a los ojos. Su mirada estaba apagada, no tenía luz, ya no brillaba como lo hacia antes y eso me hizo llorar de nuevo.

-No llores carió...-Dijo con una voz débil.-

-Perdóname, amor...

-¿Qué has dicho? 

-Perdóname, amor.

-¿Por qué me llamas amor? 

-Perdóname si te llamo amor, pero yo no lo decido.

-Kathia....

-Cristianno...

-Prométeme que siempre estarás a mi lado aunque yo te pida que te alejes...

-No te dejaré ni aunque me muera. 


Me acerqué y le besé.No podía creer que estuviera vivo. Ahí tumbado hablando conmigo como si nada. Gracias a dios él seguía a mi lado y todo esto solo había sido un susto de nada. 


Después de estar un buen rato con mi amor salí de la habitación y miré mi teléfono. Había un mensaje de mi hermana. Al parecer Cristianno no era el único que había salido herido esta noche.

Bajo El Cielo Púrpura De RomaWhere stories live. Discover now