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MEDITACIÓN

E X T E R N O

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E X T E R N O

El Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi se encontraba en una de las muchas salas del Templo. Meditaba sobre el pasado y su propio Maestro. De vez en cuando, el joven Jedi dudaba de que Qui-Gon Jinn lo guiara aún desde el otro lado de la Fuerza; las dudas comenzaban a atormentar su mente y su alma una vez más, y aún con toda su experiencia y entrenamiento, no era capaz de apartarlas. Aún con los ojos cerrados podía ver lo que le rodeaba a través de la Fuerza. El Maestro Yoda lo observaba desde una de las esquinas de la habitación, después de salir de su propia meditación.

—Preocupado de nuevo te noto —observó el Jedi—. ¿Qué nubla tu mente esta vez, Maestro Kenobi?

—Tengo un mal presentimiento, Maestro —reconoció él.

—¿De qué se trata? —preguntó con interés.

—Es Anakin.

—¿Tu aprendiz antiguo la razón es?

—Principalmente. Lo noto alejado —suspiró con las manos en la frente—, distante y huidizo. Algo le pasa, y no ha querido compartir sus problemas conmigo.

"Padmé tiene algo que ver con ello", añadió en su mente.

—Para los Maestros, un gran esfuerzo es separarse de sus aprendices —le recordó.

—Soy consciente de ello, Maestro.

Obi-Wan se levantó y masculló algo bajo el aliento.

—Otra cosa nubla tus instintos, joven Jedi.

El aludido se giró a mirarlo y suspiró, pasándose una mano por la barba. Lo observó con ojos serios y le formuló una pregunta.

—¿Aún siendo un Maestro, cree que el lado oscuro puede afectarme?

—Lo creo. Y creo que a todos puede afectarnos también. Incluso a mí.

—Creo que lo está haciendo —reconoció.

El Maestro Yoda se levantó de su asiento despacio, apoyándose del bastón, y caminó hacia él. Obi-Wan se incó ante el menudo ser y frunció los labios, tragando en seco.

—¿En qué el lado oscuro te nubla? ¿En la envidia? ¿En la avaricia tal vez?

—En el afecto —admitió el Jedi.

—El cariño peligroso es, joven Kenobi. Pero nos olvidamos de que los sentimientos acumulados también lo son, en su esencia.

—¿Qué quiere decir?

Yoda agarró la espada láser del cinturón de Obi-Wan y se la mostró. Los ojos azules de este viajaron por el arma metálica.

—La esperanza se pinta de paz y de amor. La perdiciónde celos y envidias. Todo dos caras tiene —dijo dándole la vuelta a la espada—, el equilibrio —encendió el arma— entre la esperanza y la perdición está.


Obi-Wan, tenía aún la cabeza llena de dudas. Sólo algunas se habían movido de sitio, más ninguna estaba realmente resuelta. Kenobi subió de nuevo la mirada hacia la arena. En el centro de la sala de entrenamiento, Khëila luchaba contra su amiga Ahsoka Tano, aprendiz padawan de Anakin.

Skywalker observaba a su lado, serio, la batalla. Obi-Wan acarició su barba mientras observaba el duelo. Khëila utilizaba su gran control de la Fuerza para esquivar los toques del contrario, mientras que Ahsoka utilizaba hábilmente su agilidad togruta. Khëila blandió de nuevo el sable láser blanco y movió la cadera hacia la derecha, desestabilizando a Ahsoka mientras sus sables estaban uno contra el otro. La menor calló al suelo con un jadeo, y Khëila apuntó la punta de su espada hacia el cuello de su rival. Después, la ayudó a levantarse y estrecharon sus manos mientras reían.

Ambas corrieron hacia sus maestros mientras que otros dos Padawans tomaban lugar en la arena. Obi-Wan le posó una mano en el hombro a su aprendiz.

—Muy bien, Khëila. Veo que por fin dominas el equilibrio y ves la importancia de la posición del cuerpo al atacar.

—Sí, Maestro, tenías razón.

—Yo siempre tengo razón, Khëi —río él.

Le revolvió el pelo y se encaminaron hacia Skywalker y Tano.

—¡Te ganaré la próxima vez, Boods! —le aseguró la joven.

—Qué más quisieras, amiga mía.

—Ha sido una buena pelea, Khëila, quizás, bajo las enseñanzas de Obi-Wan, consigas llegar algún día a mi nivel —bromeó Anakin.

—Ella te superará, viejo amigo. —Skywalker frunció el ceño ante la respuesta de Kenobi.

—Ya... En ese caso, la aprendiz superará a su propio Maestro, viejo amigo —respondió con rapidez, ironizando cada palabra.

—Eso significará que he hecho un buen trabajo. —terminó Obi-Wan sonriéndole a Khëila.


Khëila preparaba sus cosas para una nueva misión. El Consejo había dejado la anterior en manos del Maestro Windu. No sabía exactamente en qué consistía la misión. Sólo era consciente de que debía ir cuanto antes a una de las salas de reunión. Y de que debía sobrevivir.

WRONG ━ Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora