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Me dirigí a la barra y, tal como Rubius había dicho, ahí estaba, hablando con Luzu. Me acerqué a ellos, pero no alcancé a irrumpir en su conversación. Frank, de pronto, había comenzado a intentar acercarse al rostro de Luzu, mientras él intentaba apartarlo.

En ese momento, sólo pude sentir rabia, salí de ese lugar a paso rápido y comencé a caminar a mi casa. En el camino, la ira se fue convirtiendo en decepción y las lágrimas comenzaron a hacerse presentes, rodaban por mis mejillas como ríos sin control para luego caer en el frío suelo o en mi ropa. Saqué mi móvil, sin detenerme, y le marqué a Layla.

-¿Hola?

-Layla... -Dije con la voz temblorosa.

-¡Alex! ¿Estás llorando? -Se preocupó.

-¿Crees que puedas ir a mi casa ahora?

-¿Qué sucedió? ¿Frank dónde está?

-Sólo ve, te veo allá -Finalicé, apenas pudiendo hablar.

Caminé y caminé, pasé por el parque en el que nos conocimos y sentí que mi pecho comenzaba a apretarse. Recordé sus besos en mi mejilla, su forma de defenderme frente a Jairo, su sonrisa, sus ojos, sus besos, Mis piernas comenzaron a temblar, llegué a mi casa y Layla estaba apoyada en la puerta, esperándome, al verme así corrió hasta mí.

-¡Alex! ¿Qué... qué te pasó?

-Frank...

-¡¿Frank?! -Exclamó sorprendida, frunciendo el ceño. Yo asentí- Entremos.

Entramos a mi casa, Layla hizo que me sentara en el sofá.

Me gustaría conocerte | STAXXBYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora