Ronda Final

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Los combates ya habían terminado cuando Chanyeol entró de nuevo a la vieja fábrica de químicos, todavía tan alterado que el pulso que latía en sus venas cubría todo lo demás. Aún veía a Baekhyun muy quieto en mitad de su salón, mirándolo con los ojos muy oscuros y el labio temblándole. Si cerraba los ojos, podía sentir su boca contra la suya y sus manos sobre su piel, y había algo que tiraba de él, dentro, que le pedía volver con él, regresar a casa. Luego, recordaba los archivos en su ordenador, la carpeta encriptada con datos sobre cómo derrotarlo en combate, y lo único que deseaba era que todo acabara de una vez.

Y para eso estaba allí: para terminar de una vez por todas.

El encargado de seguridad pareció reacio a dejarlo a entrar por un momento ahora que las peleas habían acabado, pero, tras murmurar algo en el micro del juego de auriculares que llevaba en torno a la cabeza, acabó apartándose después de abrirle la puerta de metal con el ceño fruncido, inclinando la cabeza levemente ante él cuando pasó.

Como todas las veces que iba a la Liga, Chanyeol se había enfundado en su armadura de Phoenix, cubriéndose el cuerpo de cuero y metal y el rostro con el mismo casco rojo y dorado de siempre. La sensación de ocultar su identidad y marchar a los suburbios a combatir lo había hecho sentir como un superhéroe enmascarado – cada vez que luchaba, había estado cumpliendo su sueño adolescente, obteniendo el reconocimiento y los vítores que había deseado para sí cuando había empezado a diseñar su minibot años atrás – y, sin embargo, ahora todo era distinto. Las peleas de la noche habían terminado, los focos se habían apagado y el público se había ido, y Chanyeol se sentía muy fuera de lugar avanzando con su armadura completa y su minibot bajo el brazo por una arena grande y vacía, con las gradas a medio desmontar y el suelo sucio bajo sus pies.

"¿Para qué se supone que he estado haciendo todo esto?" se dijo, deteniéndose un instante al llegar al centro del desierto campo de combate. "Incluso si hubiera conseguido ser el mejor del God Tier, yo... ¿Para qué iba a haber servido? ¿Qué habría hecho después?"

La puerta de la sala de espera para combatientes estaba abierta, delante de él, y había una figura cubierta con una armadura broncínea junto al umbral, muy quieta.

—Hola, Phoenix —lo saludó, y su voz distorsionada sonó grotesca sobre el silencio casi absoluto—. Nos han informado de que querías ver al jefe. Te está esperando.

—Lynx —murmuró Chanyeol, fulminando al chico con la mirada a pesar de que éste no podía verle el rostro.

Longwei estaba de pie, esperándolo, en mitad de la sala, con las manos enlazadas a la espalda. Tenía exactamente el mismo aspecto que cuando Chanyeol lo había visto por primera vez: la figura imponente, la armadura rojo sangre y la capa negra que llevaba encima. Cuando lo había conocido, el chico había pensado que parecía un villano de videojuego. Al parecer, sus suposiciones habían tenido bastante de ciertas.

—Park Chanyeol —lo llamó éste, y él recordó de pronto que, claro, Longwei sabía, y siempre había sabido, quién era él. Por mucho que todos los espectadores de la Liga lo conocieran sólo por "Phoenix", aquel hombre ya lo había llamado por su nombre la noche en la que lo había interceptado en el paso bajo las vías del tren—. ¿A qué debo el placer de tu visita a esta hora? Estábamos recogiendo ya; estaba a punto de irme.

Había llegado la hora de poner todas las cartas sobre la mesa, y los dedos de Chanyeol buscaron el cierre del casco en su nuca. Fue extraño, quitárselo por voluntad propia, delante de dos personas que estaban acostumbradas a verlo con él, pero los dos ya le habían visto la cara, y quería que volvieran a hacerlo cuando dijera lo que tenía que decir.

Sagittarius; [EXO, ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora