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Min YoonGi suspiró fuertemente. Estaba cansado. Faltaban dos horas para poder irse a su hogar. Dos horas llenas de gente pasando por su oficina.

Esa mañana tuvo una reunión de emergencia. Según la Gerencia General conjunto a la de Finanzas, estaban perdiendo clientes debido a la deficiencias por los turnos de la noche. 3 líneas de 15 personas inútiles que no lograban ni 300 productos al finalizar su jornada, cuando el mínimo eran 500 por hora y donde, se supone, el turno de la noche debe ser el más productivo. Los demás se lavaron las manos cuando el Presidente dijo:

«—Debemos quitar esos inservibles, contratar nuevo personal, reubicar a las personas que tenemos en los turnos de la mañana a la noche para intentar cubrir las pérdidas por los despidos, también hay que darles motivación al personal, no queremos que se repita esta situación.»

Y por "debemos" quiso decir "YoonGi tienes toda la responsabilidad de hacer" pues todo aquello sólo era atinente al Departamento de Recursos humanos. Toda su mañana y parte de la tarde la pasó redactando cartas de despido, calculando liquidaciones, enviando correos, llamando por teléfono, cotizando empresas de off sourcing (para quitarse de encima los procesos de reclutamiento y selección) y corriendo a la oficina del Presidente y su Junta Directiva porque:

«—Quiero un informe de todo para antes de las 6:00 pm...¡Oh! y Señor Min YoonGi, las cartas deben ser entregadas hoy mismo.»

Min YoonGi guardó sus cosas en el bolso, mientras esperaba a la última persona un tal Jeon JungKook. Había tenido un día largo y antes de él tuvo que entregar muchas cartas de despido y aguantar, a las personas dueñas de estas, convertirse en mares de lágrimas.

Recibió una llamada de la recepcionista, le indicó que aquella persona se dirigía a su oficina. Se preparó para lo que venía, él era una persona que causaba muchos problemas. Por él, más de tres veces se detuvo el trabajo de toda la planta, se oponía a los cambios, no usaba el equipo de protección... Una lista inmensa de contras. Sentía un alivio inexplicable.

El joven llegó a su oficina, instantáneamente miró su reloj de pulsera, aquel individuo llegando tarde, como de costumbre.
Le invitó a sentarse en la silla frente a él. Le explicó lentamente la situación de la empresa, su situación y la posición del Presidente al despedirlo sin responsabilidad patronal, gozando cada palabra y disfrutando aún más el deslizar por la madera fina de su escritorio, la carta de despido.

—¿Por qué me hace esto?— su excompañero de trabajo se acercó rápidamente a él y se arrodilló junto su silla, sosteniendo su mano entre las suyas, rompiendo en llanto—Sé que no soy el mejor empleado p-pero, por favor... No me haga esto por favor, t-tengo que mantener a mi madre, ella está enferma... Hago lo que sea, pero por favor no me eche de la empresa, prometo no volver a quejar...— decidió no ponerle mucha atención.

«¿Por qué todos me insisten a mí? Yo no soy el que decide este tipo de cosas. Al menos no hoy.

Ah no puede ser... Todos se deshacen en lágrimas en mi oficina. ¿Por qué lloran tanto? ¿Por qué no pueden ser como el chico del tren? Agradecido y silencioso...

Necesito un asistente que se encargue de estas cosas...

Hmm. Ese chico...me pregunto por qué habrá llorado hoy, nunca había lo había visto llorar. Ni siquiera terminó su libro, debió pasarle algo malo, el libro que llevó hoy era pequeño pudo haberlo terminado antes que yo bajara del tren...»

Se vio sorprendido por estar pensando esa persona y aun más por tener una ligera sonrisa en sus labios. Sacudió la cabeza volviendo a la realidad y se topó con una vista lamentable. Decidió que ya era momento para irse.

—Lo siento, pero la decisión ya fue tomada, yo sólo sigo instrucciones. Si no está de acuerdo, puede ir hablar con el Gerente General o el Presidente. Por el momento, ya puede retirarse, joven Jeon—le dijo con amabilidad.

Muy bien sabía que no tenía ninguna posibilidad de ser re-contratado, pero no sería tan insensible de quitarle la esperanza de conservar su trabajo.

~*~

Esperó el tren por más de treinta minutos. Si bien el salario que tenía como Gerente le sobraba para comprar un auto y pagarse un chofer (porque no sabía conducir), no lo hacía. Estaba acostumbrado a viajar en tren, se le hacía agradable.

Además...

«Si hago eso, no podría ver al chico del tren.»

No lo veía por las noches, pero igual se sentaba frente a su asiento, esperándolo «en cuanto llegue, me presento formalmente».

Por las noches tenía una valentía excesiva. Entonces ¿por qué no eran amigos después de un año de esta rutina? Pues al parecer la valentía se la llevaba consigo el agua después de que se bañaba dejando sólo un «Buen día, joven» y una que otra frase, todo con un tono muy tímido.

Sonrío levemente al ver el tren llegar.

¿Amor? [YoonMin/JimSu]Where stories live. Discover now