IX

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Cuando ambos despiertan el Domingo, Suho le prepara panqueques para probarle que puede cocinar. Sólo quema tres de ellos hasta el punto de carbonizarlos y Chanyeol se encargó del resto sin poner queja alguna. Ninguno de ellos habló del accidente del sofá, pero aparentemente Chanyeol tuvo el descaro de aplastar a Suho con un abrazo antes de alejarse. Tenía que regresar a Estatal y recoger las cosas que dejó con su compañero de primer año en su dormitorio.

Febrero es el mes más intenso para Lachowski, Miller & Co. Es el final de muchos negocios fiscales anuales, y es el tiempo para Suho de concluir doce caóticos meses de sus clientes con la más linda reverencia que puede formar. Chanyeol suena enfurruñado cada vez que hablan al teléfono y el mayor le explica que está demasiado ocupado para verse en el parque.

"Te toma dos horas de viaje venir aquí, y sólo seré capaz de estar media hora, o quizás menos, antes de tener que regresar," Suho suavemente razona con el niño. Su jefe se asoma a su cubículo sólo para lanzar una caja llena de archivos destrozados, la palabra "URGENTE" escrito en uno de los lados con marcador rojo, sobre su escritorio.

"Media hora está bien, lo tomaré," Chanyeol responde. Suho suelta un profundo suspiro.

"No hoy, ¿Está bien?"

El niño no responde automáticamente. Suho carga la caja junto a las otras que tienen la misma marca, entonces se gira hacia las dos computadoras que están encendidas en frente de él.

"Está bien."

Un Sábado, Suho está repleto de trabajo, sentado en la mesa del comedor. Su cerebro está colapsado; las manos temblando por haber tenido apenas unas horas de sueño y mantenerse alerta con tazas y tazas de café. Habría vuelto a la oficina esa mañana si no fuera porque el mero pensamiento le hacía gritar. Febrero hacía que ese lugar se sintiese más como una prisión.

Su teléfono vibró, la palabra "Niño" brillando en la pantalla.

"Hey," Dijo luego de contestar, sosteniéndolo entre su oreja y el hombro mientras sus dedos volaban sobre el teclado.

"Estoy fuera de tu apartamento. Déjame entrar."

Suho se encogió, el teléfono rebotando sobre la mesa antes de que rápidamente pudiese tomarlo de regreso.

"¿Qué?"

"¿Qué no entendiste? ¿Necesitas qué te diga paso por paso lo que debes hacer?"

"Chanyeol, estoy hasta la coronilla de todo. Mi paciencia para tonterías está—"

"Sí, sí, déjame entrar al departamento. Necesito algún tipo de código para entrar y el guardia detrás de las puertas de cristal en el vestíbulo me está ignorando."

Suho presionó la palma de su mano contra su frente entonces la arrastró por su rostro, tirando de su piel. No le había dicho explícitamente a Chanyeol que no regresase a su departamento, pero creyó que había sido bastante obvio. Claro, nada era obvio con ese niño.

"Es su trabajo. Mantener idiotas fuera del departamento."

"Oye. Te traigo regalos. No seas malo."

Suho está tan distraído de lo que dice que le da el código al niño en lugar de pedirle que se vaya. Para cuando se da cuenta y golpea su cabeza contra la mesa, hay un golpe en la puerta. La abre para ver a Chanyeol con bolsas plásticas hasta arriba de sus antebrazos, llenas hasta el borde recipientes.

"Ho—la," Dice, separando la palabra en dos sílabas cuando se da cuenta en la apariencia de Suho. No se ha bañado o afeitado. Hay círculos negros bajo sus ojos y la piel se ve cansada. Está usando gafas que están ligeramente fuera de forma y caen torcidamente por su nariz. Chanyeol no sabe si Suho sabe que su camiseta está al revés, pero decide no mencionarlo mientras se desliza dentro para dejar las bolsas sobre el mesón. Sus brazos están adoloridos por descargar el inventario desde el camión toda la mañana en Harper's, y acarrear toda la comida en el metro hasta el departamento del mayor fue un ejercicio extra. "Te ves lindo."

Tied & Tangled [Suyeol][Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora