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COMIENZOS

Los maestros Jedi esperaban refuerzos en una de las numerosas y amplias plazas del sistema Christophsis

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Los maestros Jedi esperaban refuerzos en una de las numerosas y amplias plazas del sistema Christophsis. El apoyo era necesario. El batallón liderado por el maestro Obi-Wan Kenobi y el general Anakin Skywalker había vencido en la primera batalla a duras penas, y los separatistas no tardarían en volver con el doble de perseverancia.

Una nave de asalto descendió a la superficie del planeta. Esperando encontrar más clones y medicamentos, los jedi se acercaron. Su sorpresa fue enorme al ver que lo que bajaba de la nave no eran precisamente refuerzos.

K H Ë I L A

Apreté mis manos en puños mientras la nave esquivaba altos edificios. La padawan Ahsoka Tano, una togruta bastante joven, me acompañaba al destino de mi misión. Me sorprendía su capacidad de madurez, aunque era impaciente y algo insolente en algunos aspectos. Mostraba un gran entusiasmo debido a la reciente asignación que el maestro Yoda había realizado. Por dentro, yo era un manojo de nervios. A mi edad, debería de estar acabando mi formación, mas sólo iba a comenzarla.

El clon que pilotaba la nave la hizo descender a una altura óptima y abrió la compuerta. Ahsoka saltó del transporte enseguida, tras darme una sonrisa llena de seguridad. Por mi parte, pasé suspirando una mano por la empuñadura de mi espada láser antes de caminar tranquilamente hacia la salida. La luz golpeó mis ojos, haciéndome entrecerrarlos. Apreté los dientes al ver a los maestros Jedi mirar con sorpresa a la padawan Tano. Probablemente esperaban más refuerzos en vez de una niña. Me uní a ellos enseguida, y antes de Ahsoka hablara de forma descortés, procedí yo misma.

—Maestro Kenobi, maestro Skywalker. —Realicé una pequeña inclinación con la cabeza en forma de saludo.— Mi nombre es...

—¿Quienes sois y dónde están los refuerzos? —el Jedi más joven, también conocido como el Elegido, me interrumpió de forma, he de decir, bastante impertinente.

—Anakin... —siseó Kenobi.

—Mi nombre es Khëila Boods —retomé:—, y ella es Ahsoka Tano. Somos las nuevas padawans.

—¿Padawans? —preguntó Skywalker.

Tragué fuertemente, y me sentí aliviada cuando Ahsoka cambió de tema.

—Nos mandaron como mensajeras, deben volver, hay una emergencia en el templo —dijo la joven.

—¿Qué? —el joven maestro comenzó a despotricar ante la atenta y divertida mirada de su nueva alumna.

—Padawan Khëila.

Dirigí mi mirada rápidamente a mi nuevo profesor. Su mirada azul me pareció sonreír a la vez que sus labios.

—Acompáñame, debemos contactar al Consejo.

—Sí, maestro Kenobi.

E X T E R N O

Los cuatro Jedis miraron al intercomunicador en espera a la señal del consejo. Yoda apareció en la imagen tridimensional con rostro de preocupación.

—¡Maestro Kenobi! Las padawans os han encontrado. Me alegro —dijo Yoda.

—Maestro Yoda —explicó Kenobi—, estamos bloqueados y el enemigo es más numeroso, no estamos en disposición de hacer nada ni de ir a ninguna parte. Han destruido nuestras naves de apoyo —explicó, refiriéndose a la corta conversación que habían mantenido minutos atrás con el almirante que trataba de romper las filas separatistas en el espacio cercano.

—Refuerzos os enviaremos allí... —el maestro continuó, pero su imagen y sonido desapareció en interferencias.

—¡Maestro Yoda! ¡Maestro Yoda! —repitió el hombre de ojos azules.

Khëila intercambió una mirada nerviosa con Ahsoka.

—Hemos perdido la transmisión —sentenció el clon que había intentado ponerlos en contacto con el templo desde un crucero Jedi en plena batalla.

—Debemos abandonar la órbita, han llegado más naves enemigas —se excusó otro hombre—. Volveremos en cuanto podamos.

La transmisión se cortó definitivamente y Anakin habló.

—Imagino que habrá que seguir resistiendo.

Boods miró a su nuevo maestro expectante, en busca de su reacción en estas circunstancias.

—Mis disculpas, jovencitas —dijo mirándolas—. Presentémonos como es debido.

—Mi nombre es Ahsoka Tano. Somos las nuevas aprendices padawans.

—Yo soy Khëila Boods —repitieron de forma respetuosa.

—Soy Obi-Wan Kenobi, tu nuevo maestro. —Miró a la padawan Boods, dándole una sonrisa sincera.

—Fui asignada al maestro Skywalker —reconoció Ahsoka mirando a su maestro y señalándolo.

—¿Qué? No, no, no... —Caminó él de un lado a otro.— Debe de haber un error, no he solicitado un padawan.

—El maestro Yoda fue muy claro y preciso, fui asignada a Anakin Skywalker y él será quien supervise mi adiestramiento —replicó Tano.

Kenobi alternó la mirada entre los dos, asintiendo un tanto divertido. Miró sonriendo a Anakin, que le devolvió una mirada furiosa.

—Pero no entiendo. Yo no...

—Resolveremos esto más tarde, los droides no tardarán en volver. Encontrarán una forma de destruir nuestros cañones.

—Por alguna razón sé que esto es cosa tuya... —suspiró Anakin—. Iré a ver a Rex al puesto de observación.

—Puedes llevarla contigo —observó Obi-Wan señalando a la togruta.

Anakin sólo bufó caminando delante de la entusiasmada alumna. El maestro se volvió hacia Khëila, sonriéndole.

—Te presentaré a Cody, acompáñame.

Caminaron entre los escombros con paso tranquilo, y Boods pensó que quizás sí que lograría eso de ser una maestra Jedi.

WRONG ━ Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora