• Diecinueve •

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James.

–¿En serio estas estudiando? – aparto la vista del libro de Ciencias sociales para encontrar a Olivia parada en el marco de la puerta con su pijama puesta y su oso colgando de una mano.

–Es en serio – contesto riendo, había pasado el resto de la tarde estudiando después de llegar del entrenamiento, estaban a punto de ser la una – No es tarde.

–Papá dice que debes dormir – me dice mientras se acerca y se lanza a mi cama. Mi habitación consta de cosas simples, la cama café estaba pegada a la pared de modo que la cabecera debía ser del mismo alto que la cama en lugar del ancho, tenía un escritorio que solo utilizaba para dejar cosas, televisión, una mesa de noche y el armario tradicional.

–Tú deberías estar dormida – le digo, Liv se acomoda entre las almohadas mientras se cubre con una manta que hay cerca – Además me sorprende que papá este en casa.

–No lo está – respondió entre sueños – Llamó cuando Nana se fue.

Era normal en él, Lilian era el ama de llaves que cuidaba la casa y a Liv cuando ninguno de los dos estaba, tiene unos cincuenta años y jamás tuvo familia pero aun después de todo es bastante alegre e interesante al hablar con ella, así que está bien. Aparto los libros, los apilo y los dejo sobre la mesita de noche al lado de la cama; los parpados me pesan a cada paso que doy así que decido que será mejor idea ir a dormir. Tuve un día pesado.

–Vamos enana – le digo comenzando a molestarla – Te llevaré a tu cuarto.

Sonriendo, alza los brazos con los ojos aún cerrados; rio y la levanto en los brazos para comenzar a caminar por el oscuro pasillo que nos separaba las habitaciones, al principio la ausencia de papá dolía pero con el tiempo comprendí que era su forma de distraerse. Aun así no justifica que Olivia deba soportarlo.

Después de dejarla sobre su cama regreso a mi habitación con la cabeza baja y los brazos colgando mientras camino, al llegar me lanzo a la cama y antes de dormir tomo mi celular para encontrar un par de mensajes de Rachel, la chica del equipo de porristas con la que había estado "saliendo" si a eso se le llama salir, solo le gusta presumir cuando va al lado mío y para mí tiene su encanto, así que no me molesta.

Contesto vagamente para después dejar el celular en alguna parte de la cama y quedarme dormido.

A la mañana siguiente cuando despierto papá ya está en casa, desayunando junto a Liv para después llevarla a la escuela, me acerco a despedirme de ambos y salgo de la casa; tengo una relación bastante funcional con mi padre, no hablamos más de lo necesario y creo que de los pocos vínculos que tenemos Liv es uno de ellos, nuestra relación no nos causa problemas así que todo está bien.

Al llegar a la escuela me apresuro al salón de química, ya que es mi primer examen del día, al entrar al salón suspiro exasperadamente al ver a un chico sentado en el lugar de la esquina al fondo, chocamos miradas, arqueo una ceja y esté cambia de lugar. Al pasar a su lado me mira con cierto resentimiento que no tomo en cuenta.

–James – escucho una voz al lado de mí, me giro y encuentro a una chica con uniforme de porrista – ¿Cómo estás?

–Raquel – la saludo – Perfecto.

–Es Rachel – me mira entornando los ojos mientras pone las manos sobre sus caderas – ¿En serio lo olvidaste?

–Solo un poco – contesto, por lo que su expresión de indignación crece – Ya olvídalo y ven – le digo tomándola de la mano.

–James – me dice cuándo se separa, conozco esa mirada – Ayer te vi con ella – ruedo los ojos mientras aparto la vista.

–¿Debo recordarte que no estamos saliendo? – le digo mientras juego con el lápiz que en mi mano, ni siquiera teníamos una relación tan estrecha, así que no debería importarle.

Con todo y tu orgullo®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora