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Empecé a gritar, como si mi vida dependiera de ello. Esto no podía estar pasándome, no ahora que tenía a mi pequeño dentro de mi creciendo y probablemente sintiendo este infernal dolor. No paré de gritar, seguí aunque mi garganta ya no daba para más y sentía que mis pulmones poco a poco se desinflaban como los globos que suelen haber en las ferias.

Mi padre , literal , derrumbó la puerta de mi habitación y entro desesperado a por mi junto a mi madre que no paraba de pedirme que me calmara y tratará de respirar mientras ella trataba de cargar mi bombona de oxígeno.

-¡AMY NO HAY TIEMPO!- gritó mi padre mientras me tomaba en sus brazos y yo no podía parar de llorar, por favor que este bien, solo necesito que mi bebe este bien.- LE COLOCARAS LA BOMBONA EN EL AUTO.

Mi madre solo asiente desorientada y siento cómo mi padre baja las escaleras tan rápido como le es posible y abre la puerta trasera del auto y me deja ahí, diciéndome que yo puedo, que esto no es nada con lo que yo no pueda y que en un segundo estaremos en el hospital. Me da un beso en la cabeza y se da la vuelta para entrar a encender el auto, a la vez que mi madre aparece con mi bombona y me coloca mi cánula una vez que se adentra en el auto colocándose a mi lado mientras intenta que me calme y empiece a tratar de respirar un poco.

-Estarás bien, cariño , todo estará bien  y cuando menos lo notes estaremos en casa- dice mi madre tratando de retener las lagrimas al verme llorar de manera tan desesperada.

Luego de que mi padre se salte unas veinte señales de tránsito y el semáforo, llegamos al hospital y aunque siento que ya puedo respirar un poco más , el dolor sigue siendo insoportable. Es como si mis pulmones ardieran en un fuego candente que no piensa apagarse jamás.

Lo último que recuerdo es a mi padre sacándome del auto con cuidado y cargándome en sus brazos mientras mi madre lleva mi bombona. No tardamos nada en adentrarnos al hospital cuando unas enfermeras se acercan a mi auxilio con una expresión de terror.

***

Cuando despierto gracias a los rayos del sol entrando por mi ventana , me siento algo aturdida y mil veces más pesada de lo usual. ¿Donde estoy, que es lo que pasa?. No recuerdo nada de lo que sea que haya pasado, y cuando intento hacerlo mi cabeza empieza a dolerme levemente.

-¿Ya despertaste cariño?- oigo la voz de mi madre hablarme y abro de poco a poco mis ojos ya que los siento muy pesados, como si no hubiera dormido en años - ¿te sientes bien?  , ¿cómo estás mi niña?

-¿Ma-mamá?- preguntó y logró ver la distorsionada imagen de mi madre.-¿que paso..? ¿mi bebe?...dime que está bien...- digo casi en un susurro ya que no siento tener suficientes fuerzas.

-Está bien cariño , ambos lo están, fue lo usual: líquido en los pulmones. No hay nada de que preocuparse , te hicieron un pequeño chequeo y todo está bien , no hay nuevos tumores y el bebe no sufrió ningún daño- dice y siento una gran calma dentro mío.

-¿Donde está papá?-preguntó abriendo por completo los ojos y siento su mano tocar delicadamente la mía. Ahí está él. Tiene un poco enmarañado el cabello y se carga unas enormes ojeras y me siento culpable. Se que tenía que ir a trabajar, y no lo ha hecho. Solo se a quedado aquí junto a mi madre que también tenía trabajo por hacer y tampoco han dormido nada.

-No deberían estar aquí- digo para ambos y mi madre  me mira con una leve sonrisa, pues sabe el punto al cual quiero llegar- vayan a casa y descanse , yo estaré bien.

Bajo la Misma Estrella (Continuación)Where stories live. Discover now