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La vida puede dar cambios bruscos cuando menos nos lo esperamos y soy completamente consciente de aquello, pero nunca creí que los cambios puedan llegar y modificar todo en un parpadeo. Cuando me enteré que tenía cáncer, siento que fue el cambio más brusco y repentino de mi vida ya que no había llegado ni a la mitad de los treinta años y sin embargo debí saltar de la niñez a la adultez a una velocidad increíble. Lo mismo ocurrió cuando me enteré de la llegada de mi bebé, pero si comparo ambas situaciones, siento que la primera sólo me derrumbo y no me permitió levantarme por mucho tiempo, mientras que la segunda me hizo más fuerte y me dio un motivo para seguir intentándolo. Pienso en todo esto cuando volteo a ver a Noah que se encuentra a mi izquierda conduciendo mi auto rumbo a Dios sabe donde. Nunca planeé la llegada de él a mi vida y siento que a pesar de la sorpresa, él cuenta como uno de los cambios bruscos que te da la vida pero no cualquiera, él es el cambio brusco que vale la pena afrontar diario. Noah me atrapa mirándolo y casi de inmediato me sonríe y coge una de mis manos y la une con la suya mientras la acaricia lentamente.

-No te has pintado las uñas esta vez- dice sonriendo sin despegar la vista de la carretera y me sorprende un poco que lo haya notado. 

-La verdad es que no tuve ánimos esta semana- le digo soltando un suspiro- ¿qué pasará con tu hermana? No puede irse a casa sola y menos con este clima...deberíamos volver por ella.

-No te preocupes- dice Noah mientras levanta mi mano y le da un pequeño beso haciendo que me sonroje por milésima vez en el día- le he dicho que iba a seguirte y creo que se sintió culpable por bromear como lo hizo, así que ha llamado a su novio , bueno futuro esposo y cuñado para que vaya por ella.

Asiento con la cabeza sin decir nada más y empiezo a acariciar mi abultado vientre mientras una nueva ola de pensamientos recaen sobre mí. Tal vez sea demasiado tonta para darle tantas vueltas al asunto pero, creo que si no las tuvieras no sería yo. Pienso en mi bebé, en Noah y lo que se supone que somos , en Augustus y en mis padres y, siendo honesta  sólo logro conseguir un infernal dolor de cabeza. Creo que ya habrá otro momento para pensar en todo esto.

***

Noah POV's

Me estaciono en el parking de Mc Donald's luego de haber pedido una orden de hamburguesas  para mi y Hazel. Trato de recostar el asiento del conductor luego de dejar la comida en los asientos de atrás y me giro a verla. Sigue durmiendo, lo cual me causa una ternura indescriptible y como si de un acto reflejo se tratara, le acaricio las mejillas suavemente a la vez que trato de acomodarle los pequeños cabellos rebeldes que le caen sobre el rostro. -Eres hermosa- murmuro esbozando una sonrisa y mi mente empieza a maquinar uno y mil escenarios donde Hazel es la protagonista. Sé que suena tan trivial que lo diga de esta forma, incluso mi yo del pasado me hubiera dado una paliza por hablar de forma tan cursi pero, cuando el amor toca a la puerta, te vuelves de inmediato uno de sus esclavos.

Mi mente me regresa a la realidad cuando mi teléfono vibra al recibir una llamada entrante, es nada más y nada menos que la señora Lancaster. Por alguna razón, me empiezo a sentir nervioso, como si estuviera haciendo algo malo y tratase de ocultarlo, ¿acaso hay algo de lo cual deba sentirme así? No lo creo.

- ¿Hola?- digo fingiendo que no sé quien me esta llamando una vez que he contestado.

-Noah, soy la señora Lancaster- responde y la saludo casi al instante- sé que es tonto que te llame, seguro te estoy interrumpiendo en algo...

-No, no se preocupe, creame que no me interrumpe para nada- digo mientras veo a Hazel girándose en el asiento, como si buscara una posición más cómoda.

Bajo la Misma Estrella (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora