Capítulo 3 - Oculto

10.9K 530 216
                                    

Nota: Este capítulo tiene pequeñas diferencias en comparación a los hechos narrados en los dos primeros, me dieron un excelente crítica constructiva que me hizo darme cuenta de errores en la personalidad de los personajes y algunos anatómicos, por lo que en este capítulo trate de corregir esos fallos

_

Oculto

- ¡Han sido dos jodidos días, Huesos!

Han pasado dos días desde que mi primer oficial vulcano se encerrara en su habitación, dos días sin dar ninguna señal de vida, esto estaba comenzando a preocuparme. En este momento me encontraba en la bahía médica acompañando a Huesos a revisar informes y padds.

- ¿Lo estoy pensando demasiado?

- ¿Pensar? Eso es inusual en ti Jim.

- ¡Huesos! -grito y me cruzo de brazos.

- ¿Qué?, es la verdad niño, tú eres del tipo de persona que no piensa mucho las cosas antes de actuar, pero concuerdo contigo, esto es demasiado sospechoso, la muestra de sangre que obtuve del duende antes de que se marchara cual diva orejuda me mostró que su química sanguínea está extremadamente activa y tiene la presencia de hormonas desconocidas, he buscado en todas las bases de datos e informes y no he encontrado algo similar a los síntomas que el duende tiene. -me señalo con una mano varios padds y archivos regados sobre un escritorio cercano a donde estábamos sentados.

Desde que Spock se retiró de la bahía médica y había pedido un permiso para ausentarse de sus labores por unos días, Huesos y yo habíamos estado tratando de encontrar que es lo que podría estar afectando a Spock en nuestras horas libres.

-Me he quedado sin ideas Jim, esta cosa que afecta al duende solo otro duende puede que lo sepa, porque no me creo que con solo reposo pueda estabilizar esos síntomas que se carga...

- ¡Eso es huesos!

­- ¿Qué? -giró para observarme mientras fruncía el ceño.

- ¡Eso!

-Demonios Jim, soy un doctor no un psíquico, si no me dices que es "eso" no sé de demonios me hablas...

- ¡Spock!

-Jim... -él comenzaba a perder la paciencia y me miraba como si no entendiera a donde quería llegar.

- ¡Hablo del viejo Spock, Huesos!, él podría decirnos que le está pasando a nuestro Spock, tú lo has dicho solo un vulcano puede que sepa que le está pasando y ¡Quién mejor que el mismo!

- ¡Vaya Jim al parecer si tienes buenas ideas!

- ¡Huesos!

-Ya, ya, deja de perder el tiempo y ve a comunicarte con él viejo duende y después me dices cuál es el diagnóstico para curar a nuestro duende -dice mientras se levanta y comienza a ordenar su escritorio

- ¿No vendrás conmigo?

-Jim, a diferencia de un niño con exceso de tiempo libre como tú yo aún tengo mucho trabajo atrasado por estar buscando lo que tiene el orejudo, además estoy seguro de que el viejo duende estará feliz de hablar a solas contigo y se sentirá más cómodo de esa manera si resulta ser algo personal.

Le di la razón a Huesos y procedí a salir de la bahía médica rumbo a mi habitación, misma que quedaba en el mismo piso que la de Spock, algunas veces al salir tarde del turno alfa ambos nos acompañábamos todo el trayecto y nos separábamos en un pequeño cruce que separaba nuestras habitaciones en direcciones opuestas, cuando llegue a ese cruce tuve la sensación de querer ir a ver como estaba Spock, pero inmediatamente recordé su extraña manera de comportarse los últimos días, debía saber qué era lo que aquejaba a mi amigo de esa manera, con un suspiro gire rumbo a mi habitación.

The secret in your skinWhere stories live. Discover now