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-¿Por qué no vas a por tu camisa? -Solté algo nervioso ya en la mesa.

-Si eso quieres -Sonrió.

Fue a por su camisa que estaba aún en el piso de la cocina y volvió para ponérsela en el comedor, pero mientras lo hacía, no me di cuenta de que me le había quedado mirando, hasta con mi labio entre mis dientes.

-¿Estás seguro que quieres que me ponga la camisa? Me puedo quedar así -Sonrió pícaro, notando mi mirada sobre él.

-¿Qué? -No le había puesto atención.

-Que dejes de babear, sólo yo puedo morder ese labio ¿De acuerdo?

-¿Que dices? No estaba babeando -Exclamé avergonzado.

-Pequeño, -Se paró frente a mí- admite que me quieres solo para ti, admite que no me odias y que me quieres mucho, sigo siendo Staxx.

Suspiré- Lo sé... y te quiero mucho, pero no me pidas que te acepte enseguida ¿Sí? Tengo miedo de que me hagan daño.

-Hubo una vez que te envié un mensaje diciendo que, si Frank o Samuel te hacían daño, yo mismo les partiría la cara, considéralo una promesa.

-No te golpees -Reí un poco.

-Mi niño, dame un abrazo -Estiró sus brazos, yo le di el abrazo y me besó la cabeza.

Me gustaría conocerte | STAXXBYWhere stories live. Discover now